(De antemano pido disculpas por la extensión)
Hola! mi nombre es Ale. Tengo 27 años y una buena vida. Actualmente vivo sola en una ciudad que no es mi ciudad de origen, amo mi familia y a mi novio, con quien llevo 7 años de relación, y tengo un trabajo que adoro.
Suena súper lindo, pero en mi trabajo debo lidiar con mucha presión. No es sólo la típica presión laboral que todos experimentamos y es súper normal, sino que trabajo con personas que han sido vulneradas a lo largo de la historia, por lo que mi "conciencia social" se ha despertado de una forma bastante agresiva.
Antes, hace un par de años atrás, tenía una idea de cómo me gustaría vivir mi vida, de lo que me gustaría hacer, dónde me gustaría vivir, etcétera, pero hoy en día me he dado cuenta de que la vida no es tan sencilla como yo pensaba, y no lo digo por mí, porque mi vida es buena, lo digo por otras personas que no lo están pasando bien, y por las que trabajo día a día para evitar que más personas caigan en esto.
Esto me ha llevado a pensar que necesito seguir involucrándome con la sociedad, y no sólo con la que participo actualmente. Me gustaría conocer otras historias, otras realidades, otros rostros, otras vidas. Seguir viajando, aprendiendo, y creciendo como persona, pero no tengo ningún plan específico. Planeo no tener planes.
Y en este esmero por replantear la vida que quiero llevar, me di cuenta de que, en el fondo, siempre he hecho lo que yo quiero hacer, y es mi pareja quien ha tenido que adaptarse a mi ritmo. Nosotros, hace tres o cuatro años atrás, decidimos hacer un trato: el que se iba primero, el otro lo seguía. Pero hasta el momento sólo he sido yo quien lleva las riendas, y en este último cambio de ciudad, él no ha podido adaptarse por lo que llevamos una relación a distancia (aunque nos vemos muy seguido, aproximadamente 10 días al mes).
Esto me hace pensar que he actuado de una manera egoísta, pues nunca he analizado el impacto que esto está generando en quienes más me quieren. Recién ahora me he detenido a pensar, y creo que ya no debe seguir ocurriendo. Además, está sacrificando cosas que sé que son importantes, pues él quiere ser padre, y yo he decidido y reafirmado mi decisión de ejercer mi derecho a no ser madre (aunque creo que muy dentro de él, cree que cambiaré mi opinión, pero no lo admite).
A él lo amo, y él me ama. Somos una buena pareja, incluso tenemos amigos que nos toman como "ejemplo" de lo que a ellos les gustaría tener en una relación, lo cual es maravilloso. Jamás peleamos, el sexo es bueno, somos muy amigos, andamos siempre en todas juntos. Sin embargo siento que no tenemos mucho futuro juntos, pues queremos cosas diferentes.
Se lo planteé hace unas semanas atrás, le conté que pese al amor que nos tenemos, no tenía mucho sentido continuar una relación que sólo estaba beneficiando a uno (a mí, y que no era justo que él tuviera que siempre estar sacrificando familia, amigos y proyectos personales. Por primera vez sentí que había decepción en su mirada y sus palabras, y cómo no, si jamás habíamos peleado, jamás habíamos acabado la relación, jamás hubo infidelidades, suena extraño que alguien quiera terminar una relación cuando no ha habido indicios de que esto se fuera a acabar.
No obstante, siete días después, conversamos y retomamos la relación, con la condición de reevaluar a fin de año si debíamos seguir juntos o no. En ese momento parecía buena idea, pero sigo sintiendo lo mismo, me sigo sintiendo extraña, incómoda, pues no quiero hacerle daño. Lo amo y sufro sólo de pensar en que nuevamente mis decisiones le están afectando. Si sigo con él, le estaré privando de sus proyectos personales, pero si no, le haré sufrir por amor.
¿A alguien le ha pasado?
¿Alguna sugerencia?
Gracias por su tiempo.