Buenas tardes Laura,
Aunque de buenas para ti según lo que dices no tienen nada de buenas.
La vida por lo que cuentas parece que te ha dado palos y pocas o ninguna alegría. Las fuerzas se te han agotado.
Quizás debas buscar algo que realmente te haga sentir bien, algo que quizás haya quedado enterrado entre tantas desilusiones.
¿Ha habido algún momento en que hayas sentido dfelicidad o que no hayas sentido ese vacío? ¿En qué momento? ¿Qué estabas haciendo o con quién estabas? ¿O qué es lo que te haría sentir bien realmente? Quizás te has aconstumbrado tanto a estar así que ya eres incapaz de imaginar otra cosa. Quizás incluso creas que te lo mereces por algún karma o alguna cosa similar. Pero, nadie se merece ser infeliz, ni estar triste, ni sentir desilusión por la vida.
Todo el mundo merece sonreír y acercarse lo más posible a sus sueños, pero también buscar sueños realistas alcanzables.
El primer paso que debes hacer es reflexionar sobre si hay algo o algún momento que hayas sido feliz y el porqué. Si no lo encuentras, quizás sea bueno que busques alguna actividad que te pueda interesar o gustar. Consultar asociaciones o actividades que puedan haber en tu localidad. ¿Qué te gustaba? ¿Qué te apasionaba? Trata de recordar, esa Laura ilusionada y con ganas de vivir. Recuerdala y preguntale todo aquello que necesitas.
Y sobre todo no dudes en consultar a un profesional si no puedes hacer ese primer paso de tratar de recordar lo que te ilusionaba o de encontrar actividades que puedan cambiar tu percepción de la vida y sobre ti misma. Y sobre todo alejate si puedes del entorno que esté afectando tan nocivamente en tu estado animico y autoestima. Si no puedes físicamente, al menos mentalmente y físicamente.
Puedes probar de escribir un diario de fantasías e ilusiones, puedes empezar a volver a caminar por este sendero de la vida, que aunque es un regalo a veces parece un auténtico infierno del cual una quiere escapar, pero, la única huida real es encontrar esa puerta oculta entre los matorrales y las malas hierbas de nuestras desilusiones.
Un abrazo y esperemos que pronto nos digas: Soy feliz. Y recuerda que no estás sola, aunque lo parezca.