Hoy quiero hacer unas reflexiones para ti mamá...
Quiero plasmar lo que sentía y lo que siento,
Todo empezó en marzo, 19 de marzo, el peor día de mi vida sin duda. No se me olvidará jamás aquella imagen, tú allí muerta, los del SAMU nos dijeron que lo sentían, que no podían hacer nada más. Caí de rodillas ante tu cuerpo. Lloré mucho. Rota de dolor, porque la persona más importante en mi vida, la que más me había ayudado, a la que más necesitaba se había ido. Cogí tu brazo y lo puse sobre mí, como si me abrazaras una vez más. Necesitaba tu consuelo, tu amor, tu.. tranquila bonica, todo irá bien tú puedes!!
Mi alma lloraba y suspirabano te vayas, ¿Quien vendrá en mi socorro cuando caiga?no te vayas decía una y otra vez, no nos dejes por favor, ¿Quien celebrará mis triunfos? ¿A quien acudiré cuando mi corazón se parta en mil pedazos?
Mamá aún soy demasiado joven para quedarme sin ti, cómo puedo ser mejor sin ti?...
Mil preguntas pasaban por mi cabeza y mi corazón estaba totalmente roto, sentía un dolor inmenso era horrible.
"Era como una pesadilla y yo esperaba constantemente despertar" Sentí que perdía la fe. De pronto mi vida era más pequeña y más pobre y sentí una carga aplastante de desconsuelo. Me sentí estafada al no poder vivir el resto de mi vida contigo.
Recuerdo que a los días el papá y yo hablamos de Dios, de por qué se te llevó?, llegamos a la conclusión de que eras tan buena que hasta Dios quería tenerte cerca, de que tú nos ayudarías con más eficacia desde ese momento, desde tu parcelita en el cielo. Pero era muy duro pensar que tu muerte era algo bueno. Las palabras parecían desvanecerse en la duda, en una congoja insuperable, en un verdadero motín del alma. Nos sentíamos rotos por dentro, hasta hoy aún pienso que esa destroza interior que nos provocó tu muerte aún está recomponiéndose. Un año y pico después aún lloro amargamente tu pérdida, aún te sigo necesitando mucho, aún no me he acostumbrado a estar sin ti.
Te extraño, te extraño a todas horas para lo bueno y para lo malo. Pero mamá el mundo no se detiene, el día que te fuiste sólo acerté a decir que voy a hacer yo sin ella y no me equivoqué te sigo necesitando como cuando era niña, nada más que pienso en los días que se suponen serán los más felices de mi vida pero no serán felices del todo porque me faltaras tú.
Mi duelo fue más intenso en las primeras semanas y meses. Pasado el tiempo, sigue habiendo momentos en que quisiera poder estar contigo, para hablar, reír, tener desacuerdos, ir de compras, al gimnasio o simplemente estar juntas.
Tu muerte me mostró el afecto y compasión que existe en otras personas.
Los rostros de amigos y vecinos me decían lo difícil que les resultaba aceptar la realidad de tu muerte. Pese a su propia tristeza y la manera en que mi pérdida se reflejaba en sus vidas, vinieron para estar a mi lado, a nuestro lado. Lo que más me ayudó de la gente fue la capacidad de escuchar sin juzgar. Ahí estaban presentes, acompañándome en el viaje del duelo. Me ayudaron a descubrir que no tenía por qué aceptar lo que pasó como algo bueno, pero que tenía que encontrar la manera de vivir con esa experiencia. El apoyo y el amor de los amigos y la familia sigue siendo una de las partes más ricas de mi vida.
Creo que no es el tiempo el que cura, me sigue doliendo mucho no tenerte conmigo y creo que me dolerá toda la vida, no es que nos deje de doler, es que tenemos que aprender a vivir con este amor y aprender a tener la esperanza de que algún día te veremos otra vez. Es difícil confiar en Dios cuando sentimos que nos ha quitado lo que mas queríamos, pero,
Tener fe es importante, decías. Y esa fe me dice que el amor no puede morir nunca. Que estás de alguna forma cerca de nosotros, cuidándonos, apoyándonos en los momentos difíciles y en los felices celebrándolo más que nadie con nosotros Y la verdad es que tengo ganas de volver a verte. Bien lo sabes. Sin ti la vida es menos vida, me da pena pensar que ya no volveré a llamar a tu teléfono y oír tranquila todo va a salir bien . Y eso es algo que pesa. Un pesar que a veces llevo mal, muy mal, pero intento acordarme de tus palabras de aliento, de tu alegría y entonces cojo impulso y sigo hacia delante sintiéndome cada día un poco más fuerte.
Mamá. Nunca podré agradecer bastante el cariño que me diste, Para mí no estas muerta del todo. Hablo contigo diariamente, siento tu presencia No, no eres una fantasía. Sigues ayudándome. Formas parte de mi vida. Y lo noto. Y quiero dar fe de ello, y escribirlo, y proclamarlo a los cuatro vientos. Habrá gente que piense que me lo imagino, que son las ganas que tengo de tenerte cerca, de saber que estás, y puede que tengan razón , pero yo lo siento así y eso me ayuda, así que por qué no?
Me gusta recordar unas frases que encontré en Internet que dicen;
No he muerto.
Sólo me fui antes
y no quiero que me recuerden con lágrimas
como aquel que no tiene esperanza.
No he muerto;
aunque mi cuerpo no esté,
siempre mi presencia se hará sentir
Seré el silencio de nuestro hogar que tanto compartimos,
seré la brisa que besará sus rostros,
seré un recuerdo dulce que asista a su memoria,
seré una página bonita de su historia.
Perdón a todos,
tomé únicamente uno de los trenes anteriores
y se me olvidó decirles...
No estoy muerta, sólo me fui antes.
Y por último ésta que me encanta y que intento imaginar que tú me la dices constantemente..
.no temas, sigo aquí.siempre, siempre, estaré a tu lado
¡MIL GRACIAS!
POR SER COMO ERES, POR LO QUE ME DISTE, POR HACERME SENTIR AFORTUNADA POR TENER UNA MADRE COMO TÚ, POR DEJAR EN NOSOTROS PARTE DE TI Y POR ESTAR AHÍ SIEMPRE.
TE QUIERO MUCHO MAMÁ.
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