Hola amigos-as:
El próximo día 17 de septiembre se cumplirá el primer aniversario de la muerte de mi padre.
Por circunstancias de la vida me tocó pasar el último mes junto a él.
Fue un periodo muy difícil ya que estaba muy enfermo y su calidad de vida era muy pobre, dependiente del oxígeno casi las 24 horas del día y la noche.
Mis ojos, mis oídos y mi corazón vivieron y sintieron como una misma persona, mi padre, pasaba de pedir su propia muerte a luchar con todas sus fuerzas por seguir viviendo, a pesar de los dolores y las incomodidades.
Sus estados de ánimos iban desde rebelarse y gritar contra todo y todos los que le rodeábamos y cuidábamos hasta mostrarse como el ser mas débil y necestidado de ayuda del mundo, pidiendo perdón por todo.
Pasé por unas terribles situaciones de extrés que me hicieron incluso temer por mi vida, una segunda vida que se me regaló, ya que soy un superviviente de una arritmia cardiaca conocida como la muerte súbita.
Pasé todo mi mes de vacaciones haciéndole compañía lo mejor que pude y supe.
Tuve que tomar la difícil decisión de dejarlo ingresado en el hospital dado el deterioro de su estado, antes de yo regresar de mis vacaciones
Mi madre ya no tenía fuerzas para cuidar de él y si no lo hubiera hecho asi, en lugar de perder a mi padre,los hubiera perdido a los dos.
Recuerdo sus palabras que se me clavaron como cuchillos en el corazón: "Tu me ingresas aquí porque ya no quereis cuidarme, porque quereis que me muera"
No se las tengo en cuenta porque el era no era consciente de su gravedad y del estado de agotamiento físico y mental en que estábamos todos, mi madre sobre todo.
Murió cuatro días después del ingreso, En el hospital le dieron todo aquello que necesitó para aliviar sus dolores camino de su última morada.
Sé que hice lo correcto, porque la muerte es inevitable al igual que algo natural, como natural es también la vida misma. Ésta es el principio y la otra el final.
Debemos gestionar estos duros momentos con valor e inteligencia,sin egoísmos y sin querer ser más de lo que en realidad somos; hombres y mujeres con pies de barro que cumplen un ciclo natural establecido: nacer, crecer y morir.
Pero en realidad la muerte total no existe, Solo es total la muerte física, pero no la espiritual, la de sentimientos, la de los afectos y la de los recuerdos.
Abuelos, Papa, en mi corazón aún estáis y estaréis siempre presentes.