Estoy en una situación similar
a tí y me siento identificada, mis suegros la verdad que no se apuntan a comidas, cenas ni nada, pero cada vez que se les antoja aparecen sean las horas que sean y a mí también me afecta, también tengo un marido huevón que no dá importancia.
Mira yo lo que he ido haciendo es salir mucho, no estar casi nunca, sobre todo cuando sé que se me van a meter, y hay veces que trinco hasta las puertas y ni abro, porque así se acostumbran a qué no estés y por lo menos no se lo pones tan a huevo el ir a visitaros, de todas formas esta gente es así y prueban una y otra vez.
La batalla siento decirte la tienes un poco perdida, porque irán a tu casa a horas que saben que ya por coj0nes estáis, como puede ser de noche, y te mosquearás porque tu hija duerme y la despiertan, como me pasa a mí., y ya si tu marido está a favor de ellos ya ni te cuento.
La solución es como ha dicho una compi, es vivir lo más lejos de ellos y que yá por narices tengan que llamar para visitarte o les cueste un poco más de trabajo ir porque os tienen lejos.
Nosotros vivimos cerca y estoy pagando el pato, pero en mi caso el cambio de momento es imposible a mi marido le gusta ésto y ahora no están las cosas como para cambiar de casa.
Un besito y fuerza.