Hola,
Llevo cinco años casada, y conocí a mi marido dos años antes. Cuando le conocí tenía problemas con el alcohol, (de hecho tuvo un accidente de coche por ese motivo, cuyas consecuencias aún estamos pagando), y muchos demonios que le comian por dentro, pero aún así le di una oportunidad porque sabía que era buena persona, y eso era lo que yo necesitaba. Con el tiempo sus demonios fueron ganando fuerza:
- Celos injustificados,
- prejuicios contra las mujeres,
- rechazo perpetuo a mis muestras de cariño ("no me agobies", me dice siempre que intento darle un beso),
- golpes bajos (ejemplo: Una vez me preguntaron si era su madre, y a mi me dolió. Otro día que estaba molesto conmigo, me contó que una vecina le había preguntado lo mismo, y lo hizo a sabiendas que me haría daño escucharlo)
- además de seguir bebiendo, hoy en día de forma esporádica. Reconozco que ha hecho un esfuerzo, pero no lo deja del todo, y el alcohol le saca lo peor que lleva dentro ( una vez, estando yo embarazada de ocho meses, vino a casa bebido, se cargó un cristal y dio un puñetazo a una puerta. Resultó que había discutido con su padre -que es el origen de todas sus inseguridades-, y no fue capaz de enfrentarse a él por eso vino frustrado a casa).
Ahora tenemos un precioso niño de un añito, una bendición que conseguimos por FIV, y constantemente me pregunto si debería divorciarme. Las discusiones son frecuentes (al menos una por semana), y mi hijo ya empieza a darse cuenta cuando las cosas no van bien. No quiero criarle en un ambiente así, donde he de estar permanentemente defendiéndome de reproches y golpes bajos porque sí. Yo no soy perfecta en absoluto, y seguramente algunas veces tendrá razón para molestarse, pero si no le gusta como soy, en vez de atacarme, debería dejarme. Hasta se me ha agriado el carácter, y me doy cuenta que he perdido la paz interior que tenía antes de conocerle. Y el empuje. Porque me coarta, cuestiona todas mis iniciativas como si fuesen tonterias, y me hace dudar de mi misma. Se muestra paternalista conmigo, y lo odio.
Cuando me planteo dejarle, dudo porque no sé qué será peor para mi hijo: distanciarse de su padre ó ver como sus padres discuten constantemente. Además, dejé de trabajar para quedarme embarazada, y estoy criando a mi hijo a tiempo completo. Si me separase, el niño no solo perdería la convivencia con su padre, sino que yo tendría que dejarlo con mi madre o mi suegra para trabajar, y estaría doblemente abandonado por sus padres.
No sé si estoy exagerando, porque, a pesar de todo lo que he dicho aquí, él es buena persona, y le quiero. Es buen padre, adora a su hijo, y tampoco me parece justo para él separarle del niño, por algo que tal vez sea lo normal en una relación. (antes que él, no tuve ninguna relación seria, y no puedo comparar). Sé que no hay una relación perfecta, y nosotros, cuando no estamos discutiendo, nos entendemos muy bien. Le he ayudado a superar algunas de sus inseguridades, y ahora tiene mejor carácter, pero yo me siento infravalorada y poco deseada, y en ocasiones me dan crisis de ansiedad.
Nunca he hablado de este tema con nadie más que con él, porque los problemas de pareja deben quedarse en la pareja (si no hay malos tratos). Pero ahora tengo dudas por mi hijo. Es lo que más quiero en la vida y no querría perjudicarle por nada del mundo, pero no sé qué es lo mejor para él.
Gracias de antemano por vuestras respuestas. Necesito otros puntos de vista.