He conocido a un chico muy diferente a mí (respecto a cómo vivimos la vida)que me ha ayudado a abrir los ojos. Me preocupa seguir hablando con él y que se aburra, o que no entienda lo que diga., porque yo he sido una persona que ha vivido con miedo toda la vida.
Desde pequeña he cuidado mi lenguaje, mis formas, todo… Tengo 18 años y me estoy dando cuenta de lo poco que he disfrutado la vida con estos pensamientos de desconfianza y miedo, y yo he sido la que ha desarrollado esta vida aburrida, aunque es verdad que lo que me ha pasado en casa y mi baja autoestima estos años no han ayudado a que creciese con una personalidad sociable y divertida.
Echaba la culpa a los que me rodeaban en la ESO por crecer así, cuando yo he sido la que ha permitido que se comportasen de manera distante hacia mí. Y esto se debe a que no tengo amor propio y desde los 13 años me he dedicado a ocultar lo que era y lo que me gustaba, no tenía ni voz ni personalidad. En vez de dedicarme a mí, perdía el tiempo en complacer a los demás y en intentar ser como ellos. No era yo, era una falsa que no quería estar sola y le daba miedo ser como era.
Ahora, con 18 años, no tengo historias que contar ni relaciones sociales estables. No he tenido buenas experiencias a la hora de relacionarme y disfrutar de lo que me gusta, porque ni se lo que es. No me conozco, ni se quien soy ni a que aspiro. Centrarme en agradar a los demás y en buscar atención ha sido mi mayor error. Ni siquiera me dedicaba minutos para entender mi cabeza. No se que palabras usar, ni que decidir.
Con todo, puedo afirmar que estos dos años mis habilidades sociales han mejorado…pero mi personalidad no. Me consideran una persona buena, tranquila… y escuchadora. Y yo me considero una persona sin personalidad que no tiene nada claro y tiene miedo a quedar con las personas y conocer gente nueva por no saber que hacer ni que decir.
Y lo que más me preocupa es tener bloqueos mentales y bajadas de ánimo. No se que me pasa, pero quiero quererme de una vez por todas y disfrutar con mis amigos.
