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Creo que he sufrido abuso físico y psicológico en mi infancia

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tito_5497896
3/11/18 a las 1:30

Me gustaría encontrar opiniones externas constructivas, por favor. Aunque sé que esto es un foro público, pero ignoraré cualquier comentario ofensivo. Estoy en un momento muy duro de mi vida y solo busco personas que puedan ayudarme o que hayan pasado por algo parecido. 

Resumiré mi historia todo lo posible, aunuqe voy a escribir bastante: tengo 24 años y vivo con mis padres, soy hija única. Y no voy a hablar del tipo de maltrato, por llamarlo de alguna manera, al que estáis acostumbrados. Es algo un tanto diferente. 

Resulta que soy adoptada. A los 3 años mis padres actuales me adoptaron. Y les debo todo solo por eso. Me salvaron de una vida mucho peor. Pero, en el fondo de mi corazón, ya no lo siento así. Y esto nadie lo entendería a primera vista, ni sé si lo entenderán despúes, pero voy a explicar mis motivos. 

Me adoptaron. Nunca supe de mi adopción hasta los 9 o 10 años, cuano me enteré por accidente en un informe del colegio. Ellos lo quisieron ocultar para protegerme.
Pero desde que tenía 4 o 5 años mi madre gritaba como una loca con cada enfado. Me siento mal por decir esto de mi madre. Es la primera vez que lo escribo en cualquier medio público. Pero es verdad, y me cuesta asimilarlo. Gritaba siempre como una loca. Y me echaba la culpa de todo, y yo siempre veía esto como una humillación para mí. Como que yo no merecía vivir por ser tan "mala hija". Llevo toda mi vida reteniendo estas heridas, no sabía ni que estaban ahí. Pero quizás es momento de dejarlas sangrar, y no quiero desfallecer y caerme al suelo. Pero me desahogaré porque mi corazón me lo pide. Porque me pide sanarse. Y este dolor es más profundo del que he podido sentir en toda mi vida. 

Con 3, 4 años y 5, ya mi padre me pegaba. No eran golpes con objetos ni nada descabellado, solo eran tortas. Pero me pegaba muy, muy fuerte. Y yo nunca me di cuenta de esto. Pero me pegaba con toda su alma. Recuerdo estar en el parque y que mi padre me pegara sin parar, delante de todo el mundo. Quizás me pegaba unas 5 veces seguidas, en realidad. Pero me acuerdo de eso, y nunca le di importancia porque en esa época y hoy día, las tortas en el culete a los hijos están normalizadas. Pero mi padre era bruto, y lo sigue siendo a veces. En ese momento era un hombre corpulento y sus manos eran muy grandes. Y me agarraba de las muñecas, haciéndome muchísimo daño y levantándome del suelo, zarandeándome violentamente, y me pegaba sin parar. Y me pegaban por cualquier cosa. 

Por lo demás, no era un hombre que gritara demasiado. Solo demostraba violencia física. Pero siempre fue pasivo. Él vivía en mi casa, pero no hablaba ni hacía nada. Y mucho menos conmigo. Es cierto que compartimos muchos momentos bonitos, y de hecho a él no es que le tenga "odio". 

A pesar de eso, sí que me siguió pegando toda mi vida, hasta los 10-11 años aproximadamente. Si me portaba mal o hacía cualquier cosa que le enfadara. 

Y es cierto que sé de familias mucho peores, que le hacen cosas peores a sus hijos, y quizás me quejo demasiado. Pero es la primera vez que digo y verbalizo todo esto, es la primera vez que los "acuso" de algo, es la primera vez que mi consciencia lo siente así. Y además, por el hecho de que haya muchas familias disfuncionales, no voy a pensar que no merezco normalidad en mi vida, o que no la merecía de pequeña. 

