Se que muchas pensais que si escribierais cartas a vuestra suegra no acabariais nunca, estoy de acuerdo, yo tampoco acabaría nunca así que esta será la última, pero os aseguro que el hecho de escribir estas cuatro cartas me ha aliviado bastante. No he escrito sobre los acontecimientos más trágicos , que los hay, con muerte de familiares cercanos incluida y que han empeorado la relación con mi suegra, porque descubrí atónita, qui ni ante acontecimientos tan nefastos como la muerte de un ser querido ella era capaz de olvidar sus diferencias y aflojar la cuerda. Tiro hasta que se rompió y no paró por nada ni por nadie, ni en las circunstancias más dramáticas en la vida de una persona como son la muerte de un hijo o de una madre.
El final de todo esto es que hoy día yo no tengo ninguna relación con los padres y la hermana de mi marido. Decidí que no quería seguir aguantando los ataques y los desprecios de mi suegra y su familia. Mi marido me apoya, aunque en un principio le costó mucho darse cuenta de lo que su madre estaba haciendo. Hoy sabe muy bien lo que su madre pretendía. Él si tiene relación con sus padres pero mucha menos que hace unos años, cuando era obligatorio mantener una relación con ellos porque así nos lo impusieron. No les importaba el mal que hacían, teníamos que estar allí los dos, supongo que para mantener las apariencias ante la gente. Cuando mi marido va a visitarlos no le ponen buena cara por haberlos puesto en su sitio, en lugar de disfrutar de su compañía y dejarse de tonterías, entreron en una especie de lucha de poder sobre su hijo.
Mi marido tuvo que hablar con su madre para ponerla en su sitio, una psicóloga, a la que ambos fuimos así se lo aconsejó, pero también nos dijo que ella JAMAS reconocería lo que estaba haciendo y así fue.
Os lo cuento para que esteis preparadas por si la pareja de alguna de vosotras piensa poner en su sitio a su madre. La madres que actúan metiéndose en la vida de sus hijo, creyendo que tienen derecho solo porque ellas los han parido, no son nada razonables, y pretender ponerlas en su sitio y que se conformen es casi imposible. En mi caso, comenzó a decir que su hijo ya no era el que era, que se lo habían cambiado, que ellos no lo habían educado "así ", y consiguieron que se sintiera culpable por reivindicar respeto para su pareja y su relación.Los padres de mi marido arremetieron contra mí, y comenzaron a ejercer una fuerte presión sobre su hijo. Le exigían que el día de Navidad lo pasara con ellos, el argumento es que ellos eran su FAMILIA, en los cumpleaños, y otras fiestas lo mismo. La presión ha durado ocho años, y parece que ¡por fin !se han rendido. Gracias a todas por la paciencia.
