Me siento menospreciada
Hola a todos, me gustaría compartir con todos vosotros la actual situación por la que estoy pasando en el trabajo, que si bien no tendría por qué afectarme, me está pasando factura hasta el punto de que ir a trabajar se ha convertido en una verdadera tortura.
Trabajo en una pequeña empresa en la que estoy desde que se fundó hace ya 7 años. Empezamos el dueño de la empresa y yo, y echándole muchas, pero muchas horas, conseguimos que la empresa se estableciera consiguiendo ser un referente en el sector a nivel local. Pero para llegar a esto tuve que sacrificar varios aspectos de mi vida personal, sacrificar horas libres y muchos fines de semana, y lo que para mi fue más duro, sacrificar mis ansias de ser madre. Todo esto, por un sueldo más bien bajo, porque "la empresa está arrancando y no podemos permitirnos grandes gastos". Mi falta de ingresos los suplía con la gran ilusión que tenía puesta en la empresa, pues al fin y al cabo siempre la he sentido como parte mía también.
Hace dos años, y debido al alto volumen de trabajo, mi jefe contrató a una chica nueva. Un par de semanas me bastaron para saber por qué la había contratado, alta, rubia, un buen cuerpo y con una excesiva predilección por llevar minifalda, pero muy muy poco productiva, de hecho, aún a día de hoy me hace preguntas tan absurdas que me pregunto dónde ha estado metida los últimos dos años...
Su principal desempeño es acompañar a mi jefe en las reuniones con los clientes y archivar documentos. Mientras yo llevo la totalidad de la gestión de la empresa, pues mi jefe hace años que se desentendió por completo de ella y ahora sólo se encarga de las relaciones públicas.
Esto sería sólo anecdótico si no me hubiese enterado un día por error de cuál era su nómina, ¡¡la señorita cobra un 50% más que yo!! Esto me hundió, llegué a pensar incluso que tenía un lío con mi jefe, porque si no, no tenía sentido. Esto, unido a una bajada de sueldo de mi marido por la actual crisis, me empujó a sentarme con mi jefe y pedirle trabajar horas extras para compensar ese dinero que iba a dejar de entrar en casa. Tonta que siempre he sido, conocedora de que la empresa aún no estaba ingresando suficiente no quise pedirle directamente un aumento de sueldo. La siguiente decepción vino cuando me lo negó, alegando que con la nueva incorporación la empresa se había quedado con poco margen para pagarme más, aún cuando trabajase 50 horas semanales.
Lo dejé pasar, y aunque me molestaba enormemente intenté pasar página y empezar a darle más valor a mi vida personal que al trabajo, para que así no me afectase tanto. Así fue que hace algo más de un año me quedé embarazada de mi niña. Mi vida dio tal giro que los meses que estuve de baja volví a recuperar la ilusión y viví esos meses como los mejores de toda mi vida.
La reincorporación al trabajo fue especialmente dura, muchas lágrimas y ansiedad por tener que separarme de mi hija, pero no me quedaba otra opción, mi marido finalmente había perdido el trabajo y mi sueldo era el único ingreso que entraba en casa. Ni siquiera podía plantearme una reducción de jornada para pasar más tiempo con mi hija.
Cuando volví al trabajo, todo había estado prácticamente parado en mi ausencia y el trabajo acumulado era interminable. Además, la relación con mi jefe se había vuelto bastante incómoda, ya que no me perdonaba que me hubiese quedado embarazada, y de hecho desde entonces tengo el sueldo congelado, a pesar de que conoce a la perfección mi situación económica.
Sin embargo, eso no fue lo peor con lo que me encontré, durante mi ausencia mi jefe había nombrado a la nueva empleada Consejera de la empresa, convirtiéndola incluso en Apoderada!!.
Esto si que ha sido un mazazo, me siento como Cenicienta, a la que sólo hacen trabajar pero que luego no le permiten ir al baile. ¿Y todo porque ella lleva la falda más corta que yo? Encima ni siquiera me enteré por él y cuando le pregunté que por qué le había dado tanto poder a ella, se limitó a decirme que no le diera importancia, que únicamente lo había hecho porque estaba cansado de tener que firmar él todos los papeles, que no significaba nada.
Que no significaba nada... A mi ni me permitía abrir las cartas del banco y a ella le daba poder hasta para disponer del dinero de las cuentas!! Ya no sólo no tengo ilusión en mi trabajo, sino que me importa realmente poco si la empresa sale adelante o no, me da igual. Ahora sólo trabajo por el mini sueldo de final de mes y lo que verdaderamente me importa es volver a casa con mi marido y mi niña. Aunque he pensado sentarme con mi jefe y hablar abiertamente de este tema, lo conozco lo suficientemente bien como para saber que se sentirá ofendido y que puedo obtener precisamente lo contrario a lo que busco, y necesito demasiado el trabajo como para arriesgarlo.
Y aquí estoy, llevando todo el trabajo de esta odiosa empresa y cobrando prácticamente lo mismo que el primer día. Atada por desgracia a este trabajo por mi situación económica. Sé que muchos me dirán que no debería quejarme, que con los tiempos que corren al menos tengo un trabajo, lo sé, y doy gracias por ello, porque me permite alimentar y vestir a mi hija. Pero esta situación me ha convertido en una persona enormemente desgraciada, que se irrita con facilidad y que llora más de lo que le gustaría. Apenas puedo pasar tiempo con mi niña e incluso está pasándole factura a la relación con mi marido.
No es mi intención pedir que alguien me de una solución porque ni siquiera sé si la hay, sólo he querido desahogarme y sentir que al menos aquí puedo gritar todo lo que llevo dentro y sentirme un poco más liberada. Por ello, os agradezco a todos que me permitáis compartir con vosotros estas líneas y que tal vez podáis hacerme ver esta situación de otra forma que me permita sobrellevar mejor mi día a día.
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Pues yo haría lo mismo
Yo haría lo mismo que tú; no centrar mi vida en ese negocio que no es mío ni trabajar ya tan duro para un idiota mal agradecido como ése. Haz lo mínimo que te exija el trabajo y ya. Y si es posible, hasta menos. Cuidado que la vida da muchas vueltas, y es posible que esa "rubia de minifaldas" lo traicione robándole, si no es que ya lo está haciendo, ¡mira que ha pasado! Y ya lo verás llorando amargamente.
Como necesitas tanto el trabajo no te queda de otra que seguir allí, pero al menos no lo hagas el centro de tu vida. Echale ganas a tu familia y busca aprender algo nuevo que tal vez te sirva para cuando los tiempos mejoren.
Que tengas suerte y se te mejoren mucho las cosas.