Soy un mantenido y creo que eso me está dando problemas

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Tengo 18, cumplidos en noviembre del año pasado y entré a la universidad hace poco menos de un mes. Recién conozco el mundo de los adultos y de he decir que, además de ser algo completamente nuevo para mí, es bastante irracional. No sé si la disfuncionalidad es anterior a lo que pasó hoy, pero he de decir que eso me ha supuesto mucho sufrimiento.
 
Resulta que todo comenzó con un trabajo en grupo que tenía que hacer para la universidad. Como es un «trabajo en grupo», me tengo que reunir con «un grupo», pero el problema es que el punto de reunión era otra ciudad. En principio no es la gran cosa, pero mi desgracia comienza cuando me estaba yendo al terminal a coger un bus. Casi cojo el bus en el sentido incorrecto (debía irme a la izquierda, y casi me voy a la derecha), ese casi error no se convirtió en un error en acto porque mi abuelo estaba en la otra acera diciéndome con señas que no debería ir por ahí.  
 
Todo bien, le hago saber que no comprendía su recomendación y él tenía una voz un tanto alterada, como si estuviera enojado o molesto por eso. No le di importancia; me fui al terminal, cogí el bus, fui a la otra ciudad, me reuní con mis compañeros y trabajamos como mejor pudimos. Curiosamente, el problema me ocurre a pocos metros de mi casa (digo «mía» porque ahí vivo, pero es la casa de mi abuelo), me asalta un sujeto armado y me roba unas monedas, mi teléfono móvil y un reloj. Fue aquí, en la ciudad donde vivo, no allá en la ciudad donde era extraño. ¡Qué irónica que es la vida! Fui a la estación de policía más cercana, me dijeron que vaya a otro sitio para establecer la denuncia y di un paseo con ellos con la esperanza de encontrar al delincuente sin ningún fruto.
 
A partir de ahora viene lo interesante: Cuando le cuento a mi padre que fui asaltado por un sujeto armado con un cuchillo y un revólver, ¡lo que hace es echarme la culpa a mí! ¡A MÍ! ¡LA VÍCTIMA! Dijo que cómo voy a andar por la calle con ese bolso tan lindo que llevaba, cómo voy a meterme a pasar por un parque (donde siempre pasamos desde que tengo memoria ¬¬, cómo voy a coger el bus que me deja literalmente a solo una calle de mi casa en lugar del que me deja al frente mismo, etcétera. ¡Como si yo pudiera ver el futuro! Ahora que pasó, siento más empatía con las víctimas de violación o de otro tipo de violencia, les meten argumentos tan insensibles y estúpidos como estos. Lo único que consiguen es que se sientan peor con ellas mismas, como si ellas fueran las últimas culpables de su desgracia. Tengo una hermana pequeña; espero que si le llega a pasar eso y ojalá que no, esos imbéciles hagan el favor de cerrar su puta boca que ya mucha mierda sueltan.  
 
¿Qué sucedió de ahí? Mi «estupidez» fue tema de discusión entre los mayores de mi hogar. Suelen hablar despectivamente de mí justo en el cuarto de al lado de donde estudio, juego y hago actividades de ocio. Normalmente me encierro y no les presto atención porque suficientes problemas tengo ya como para sentirme peor conmigo mismo. Desde muy joven, cuando fui víctima de un cruento acoso escolar, aprendí a hacer oídos sordos a las ofensas e infamias, pero lo que sucedió hoy fue el colmo. Tengo un control de Xbox 360 para Windows que me compré con mi dinero (que me regalaron unos familiares a raíz de que falleciera mi madre) para jugar variedad de cosas en mi tiempo libre, pero mi abuelo ve con muy malos ojos eso. Cree que los videojuegos son la máxima expresión del vicio (a pesar de que él juega solitario en PC ¬¬ y de paso con que se les puso en la mente que soy poco menos que un idiota (porque la persona docta para ellos ha de poder tener el don de la omnisciencia, supongo), decidieron que lo mejor era venir y confiscarme mi control. Yo suelo jugar de noche, tengo vida nocturna y suelo despertarme al medio día, recalco que soy un mantenido (un parásito), es decir, todo está en mi contra. De seguro ustedes también se pondrían de su parte si hubieran estado ahí.
 