Mi madre, por otra parte, era la que llevaba la voz cantante. Gritaba y sigue gritando por todo. Desde que yo era pequeña, desde después de mi adopción. Cuando hacía algo malo, o me "portaba mal", gritaba que quería morirse. Que no quería vivir con una hija así, gritaba como una perturbada. Pero lo peor es que desde chiquitita me hicieron creer que era yo la mayor culpable de todo eso. Desde pequeñita también me pegaba si me portaba mal. Y me amenazaba constantemente con que iría al ropero a buscar el cinturón de mi padre para pegarme, aunque creo que nunca lo usó.. O me gritaba "a que tiro de la mano y te pego un bofetón", por algún comentario o algo que yo le dijera y que estuviera mal. Con unos 7 años, falleció un amigo de la familia de cáncer, y yo lo vi en la clínica muriéndose y lo quería mucho. Me dolió, era como mi tío.. A la semana mi madre me dijo que deseaba haberse muerto como él para no soportarme, por alguna tontería que hice. Que yo la iba a matar... Y la verdad es que siempre fui y soy una persona muy respetuosa, de hecho soy tímida, miedosa a veces, introvertida, y muy, muy educada. De pequeña siempre me comporté como una adulta cuando salíamos. Pero ella me soltó ese comentario, ese reproche. Y me dolió mucho, para ser sincera, a pesar de mi edad.

Pero mi madre nunca me dijo "te quiero". Y se cogía esos berriches en casa. Mucho menos me dijo "te quiero" mi padre. Y mi madre nunca me dio un abrazo de pequeña. Se los daba yo, pero lo hacía poco porque no quería que se enfadara. La necesitaba, y ella me decía que la volvía loca. Que parara de hablar, me mandaba a callar. Se enfadaba porque yo hablaba por todo, porque quería saber del mundo y le preguntaba cosas. Como todos los niños. Y más adelante, con unos 11 años, recuerdo que me pegó en la espalda, no me acuerdo por qué fue... y se me quedó la marca de las manos, roja, infamada. Ella me amenazaba y gritaba que me pegaría hasta hacerme sangre, lo recuerdo.. (aunqe pensara que no lo decía en serio, y que solo era "para asustarme". Recuerdo muchos bofetones que me dejaban la cara roja. Enfados. Muchos enfados, recuerdo que yo evitaba provocarle. Aunque es cierto que cuando estaba de buenas era maravillosa, para mí... pero eso no sucedía siempre. Y recuerdo marcas en la cara, en la espalda, y moratones... lo recuerdo borroso, pero lo puedo recordar aún. Y la sensación y el dolor que me producían. Que me pegara y me cortara la respiración. Y los gritos y los números que montaba y que sigue montando. Hasta el otro día me soltó que yo la maltrataba, solo porque le llevé la contraria o que quizás no le hice el gusto... Y me gritaba que me iba a matar a palos. Que me quería amarrar a una silla. Cuando yo tenía 15 años, hizo el amago de tirarse por el balcón de mi casa, porque yo la iba a matar, según ella (de disgustos, claro). Y yo en esa época estaba más rebelde, por lo que se dio cuenta de que no podía manejarme tanto como antes y estaba más histérica que de costumbre. Y duele demasiado darte cuenta de que tu madre, esa persona a la que quieres, quería manejarte. Sin darse cuenta quizás, pero que lo hacía. Y recuerdo que me tiraba al suelo, me empujaba y me tiraba contra objetos a esa edad y yo me hacía daño en la cabeza, por enfados y mil problemas que teníamos. Mas nunca le levanté la mano... Solo lo hice alguna vez para evitar que me pegaran y me "mataran", lo recuerdo muy borroso. Pero a esa edad les agarraba de las manos para evitar que me pegaran y me enfrentaba a ellos y nos empujábamos mutuamente. Pero en la vida se me ocurrió pegarle. Nunca jamás. Ella, sin embargo, muchas veces.
Es cierto que a esa edad empecé a enfermar de anorexia, ya lo explicaré más adelante. Y estaba irascible con ellos y conmigo misma. Pero todo era producto de lo mismo, de la situación interna que vivía y de cómo me sentía, pero ni yo misma me daba cuenta de que estaba enfermando.

Por otra parte, de pequeña, yo le hacía poemas por el día de las madres. Con unos 9, 10 u 11 años. O le regalaba un dibujo precioso de unas flores que estuve 3 o 2 días pintando. Porque siempre me gustó pintar y la verdad es q tenía talento. Pero ella los tiraba a veces, si dibujaba mucho, porque no quería que dejara de estudiar por ponerme a dibujar. Nunca le dio importancia ni le gustó que lo hiciera. Pero sí, recuerdo ir con la marca de sus manos en la espalda, bajo la camisa, o con las mejillas doloridas al colegio. Y encima nunca decía nada, porque si contaba algo ella se endemoniaba. Nunca lo hice, y me amenazaba desde pequeñita con que las cosas de casa, se quedan en casa. Que no se pueden contar por fuera. Y nunca le conté que me pegaron ni a mi tía. Quizás tampoco le daría importancia. Pero hoy en día, la verdad, me duele. Y me cabrea, JODER.  

