Te diré cómo
Hola. Yo tomé Alprazolam por cerca de tres años recetado por un psiquiatra para "ayudarme a dormir", y llegué a tomar hasta 6 mg por noche. Sí, es verdad: causa dependencia, y al grado de no poder "funcionar" sin ella. Los cambios que el medicamento causó en mi personalidad fueron extraordinarios, y en los tres años que la tomé perdí el trabajo; perdí a mi hija; me violaron dos tipos; contraje enormes deudas y me quedé en la calle. También me provocaron 8 microinfartos cerebrales. Y también me los recetaron después de un problema médico, igual que tú. En mi caso fue una isquemia cardiaca.
¿Cómo los dejé? No me sirvió para nada cambiar unas drogas por otras para "aliviar la dependencia", porque sigues en el mismo círculo vicioso. Ya sé que te va a parecer horroroso, pero lo único que me sirvió para dejarlos (y empezar a tomar mi vida en mis manos, lo que ciertamente la salvó, y no te estoy exagerando), fue cortarlos de tajo. Ni siquiera bajándole a las dosis. Y sí, hay síndrome de abstinencia. Lo más feo de él es que te dan ataques de pánico agudo y de ansiedad que no tenía antes de tomarlas. Pero el afrontarlos es lo que te cura para siempre de ellos.
Esto que te escribo es aparentemente desalentador. Uno no quiere mayores sufrimientos, pero no te dicen que la adicción a los ansiolíticos es peor, en términos neurológicos y psicológicos, que la adicción a la heroína. Y que si hubiera sabido lo espantoso que iba a ser ese síndrome tal vez hubiera preferido mantenerme drogada. Pero a fuerza e testarudez, a tres años (sí, leíste bien: tres años) después de haberlos dejado estoy empezando a reconstruir mi vida. ¿Desalentador? En realidad fue lo mejor que pudo haberme pasado. Porque dejarlos de golpe, y apechugar con el síndrome fue un infierno que, efectivamente, me curó, no sólo de ellos, sino de todo lo que me estaba estorbando en mi vida y que me hizo caer en los argumentos del psiquiatra.
Ya sé que esto que te escribo mo es para nada halagüeño. Sólo te prometo pasar por un infierno en el que tendrás que hacer mucho, pero mucho trabajo (algo que no mucha gente está dispuesta a hacer), pero, que al final del viaje, tendrás una recompensa inimaginable como la he tenido yo: Tu vida. Ni más ni menos. Reflexiónalo.