De cualquier modo, ellos no creen que sea «normal» que me despierte tarde. Les dije que lo normal, entendiendo por eso lo que hace la mayoría, no tiene que ser ni bueno, ni racional, ni justo, ni correcto, ni nada, puede ser lo contrario y que apelar a la normalidad es una forma de hacerlo a los prejuicios irracionales de la época. Craso error, me dijeron que me deje de «mis filosofías bobas» y que deje de amenazarles. No era mi intención, pero asumo que mi alterado tono de voz daba a entender lo contrario. Yo insistí en que lo que decía carecía de significado lógico y demás movidas que debí dejarme para los debates en internet, porque en el mundo real solo causan problemas. Mi abuelo me amenazó a mí y a mi padre con botarnos de la casa. (: Se puso tan enojado que no atendía a razones, o era lo que él decía o nos jodíamos. Y yo también, ¡oh pobre idiota!, por no haberme callado y asentido silenciosamente ante los prejuicios del señor de la casa. Chicos, la palabra de quien tenga poder es ley y no hay nada que pueda hacer al respecto si me quiero seguir apoyando a él (ser un parásito).
 
Además de eso, mi padre me sacó al parque (a pocos metros de donde me robaron) para decirme que (ríanse si quieren, no voy a negar que es gracioso) ESTABA DROGADO. Esto es muy curioso porque tenía dos motivos para creer eso: se lo dijo el «espíritu» de mi difunta madre y que me veía alterado como los chicos que se drogan en el sitio donde da clases. ¡Que razones más malas, Dios mío! Otra discusión de dos horas y pico en la que le dije que el supuesto espíritu estaba mintiendo (porque no me fui a drogar, fui a estudiar) y que no podía hacer un diagnóstico tan falaz (una cosa es toser por tener gripe y otra por tener cáncer de pulmón). En la vida real soy ateo y cuando mi padre se pone a hablar de espíritus, creo que está delirando de una manera tal que prefiero no escuchar. Sin embargo, nunca he dado muestras de eso y hasta tuve que decir que «el espíritu» era «un demonio» para ver si me creía (si decía que era ateo, me metía en otro problema). Cuando regresé, el seguro de la puerta, una de las únicas maneras en las que podía evitar escuchar las tan dañinas críticas, había sido retirada por mi abuelo. En fin, quedé en que iba a cumplir de lo mejor manera posible su capricho de no trasnochar y que le ayudaría con lo que toca hacer en casa, que no es que no lo haga, pero ellos dicen que no es suficiente.
 
Tomé varias decisiones a partir de este traumático día: la primera es que ya no quería otro celular porque los peligros de que roben o de que me echen en cara que paso mucho tiempo ahí no eran superiores a los beneficios; borré mi Twitter y me deshice de la tarjeta SIM porque la red social porque tengo una crisis de otra índole, ideológica (sí, también tengo estrés relacionado con no saber qué filosofía política apoyar, ¡es el mejor día de mi vida!), quería abandonar toda influencia que me impida ser imparcial, y porque la segunda era inútil ya; que lo mejor es conseguir independencia, por tanto empleo, cuanto antes porque aquí estoy oprimido (sé que esa última palabra suena fuerte, pero no se me ocurre mejor forma de llamar lo que sufro); y de no irme a otra ciudad a estudiar más porque el sufrimiento de que me infamen así no vale el trabajo que me ahorro en un trabajo grupal.
 
Les pido humildemente que me aconsejen. Esas decisiones que tomé las hice con la cabeza caliente, no sé si es lo más apropiado. Solo espero que después de conseguir un trabajo no me reclamen tanto y pueda recuperar algo de la privacidad que tanto aprecio. No sé, gente. Espero sus respuestas. Ojalá encuentre.