Pero quizás lo más doloroso no fueron todos esos episodios que viví. Lo más duro era lo que vivía mi mente y los mensajes que recibía de ellos. La forma de manipuar de mis padres, y me atrevo a decir manipulación... 
Aunque es cierto que nunca me faltó de nada. Nunca. Mis padres tenían una buena posición económica y me dieron todo. Todo lo material que pudiera necesitar. Y de eso nunca me puedo quejar. Me daban más de lo que necesitaba. Aunque a cambio de otras cosas que yo les tenía que dar. Una forma de educar que no comparto. 

Desde pequeña mi madre le decía a sus conocidos que yo quería estudiar medicina, presumiendo de ello.. Y ella me lo decía a mí, y yo le decía que sí. Ella no tiene estudios, y siempre quiso estudiar esa carrera. O enfermería. El caso es que desde pequeña, con 3 años, me lo decía. Y yo lo repetía tan contenta... Con 4 y 5 años me decían que tenía que esforzarme en el colegio. Aunque a veces no me iba bien con esa edad. Y ahí me empezó a decir que me metería en un colegio interno si no aprobaba. O si sacaba notas bajas. Y lo decía hecha una cólera. Y a partir de ahí le cogí miedo a los colegios internos. Y me decía que si suspendía, mis padres me dejarían de querer. Que ellos no me querrían. Con 6 y 7 años, la exigencia incrementaba. Mi padre, ausente, asentía con la cabeza y le seguía el juego a mi madre. Y sí, pensaba exactamente igual que ella. Aunque él siempre fue un poco más cariñoso. Pero no cuando se trataba del colegio o de exigirme en algo. Su hija tenía que ser la mejor. Y en navidades yo me encontraba la casa llena de regalos, eso era maravilloso. Muy maravilloso. Me llenaban de regalos siempre, todos los años. Y me recordaban por eso que eran los mejores padres que había, que yo era una niña privilegiada, y a día de hoy me lo siguen diciendo.Yo hoy en día y desde hace bastantes años reniego de cualqueir regalo que provenga de ellos, inconscientemente. 
Me decían desde muy pequeña que tenía la suerte de ir a un colegio "de pago", que ellos me lo pagaban, y que mi obligación era estudiar y la de ellos trabajar. Me recordaban constantemente los regalos que tenía en navidad, siempre. Y luego, si me "portaba mal", me decían que la culpa de todo era mía por ser una malcriada y una consentida porque me lo dieron todo. Sin yo pedirlo, claro. Con los regalos justificaban que nunca me han dado amor, y encima la culpa era mía. Y me hacían y me hacen ver que nuestra vida era perfecta y que ellos eran y son perfectos. Aunque no sea así. Y criticaban a los padres de todos los demás niños. Y lo siguen haciendo con todo el mundo. Son tóxicos. Todo lo de fuera es malo, y los otros padres son malos padres pq no les dan todos los regalos que ellos me dan a mí. Y yo recibía ese mensaje ambiguo. Además, yo nunca era lo suficientemente buena. Siempre me dieron ese mensaje. Me portaba bien, pero pocas veces. No me lo decían. Ni me dijeron nunca guapa (así terminé con una autoestima de mierda, que siempre tuve y que nunca supieron elevar, y terminé acomplejada). Y que todo podía hacerlo mejor. Todo lo hacía mal. Nunca me felicitaban por nada. Excepto por algún 10 que sacara, pero esa era mi obligación. 

Cuando tenía 7 y 8 años, fueron subiendo la exigencia. Y si sacaba un 8 era una deshonra. MI madre me preguntaba en qué había fallado, por qué no había estudiado o qué había pasado. Sacar un 7, un 6 o un 5, imaginaos. Nunca lo sacaba. Estaba cagada de miedo, básicamente, aunque no me daba cuenta en el fondo. Vivía en otra "realidad". Y padecía ansiedad desde los 5 años diría yo. Y angustia. Y me doy cuenta ahora del por qué.. 

