En primer lugar, perdonadme que me meta en una página femenina, perdonad también el rollo. Véréis : soy un chico de 22 años con buena presencia, pero me siento solo y triste debido a que los amigos con los que salía tienen novia, además en casa hay problemas. El otro día después de comer me fui a dar una vuelta y me encontré en la terminal de autobuses. Se me ocurrió coger uno que salía en ese momento, y así, a la aventura, me encontré en una pequeña y bonita ciudad a la que sólo conocía de nombre. A la hora de volver a casa, cuando estaba en la parada, llegó ella y se sentó a mi lado. Permitidme que os la describa : tiene de 18 a 20 años, estatura normal, y es más bien delgada, con el pelo castaño claro con mechas hasta los hombros y moldeado. Iba muy moderna, con uno de esos pantaloncitos cortos y gafas oscuras, no iba apenas pintada. Debe de ser romántica, porque llevaba una blusa sin mangas con florecitas. Ya iba a dirigirme a ella con una excusa, para entablar conversación, cuando se presentó un amigo suyo (¡qué suerte!) con el cual hizo todo el trayecto. Se bajaron en otra población vecina más importante. Allí se despidieron y ella se perdió entre la gente camino del centro. Me digo que debí haberla seguido, y siquiera sabría si iba a encontrarse con su novio; en ese caso, ya no la recuerdo más, porque no puedo quitármela de la cabeza. Me he enamorado a primera vista, y conste que yo me hubiera reído hace tiempo de alguien que hablara así, pero ahora lo comprendo. Tanto es así, que al cabo de unos días volví a su ciudad (distante unos 50 kms. de la mía), la cual se hallaba en fiestas, con la remota esperanza de verla. Pero, aunque estaba en la parada a la misma hora aproximadamente de la vez anterior, y aunque me había fijado bien por la calle, naturalmente no la vi. Eso me puso de mal humor e hice llorar a mi madre, lo cual me puso de peor humor todavía y tuve que pedirle perdón. Pero todavía he vuelto una tercera vez, sin ningún resultado. En esta ocasión no perdí tanto tiempo y pude bajarme luego donde ella lo hizo y recorrer el camino que ella debió de recorrer. Cuando camino por su ciudad, me digo que son las mismas calles que ella recorre, que quizá estoy pasando por delante de la puerta que ella atraviesa a diario varias veces y mirando a la ventana tras la que ella se encuentra. Esta mujer es mi luz en la noche. Cuando estoy solo en mi habitación, me imagino lo imagino lo bien que tal vez lo esté pasando con sus amigos, aunque es posible que tampoco se divierta tanto. ¡Cómo me gustaría formar parte de su círculo de amigos! Y aún me conformo con menos, con ser un conocido, un vecino al que ella ve y saluda tal vez sonriendo. Me siento celoso de sus amigos, también de ellas, de sus compañeros de estudios o de trabajo, de cualquiera que esté a su lado, hasta de su familia. Pero ir a su ciudad ya me resulta pesado y costoso. Yo soy un simple teleoperador, me estoy costeando la carrera y también he de ayudar en casa.Además, pierdo toda una tarde. Sería diferente si me desplazase para encontrarme con ella. Sintonizo por las noches con la emisora local : tal vez ella también la escuche. En todo caso, he pensado llamar a un programa y dar los mismos detalles de su persona que os he dado a vosotros. Hay alguna posibilidad de que ella se entere y me responda. No tengo suerte; de no haberse presentado ese amigo suyo, tal vez estaríamos saliendo juntos. Al menos, yo sabría a que atenerme. Por internet he encontrado mucha información de su ciudad y por ahí también la podría encontrar, quizá. Pero cuanto más tiempo pase, será peor. Me desespera la distancia y la dificultad del reencuentro. A veces tengo ganas de tirar la toalla, pero quiero luchar todavía un poco. ¿Qué os parece todo lo que explico? Bueno, muchas gracias y que tengáis un buen día.
