Casi todo el mundo ha mentido alguna vez para impresionar a alguien del sexo opuesto. Si son pequeñas mentiras sin importancia, que no puede llegar a descubrir nunca, ni te preocupes. Pero si has dicho alguna mentira muy gorda e importante, mejor que se lo cuentes ahora tu, antes de que lo descubra de otra forma, ya que sería mucho peor. Más vale pasarlo un poco mal ahora, que muy mal después.