Si sacaba un 7 o un 6, había bronca seguro. Y enfados tremendos. Y quizás me pegaran. Y si suspendía, por supuesto que me pegaban y se enfadaban, pero bien, y mi madre ya decía que iba a hacer la matrícula para el colegio interno (aunque quizás fuera de mentira.. a saber si me hubiera metido si hubiera sido mala estudiante. Quizás me hubiera internado). Que iba a ser barrendera y que no iba a llegar a nada el día de mañana (como si los probres barrenderos no merecieran respeto). Además, ellos "me habían dejado de querer" en ese momento, y me lo hacían ver. Yo era una deshonra en la familia. Por "portarme mal" o por sacar notas "bajas". Con eso no merecía ni un saludo y no es que me castigaran, es que caía sobre mí todo el peso de la culpabilidad. Y siempre me sentí menos qe los demás, siempre me sentí mala hija, sentí que nunca fui suficiente para ellos, no sabía lo que era el amor propio, y sigo descubriéndolo hoy día. Pero si suspendía, en ese momento (y hoy día piensan igual) no merecía ni vivir prácticamente. Suerte que creo que no suspendí nunca, ni saqué notas bajas. 

Siempre me mantuve en el 9-10. Y eso para mi madre estaba bien. Me felicitaba quizás, aunque tampoco me decía nada del otro mundo. Y no lo hacía siempre. Recuerdo que le traía los sobresalientes a casa, y estaba como la que oye llover. Pasaba de mí. Era mi obligación. Como si no hubiera traído nada. Y sí, me regalaba muchos juguetes. Era la "recompensa" por esos estudios. 
Sin embargo, ni ella ni mi padre se sentaron en la vida a estudiar conmigo. Solo con 5 años me enseñaron a escribir algunas cosas o mi madre me ayudó con alguna tarea. Aunque sí me exigían. Pero es cierto que trabajaban absolutamente todo el día. Mi padre era el jefe de una pequeña empresa, y mi madre trabajaba para él. Se pasaban todo el día trabajando y no tenían con quien dejarme. Por tanto, desde pequeña yo estaba en el trabajo con ellos, "portándome muy bien", porque claro, no podía armar escándalo en su trabajo. Porque era lo que "nos daba de comer" en casa (ellos me lo decían así. Y yo iba al colegio todo el día, hasta las 5 de la tarde, y luego estaba en su trabajo, hacinada en un despacho muy pequeño y bastante cutre, con el estruendo de los coches a través de la ventana todo el día, porque era un primer piso de una calle súper concurrida de tráfico, desde mis 4-5 años hasta los 11, 12, 13 y 14 años. Y ahí estudiaba todos los días, y no hacía otra cosa, sentada, desde que llegaba del colegio. Mi padre me llevaba alguna vez a algún parque o a caminar con él, pero recuerdo que si "me portaba mal" me pegaba delante de todo el mundo. En fin, yo me lo buscaba... Y alguna vez me dejaban jugar con algún niño del mismo edificio de la empresa, pero solo alguna vez. No me dejaban salir sola nunca, me sobreprotegían demasiado, y nunca podía ir a la calle ni a ningún sitio, solo con 11 años me empezaron a dejar ir a una tienda a comprar algo. Que estaba justo en la esquina. Y mis amigos eran los que veía en el colegio, y solo durante el colegio. Es cierto que alguna vez mi madre me llevó a casa de una amiga, solo una. Pero fueron veces contadas.. Y ellos se creían y se siguen creyendo los mejores padres del mundo. MI madre dice q se desvive por su familia, por su marido y por su hija, y cree que el resto de mujeres no son tan dadas como ella, y que por tanto, no quieren tanto a su familia como ella... Y bueno, lo único que yo hacía entre semana era volver del colegio para pasarme el resto del día estudiando o haciendo cosas, sola (y así desarrollé algunos malos hábitos de estudio), mientras mis padres trabajaban, hasta las 9-10 de la noche. Para luego conducir 40 minutos hasta mi casa, que estaba muy lejos. Y al día siguiente a levantarse otra vez súper temprano para ir al colegio. De ahí que yo siempre estuviera con ojeras y los fines de semana durmiera más porque no dormía lo suficiente entre semana. 
Los viernes siempre había "cena" con los empleados de la empresa en un bar. Y se iban mis padres con ellos a beber toda la noche hasta las 12 o la 1 de la mañana, y yo tenía que ir con ellos desde que tengo uso de razón. Y eso para mí era divertido. Era lo mas divertido de la semana... recuerdo que hacía caca en los pañales debajo de las mesas donde se sentaban los empleados, y era algo "divertido" para mí y para mis padres. Y era un bar lleno de borrachos. Y me tenía que portar bien todas las horas que ellos estaban allí. Callada. No podía hablar con mi madre o mi padre porque ellos estaban hablando con los demás y eso les molestaba. Y de pequeña me traía algunos juguetes y podía jugar en alguna mesa, o me ponía a hablar con la dueña del bar, que me tenía cariño. Cuando ella estaba. Otras veces solo me entretenía con los muñequitos. Cuando era más mayor me traía libros y me ponía a leer, a pesar del pedazo de escándalo que se armaba en aquel bar cutre. Y todos los viernes del mundo se hacía lo mismo. En otras ocasiones me traía un disc-man, o algo para escuchar música. O la game-boy. Es cierto que tenía cosas materiales. No me faltó de nada, repito. Excepto amor... Tuve que ir al maldito bar ese desde que me adoptaron hasta los 13-14 años que empecé a decir que no, y me permitieron quedarme.

