Habla tranquila con ellos...
La fe debe salir de uno mismo, no ser impuesta. Si a ti no te gusta esa religión, nadie tiene el derecho de obligarte a practicarla, ni tus padres. Claro que vale la pena luchar por tus creencias, porque buenas o malas SON TUYAS. lo malo, es que no creo que te vaya muy bien con ellos, los testigos que he conocido son fanáticos de su religión, no vayas a desanimarte.