Hola, Bel.
Más que un pozo, lo tuyo tiene la forma de una especie de bucle, la repetición de situaciones y conductas que no te favorecen.
Y no te favorecen porque nunca te has puesto en el centro de tu propia vida. Tú tienes que ser el eje siempre; de lo contrario, toda esta sucesión de eventos y emociones carece de sentido.
Estamos hablando de egoísmo en el sentido más sano de la expresión, el que involucra cultivar el amor propio y conseguir vivir en paz con uno mismo.
La variante negativa de ese vocablo aflora cuando no tienes registro ni interés por el otro, sea quien fuere. Está clarísimo que no es tu caso.
Sí se la puede encontrar en tu pareja, por ejemplo: alguien para quien resulta más importante vivir en "un lindo lugar céntrico" que compartir sus tiempos y espacios contigo, no alberga sentimientos suficientemente potentes como para superar la protección de sus intereses más elementales.
Eso de "ser feliz" suena un poco utópico. Lo verdaderamente sano y deseable es alcanzar la paz interior que mencionaba antes, y eso sólo puede lograrse identificando y priorizando tus necesidades anímicas, incluso aquellas que te parezcan superfluas o ridículas, por el simple hecho de que te hace bien satisfacerlas.
Un buen comienzo sería poner en orden la propiedad formal de los bienes que heredaste de tu padre y abuela. Por más que sientas lo contrario, esto no implica de ningún modo desear la muerte a tu madre ni sacar ventaja de ella; es nada más que acomodar a la realidad actual (humana y jurídica) la situación de esos bienes. Y, sobre esa base patrimonial, empezar a reorganizar tu vida como te parezca mejor.
También ayudará el acceso a un trabajo que sea verdaderamente de tu gusto, y que priorices ese tiempo y esa actividad por encima de los vaivenes emocionales, no porque se lo debas a alguien sino porque son tuyos, tuyos y de nadie más. Además de ganar tu sustento, tiene que sumar a tu bienestar general.
Por favor, permite a tu ego tomar el lugar que le corresponde. Es la única manera de ser libre y vivir en paz.