Los fines de semana no salían a ningún sitio conmigo. Excepto a algún cumpleaños al que me llevaran. Es cierto que a eso sí iba, cuando era más pequeñita. O mis primas me llevaban al cine alguna vez. Es cierto. Pero ellos siempre trabajaban. Y los findes estaban muy cansados y encima había que limpiar la casa, que era bastante grande, por lo que no me hacían caso. Y mi madre solo se acostaba a ver la tele y hacía de comer. Y yo tenía que estudiar mucho en mi cuarto, sola, o jugar sola. Siempre. Mis padres no querían que saliera con los niños del pueblo porque los veían "chusma". Y sí, estaba sola. Aunque no lo sabía. Mi madre tampoco me preguntaba nunca cómo estaba, cómo me sentía, como había pasado el día... ni me dejaba acostarme en su cama si tenía miedo. Alguna vez me dejó hacerlo, pero a partir de la segunda vez, me quedaba sola en el pasillo toda la noche sin decir ni mu, proque si hablaba se enfadaban, empeorando las cosas.

Sin embargo, muchos sábados por la noche, por no decir casi todos, mis padres salían a cenar y a beber, bien al bar del pueblo o bien a algún restaurante. Yo iba con ellos, tenía que ir. Los acompañaba desde que tengo uso de razón hasta bien entrada la adolescencia. Y me tenía que portar bien, sentada en la silla, siendo educada. También salían solo con adultos la mayoría de las veces, y alargaban la velada hasta bastante tarde en la noche. Para mí eso era diversión. Y tenía que portarme siempre bien. Y dar ejemplo. Y hacía exactamente lo mismo que hacía los viernes, entretenerme con algo que trajera de casa. 

Yo creía que mi vida era la mejor del mundo. Aunqe a veces tenía mucha ansiedad, mucho miedo, un vacío... pero no sabía lo que pasaba. Yo creía que todo era lo normal, y que si lloraba era por ser una debilucha. Por eso, cada vez intentaba llorar menos. 

Los veranos los pasaba en la empresa de mis padres, leyendo Harry Potter (me volví muy aficionada a la lectura) u otros libros. Todo el día metida en ese cuarto con el ruido del tráfico. Volvíamos a casa para comer, mis padres dormían 2h de siesta, y volvíamos al trabajo de nuevo hasta las 9. Eso sí, nos íbamos a un hotelazo de 5 estrellas unos 5 días el mes de agosto. Y ahí me lo pasaba genial. Valía la pena estar 3 meses confinada con tal de pasarlo tan bien, para mí. Yo creía que la vida del resto de niños era mucho peor que la mía. 

Cuando descubrí que era adoptada, se lo pregunté esa misma noche a mi madre, con 9-10 años, aunando toda la valentía de la que era capaz.. Y solo me dijo que sí, que era verdad. No supo abordar la situación y se sintió mal, aunque no lo mostró. Pero no me dijo nunca nada más, y yo volví a mi cuarto a estudiar para un examen. Igual que estudiaba en la empresa de mi padre el día de mi cumpleaños, etc... y lloré sola al día siguiente, pero intenté controlarlo. Y ahí se quedó aquello, enterrado hasta muchos años después. Se quedó sin exteriorizarlo. Y mi padre no existía prácticamente, por lo que tampoco lo hablé con él, me daba verguenza y miedo. Y él solo vivía y vive para sus costumbres y manías... 

