¿Cabezonería o asertividad? Reflexión con caso práctico
A raíz de una ligera discrepancia surgida en el seno de mi casa, se me ha ocurrido reflexionar y tocar un tema que no se menciona en ningún lado, y que probablemente a muchos/as os pueda interesar. Lo introduciré con la siguientes preguntas:
¿Hasta qué punto eres "cabezota" si no compartes una opinión externa?
En caso de defender, siempre desde el respeto y la lógica, tu idea, sin echar por tierra la del otro (más bien, escuchándola y tratando de entender su punto de vista aunque no lo compartas), ¿debemos permitir que alguien nos manipule usando calificativos desagradables (señal de falta de argumentos) si no compartes su punto de vista?
¿Quién es el cabezota realmente: el que trata de imponer una idea o el que no la comparte?
Si buscas en cualquier lugar acerca de la manipulación, verás numerosos posts que hablan de frases y conductas concretas que emplean las personas que manipulan. Sin embargo, cuando buscas "cabezonería", siempre encuentras posts dedicados a poner la responsabilidad del problema en la parte etiquetada como "cabezota". Y cuando buscas cabezonería y manipulación juntas (ya que son roles muy interrelacionados), no encuentras nada. Y yo, pregunto: si alguien insiste en un punto de vista que no compartes, aún cuando tienes pruebas y tus argumentos son lógicos (reales y sólidos), ¿es la cabezonería real, o hablamos de asertividad?
¿Por qué debemos estar de acuerdo con una idea que no se acoge a los hechos ni es lógica?
Os comento la situación en concreto para ilustraros un ejemplo:
Por mi trabajo, he de estar desde por la mañana (8 de la mañana) hasta por la noche trabajando. Lógicamente, llego a casa muy tarde (a las 9 y media), y cuando llego, trato de cocinar lo más sano posible, pero siempre que requiera poca elaboración. A veces se puede, y a veces tengo de tirar de algo ya preparado. Cuando llega el viernes/sábado (mis dos días de descanso), el poco tiempo que tengo de descanso, prefiero invertirlo en salir y descansar de tanto estar sentada en el ordenador, ya que paso el 90% del día ahí. Con lo cual, a veces prefiero pagar por un producto ya hecho (lo más sano posible), a perder ese tiempo de vida de tener que prepararlo y enfarragar la cocina más de lo necesario. Creo que mi salud psicológica (en una situación de cansancio y estrés intenso como esa) es más importante; vale ese dinero y más.
Pues bien, hablando con dos compañeras de piso (todo surge al preguntarles que qué tal su día), ellas opinaban que es mejor hacerlo casero (y, claro, estoy de acuerdo; pero para eso hay que tener un tiempo que no siempre tengo. No todas somos niñas mantenidas xD). Y, claro, le comenté que la vida me da poco tiempo para ello, y si hay uno en el mercado que está hecho con productos naturales y me ahorra el tener que prepararlo yo, prefiero comprarlo. A esto, me responde que trae muchas "cosas" (son personas obsesionadas con las etiquetas de los alimentos, y luego se tragan las hamburguesas del burguer king las primeras), cuando luego pudimos comprobar que no, que trae todo lo que se usa normalmente, y nada más (primer hecho objetivo que hacen como si no hubiera pasado xD). Dos, me echa en cara que tengo tiempo en fin de semana (cuando no tienen ni voz ni voto en la gestión de mi tiempo libre). Entonces, es cuando les explico que me harto a trabajar a tope entre semana, y que yo prefiero usar ese tiempo en vivir, a preparar salmorejo y manchar mil utensilios, cuando por 2 euros compro uno de similar calidad. Y mi tiempo libre es mío; lo reparto y empleo en lo que estime oportuno, que para eso trabajo, estudio, me saco el TEFL en mi tiempo libre, y llevo mi casa por estar plenamente independizada. Y lo llevo todo por mi cuenta, sin que nadie me pague los gastos (ejem) ni nadie me diga qué hacer. Así que el poco tiempo libre que tengo, me lo he ganado sobradamente xD. No soy especialmente mijita con los productos cocinados, la verdad, porque los hay sanos dentro de lo que cabe (si los eliges bien). Me responde una: pues yo prefiero quedarme en casa a salir en fin de semana (sinceramente, es realmente preocupante que alguien que pasa 18 h sentada trabajando quiera pasar su viernes noche/sábado de la misma manera. Es signo de psicopatología, de hecho. Sorpresa: tiene TOC diagnosticado). Y claro, al no compartir ambas cosas, la cabezota, para ellas, soy yo. Y que no llevo razón
Y digo yo: no me he metido en la vida de nadie (ellas en la mía, sí, no le he impuesto mi punto de vista a nadie (sólo he compartido las razones del mío y de mis decisiones, sin entrar en si el de ellas es mejor o peor), me he acogido a los hechos, y he sido coherente (ellas, no. Una tenía una mcpollo en la mano, y la otra se mete su buen chute de alcohol los fines de semana. Pero, eh, que el salmorejo preparado es malo para la salud; el mcpollo y la borrachera, no xD).
