La historia es así: soy un varón, tengo 45 años. Me casé hace 14 con una mujer, digamos, atractiva, buena madre y esposa, pero celosa en extremo: vigiladora, controladora, esculcona (me tiene vigilado hasta por GPS). En 2014, por cuestiones laborales, conocí a una chica, muy flaquita, diez años menos que yo, achispada, simpática, que venía de un divorcio y con una hija chiquita. Ella tenía una pareja de ocasión. Pronto nos enganchamos y puedo decir sinceramente que nos enamoramos perdidamente. Gran sexo, salidas, conciertos. Mi esposa se dio cuenta rápido y me metí en un tobogán de tensiones por mantener el estatus y a mi chica. Nunca tuve los huevos (diría que por los hijos, pero en realidad por no aceptar que me habían descubierto) para dejar a mi esposa. Acepto mi culpa. El rollo duró dos años, hasta 2016 que mi esposa me encontró mensajes que ni cómo negarlos. Fue y ha sido una terrible crisis. Me distancié de mi chica y terminé por separarme para aclarar la mente por ahi de 9 meses. Aclaré la mente y decidí ir por ella, pues ya no amaba a mi esposa (creo que incluso desde antes de conocerla a ella), pero ella ya estaba con una nueva pareja, un chico incluso menor tres años. Me puse rogón y menos quiso volver. Caí en depresión, aunque con ella nunca he perdido la comunicación. Hablamos poco, mensajeamos todos los días, pero evita los temas relacionados con el "nosotros". Mi esposa no ha quitado el dedo del renglón (cubro todas las necesidades de ella y de mis hijos) de que debo estar en casa, pero recién me entero que mi esposa ha tenido una aventura ¡desde 2015! con un compañero de trabajo. Caí en la cuenta del error tan grande que cometí al no haber sabido separarame desde antes por los celos, y el control y haberme dado una segunda oportunidad con la chica que quiero. Ella ya no me quiere aunque daría cualquier cosa porque volviera e iniciáramos una etapa distinta. ¿Qué opinan?