Así, a los 15 años, con tantos problemas tapados, con esas bases desde pequeña, me empecé a rebelar. Y como me creía tan poca cosa, y sentía que nunca era suficiente para mis padres ni para nadie, entré en la anorexia. Hoy día me doy cuenta de que fue por intentar agradar y buscar el cariño que mis padres nunca me dieron. Me doy cuenta de que reprimieron mis emociones. Mi madre quería que hiciera lo que ella decía, incluso que pensara como ella pensaba. Me aislaron emocionalmente. En mi casa las depresiones y el dolor no existen. Son "tonterías" de la gente "débil". Aunque mi madre vive desquiciada por no exteriorizar nunca sus frustraciones, y las ha descargado contra mí, y sí, siento que me ha arruinado la vida... Yo no sé quién coño soy... No sé. Porque todo me da miedo siempre, no sé tomar decisiones. Y no sé ni lo que quiero porque siempre me han ordenado todo y me han "obligado" a vivir una vida de una forma específica, sin darme opción a pensar por mí misma, ni darme opción a sentir. Han reprimido mis emociones, y yo también he modificado mi forma de ser, oprimiendo mis propias necesidades como niña, por satisfacer a mis padres. Por ganarme un afecto que nunca me dieron como yo esperaba, como espera todo niño. Un afecto que nunca me darán. Porque no, no saben darlo. Ellos querían que yo llegara a la perfección, querían a una niña "perfecta". Pero yo no alcancé la perfección a la que ellos aspiraban, como es lógico, y por ello, no logré el "premio", que era el amor de mis padres. Y así, intenté ser perfecta para ellos, para el mundo, para la sociedad y para mí misma, con el fin de ganar esa aceptación. 

Así, con 15 años me rompo. Esperando ser perfecta. Hoy en día sé que sufría un dolor en mi corazón.. que estaba deprimida, aunque no quería reconocerlo... y que quise ser fuerte. Quise poder con todo. Quise seguir sacando sobresalientes como sacaba desde que era pequeña. Y verme más guapa, quizás, para gustarle más a la gente. Para esperar la aprobación que en mi casa no tenía, pero sobre todo, esperaba cariño. Buscaba el cariño de los demás. Buscaba un amor que no tenía, que no tenía ni en mí misma. Pues yo nunca me gusté. Nunca me acepté. Al igual que no me aceptaron mis padres, indirectamente. E intenté controlar mis emociones controlando mis ganas de comer. Siguendo el estigma de perfección y exigencia que me habían inculcado sin querer, sin darse cuenta. Y fue la etapa más dura y más fuerte de mi vida. Fui dejando de comer, esperando una conciliación conmigo misma, reprimiendo el dolor y las penas a partir de esa sensación que se volvió placentera. Como quien se corta o como quien bebe. Era muy doloroso. Y fue casi inconsciente, paulatino. Siempre creía al resto mejor que yo, y a mí no merecedora de sus privilegios. De lo que tenían. Quise focalizar mis problemas en un nuevo problema, en una nueva obsesión que tapara el dolor que me producía el simple hecho de vivir. Y no fue algo consciente, ni intencionado. Era una vía de escape que no sabía ni que existía. Y a medida que adelgazaba, me iba apagando. Y dejaba de sentir. Dejaba de sentir tanto alegría como pena. Dejaba de existir en este mundo, era un suicidio lento. Una obsesión que escondía mucho más. Llegué a pesar 47-45 kg, e incluso menos, midiendo 1,78 cm. Era una chica alta y guapa antes de la enfermedad. Pero yo no lo sabía. Siempre me consideré fea, un mosntruo, y aunque estaba delgada, no estaba lo suficientemente bien... (de qué me sonará eso...)
Estuve tan mal, que mi corazón latía a 35 pulsaciones por minuto, con bradicardia. La muerte llamaba a mi puerta. Y no exagero las cifras para nada. Era un milagro médico. Qué ironía, yo, que quería ser médico... E ingresé en el ala de psiquiatría del hospital 5 veces en un año. Y me saqué primero de bachiller a la vez. Y saqué sobresalientes. Salía del hospital para ir a clase unas cuantas semanas y hacer exámenes. Con un peso elevado y estable. Pero luego volvía la crisis, e ingresaba de nuevo, con una media de un mes de duración en cada estancia. Estudiaba para distraer mi mente de esa puta obsesión, aunque es cierto que siempre me gustó estudiar. Pero estuve muy mal. Luego, en segundo de bachiller, no volví a entrar al hospital. Pero me tuve que enfrentar al bullying del instituto, manteniendo al mismo tiempo un peso estable, aunque bajo. 
 
