Maribel, no eres un fracaso. Te entiendo a la perfección, yo crecí en un ambiente de drogas, prostitución y de poco amor familiar. Mi padre murió cuando yo tenía 11 años y mi madre me pegaba y me rechazaba. No te voy a engañar, yo siempre fuí muy fuerte, tuve amigos y tuve mucho carácter. Me rebelé contra mi madre y organicé toda mi vida. Ahora mismo estoy en la universidad y tengo mi propio piso. Me costó mucho salir de ahí, me diagnosticaron depresión y ansiedad, pero jamás tomé la medicación. Para mí significaba evadirme pero no superar los problemas reales. Nunca creyeron en mí, me llegaron a decir cosas horribles como que no serviría ni para ser prostituta, me pusieron cuchillos en el cuello y me echaron de casa. No todo el mundo aguanta igual los problemas. La gente tiende a pensar que las personas que pasamos por esto es por que somos débiles pero yo te digo que eso no es así. Pasamos por esto por que no podemos comprender el mundo en el que vivimos y nos gustaría encontrar soluciones a todo. El camino para salir no es fácil pero si te voy a decir una cosa: no dejes que el mundo externo determine lo que tu quieres ser o como vas a vivir tu vida. Debes pensar exclusivamente en tí, en disfrutar de la vida y vivirla, al máximo. No necesitas nada ni a nadie, metete eso en mente. A LA ÚNICA PERSONA QUE NECESITAS ES A TI MISMA. No importa que camines tu sola en este mundo, no te lamentes de tu vida, ecnuentra lo que te mueve, lo que te hace levantarte de la cama. Haz deporte, sal a la calle sola, ves a bares y habla con la gente. Yo siempre estuve sola, nunca conté nada a nadie. Los pasos que yo segí por si te sirve: Lloré, lloré y lloré. Me quejé de mi vida, me lamenté y desée tener otra vez. Pen´se que era muy joven y que no podía querer desaparecer ya por que había gente que no estaba en este mundo y era una falta de respeto. Ocupé todo mi tiempo haciendo cosas, hacia deporte, trabajaba y estudiaba. Mientras tanto, ahorraba para el piso y seguía pagando mis estudios por que nadie creía que pudiera llegar algún dia a la universidad. Pasé de suspender a aprrobarlo todo. Los profesores vieron mi cambio y acabé en mi instituto con matrícula de honor, recogiendo mi título con la cabeza muy alta. Había días que estaba cansada y lloraba y me enfadaba pero ya no me lamentaba. Pasaba poco tiempo en casa y dejé de centrarme en los problemas para ver todos mis triunfos. Cambié hasta mi estilo de vida, vestía distinto, leía muchisímo, no juzgaba a las personas, comía diferente y empecé a ser otra. Después empecé a hacer meditación y yoga, fue una de las mejores decisiones de mi vida. Ahora sigo con todo matrícula en la universidad, tengo un buen trabajo, estoy estudiando inglés, hago deporte y yoga y tengo mi propia casa. Solo necesitaba creer que tenia una vida, que necesitaba cambiar mi rumbo y que debía centrarme en mí. Ahora soy perfecta para toda mi familia y se lamentan por haberme despreciado. Dejé de creer que era un fracaso para creer que ellos necesitaban hundirme para sentirse mejor. Y pasé a ser la mejor. Mi consejo es que hables contigo misma, te preguntes si eres feliz con la vida que llevas y si mereces perder un día más de vida o vivir como quieras hacerlo. Y a partir de ahí, toma tus decisiones y determina tu lo que quieres y tu vida.