Sabes que ni la ocasión ni la persona lo merecen, pero algo te dice que va a ser una cervecita con un sabor especial, ese sexto sentido del que todos hablan y que tú creías muerto hace acto de presencia, además, hay indicios sobrados de que va a ser algo importante, nunca hasta ahora había querido compartir una tarde contigo, más bien os movéis en esa franja horaria en la que todos los gatos son pardos y lo mismo da que te llames Aurora, que María que Cayetana.
Y engulles más que comer, y te duchas, y hoy no corres....¡¡vuelas!!..., la ducha retrasó la salida de casa y no ves el modo de llegar al curro, y te duele la cabeza de intentar no pensar que piensas que él piensa que vales la pena, y no das pie con bola en el trabajo y quedas mal con esas amigas que deben estar hasta el moño de que seas la única que no ves, y llega la hora.
Y te sientas, lo tienes enfrente y lo ves nervioso, como intentando vomitar unas palabras que no salen, con ayuda de un par de cervecitas no hay problema, por fin..................
Y te ves en el cuarto de baño, mirándote al espejo y repitiéndote: idiota... no puedes llorar, idiota...... no des muestras de que te ha metido otro derechazo, idiota..... mantente fría, que lo sentimientos no puedan, idiota............ si es que eres idiota......... Y te tomas otra cerveza y escapas de la escena visualizando dos palabras: no sentir, no sentir, no sentir, no sentir...... y como un bloque de acero te levantas y te vas.
Y haces el camino a la inversa, y ya no corres, ni vuelas. Intentas retrasar la llegada a casa porque la soledad te habla, y te grita, y te humilla con la humillación que tú misma has permitido. Y vuelves a ver su sonrisa irónica y vuelves a escuchar el ofrecimiento de ser sólo sexo puntual para él, porque sabes que no vales nada, porque ya te dijo que tienes unas tetas de mierda que deberías operarte, porque eres enana, porque tienes los hombros estrechos, porque tus labios no son apetecibles, por tantas cosas que decidiste olvidar y que jamás has olvidado porque la baja autoestima es bagaje de toda una vida y él ha sabido dejarla rozando el suelo.
Y lloras hasta el infinito intentando que las lágrimas arrastren tras de sí toda esa mierda, y el tiempo pasa, y ayuda, y en nombre del perdón lo mantienes como amigo y en nombre de la amistad te conviertes en los oídos que escuchan sus noches de juerga. Y un día descubres un hilo invisible que te sigue uniendo a él más de lo que quisieras, un hilo hecho a base de menosprecios que te impiden abrirte al mundo. Y quieres salir de esto y no sabes cómo. Quieres aprender a quererte e ignoras de qué manera. Alguien sabe cómo?? Es mi deseo.