Y bueno, finalmente me estabilicé. Y entré a la universidad, pero no pude continuar. Y tuve depresión, una depresión enorme. Y un intento de suicidio por el tema académico. Aunque mi madre siempre me dijo, y la gente dice, que eso es de cobardes. Yo también lo pienso. Pero últimamente he tenido esos sentimientos de desesperanza otra vez. Y he entendido que no es tanto de cobardes, que hay que ver lo que hay detrás. Hoy en día me estoy dando cuenta de mi vida y de mi pasado. He entendido el por qué de la anorexia, que por suerte logré superar, no sé ni cómo. Bueno, sí. La superé pensando en el amor que tenía por mis seres queridos. Aunque hoy en día no me siento así. Porque tengo sentimientos encontrados con mis padres, y me duele. Pero en ese momento, ese sentimiento me ayudó a salir adelante. Aunque mi madre nunca cambió su acititud conmigo. Sí que fue un palo enorme para ella y para mi padre, y es cierto que sufieron. Pero a día de hoy, ella me sigue haciendo sufrir con su puta actitud estúpida. Queriéndome alejar de mi pareja. Molestándose cuando salgo y subyugándome a estar en casa todo el tiempo, exigiéndome académicamente, chantajeándome, volviendo a decir que quiere morirse, que soy una mala hija, que me vaya de casa y que no vuelva, si no le sigo la corriente... 

He recurrido a una psicóloga. Mi madre hoy día no me lo quiere pagar, a pesar de tener una posición económica buena.. le tengo que suplicar para que me deje. Piensa que no es necesario. Mi pareja me está pagando las sesiones. Cuando termine de estudiar ya le pagaré y se lo devolveré..
Sin embargo, a veces mi madre me quiere comprar la ropa o los zapatos que a ella se le antojan porque cree que es lo que debo ponerme, y si le digo que no me grita y me lo echa en cara. Está perdiendo la cabeza... Y mi padre no quiere que trabaje porque me ve incapaz, y me dice que a dónde voy a trabajar. Es cierto que prefiere que estudie, lo que está muy bien, y es lo que hago. Pero aun así, me quitan las ganas de trabajar. Igual que me quitan las ganas de salir. Tengo que dar 500 explicaciones para poner un pie fuera de mi casa, y solo quieren que esté con ellos encerrada en casa, aunque no nos crucemos una jodida palabra en todo el día y solo esté encerrada en mi cuarto. Pero quieren tenerme "controlada".

Por otra parte, no me pagan este curso universitario porque tengo una matrícula de honor que me costea el año, por tanto, no pueden pedirme nada ni exigirme nada. Ni se los permito ya.. Pero espero reponerme emocional y psicolgógicamente y quizás trabajar, si es necesario, para costearme mis cosas. Y cuando termine mis estudios, independizarme. Aunque ellos no quieran. Y encima los tendré que cuidar de mayores. Que no digo que no deba, pero es cierto que no me nace de dentro. No ahora mismo. 

Le he contado por primera vez todo esto a alguien que no sea mi pareja (la cual me apoya en todo y me entiende). Se lo he contado a mi psicóloga, y me ha dicho que no tengo que sentirme culpable por sentir ese sentimiento tan devastador hacia mis padres, por sentir que los odio. Sé que es difícil de entender, pero es lo que siento... Y me ha dicho que hay una causa para ese odio o esa indiferencia, que es "normal". Que hay abuso en mi familia. Me dijo que tenía la pinta de ser abuso físico y psicológico. No sé si es del todo real todo esto, si realmente ha habido abuso. Ella tampcoo me lo quiere confirmar, porque es cierto que tampoco hemos hablado lo suficiente del tema, o bien no quiere que me hunda. O bien porque por profesión no me lo dice. Pero me siento inundada con todo eso, y le he pedido ayuda para sobrellevar el dolor, porque yo sola no puedo con todo. 

Y dejo una última reflexión... que puede que me equivoque.... pero preferiría vivir en una familia con menos recursos pero que me diera más amor. Porque al menos así tendría ganas de sobrevivir, pero no de matarme. 

Y muy a mi pesar pienso, que si duele, no es amor.


Gracias por leerme, si habéis llegado hasta aquí, y un abrazo. Siento este tocho enorme.. 

 

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