Todo esto, al margen de molestarme (que lo hizo, ya que no me meto en cómo gestiona nadie su tiempo o cómo hacen las cosas), me hizo reflexionar sobre la cabezonería y la manipulación:
Manipulador es aquel que trata de influenciar y-o producir cambios en la conducta, pensamiento o sentimientos del otro.
Ellas me razonan su punto de vista y yo no lo comparto aún entendiendo su planteamiento. Es entonces cuando vuelven a insistir, y cuando no pueden convencerme por esa vía, me llaman cabezota. Todo esto sin yo faltarles el respeto o meterme con su planteamiento.
Son dos personas que viven muy enfocadas por los alimentos naturales y la alimentación saludable, pero luego no son coherentes con lo que hacen (mcpollo y borracheras fuertes).
Son dos personas con tendencia a imponer puntos de vista. Yo, por mi profesión, no doy a nadie mi opinión sobre algo a menos que me la pidan. Menos aún, le digo que es cabezota si no piensa como yo quiero que lo haga. Cada uno allá con lo que piense, para bien o para mal. No me hace falta ni me hace sentir mejor o más segura que piensen como yo quiero que lo hagan.
Son dos personas que tienen un puntos de vista distintos al mío. Yo priorizo la salud psicológica en temporadas de alto estrés, y ellas eligen emplear su tiempo en lo otro.
No asumo que ellas se equivocan o que lo hago yo. Planteamos paradigmas diferentes a raíz de la misma situación. Yo respeto el suyo; lo mínimo es que respeten ellas el mío o me dejen tranquila.
Recurren a adjetivos calificativos al no lograr lo que buscan. Hay muchos grados de flexibilidad a la hora de pensar; eso no significa que si alguien no comparte algo, sea automáticamente cabezota.
Y tras esto, queda pensar: ¿decir a alguien que es cabezota, o testarudo, o lo que sea, no es en sí un acto de manipulación (un grado bajo y bastante común, pero es manipulación al fin y al cabo)?
Cualquier persona está en su derecho a opinar lo que estime oportuno y a afrontar las consecuencias e implicaciones de dichas opiniones (y en el extremo de que esas opiniones atenten contra la integridad física, psicológica o moral de alguien, ya se enfrentarán a la ley, tranquilos). Incluso si se equivocan, es problema de ellos, no tuyo. Así que es tanto más preocupante quien se cree con la potestad de imponer su punto de vista (manipulación) por creer que tiene la verdad absoluta, que aquel que de forma respetuosa expresa su discordancia con respecto a ese punto de vista y respeta que otros piensen de manera diferente.
Así que si alguna vez te denominan cabezota por no hacer o pensar lo que otros quieren que hagas, piensa que cuando alguien te echa el 100% de la responsabilidad a ti de algo por no estar de acuerdo con lo que dicen, está demostrando ser un manipulador que usa insultos a falta de argumentos mejores. Eso no significa no dar la razón cuando la tengan o cuando los hechos apunten a ello (hacer el salmorejo casero es lo más natural, por supuesto). No te eches encima una reponsabilidad/culpa que no sea realmente tuya por más que traten de echártela encima. Sus problemas e inseguridades, son suyos. No los pagues tú.
Y, por último, no permitas estas mini invasiones de los límites personales. Lo que permitas hoy, te lo harán mañana multiplicado por 3. No tengas miedo a defender tu opinión y darle el valor que tiene haciendo uso del razonamiento, el respeto, la empatía y el juicio crítico. Estate abierto a aprender de errores, pero también a defender tu postura cuando toque.
Y, ante todo, recordad que estas personas están proyectando sus propias inseguridades; "necesito que pienses como yo quiero que lo hagas". ¿Quién necesita hacer qué a quién?
Me ha molado hacer esta reflexión porque estas situaciones de discrepancias son absolutamente comunes y cotidianas; las personas que tienden a ser autoritarias intentan imponer sus puntos de vista y dejar a la otra parte de cabezota o inflexible si no cumplen sus designios. Aprende a ser asertivo/a y no lo permitas.
Un abrazo muy fuerte a todos/as!!
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