Hace varias semanas, conocí a un chico muy majo y al poco empezamos a salir. Nos llevábamos muy bien y nos confesábamos bastantes cosas, y (al menos así me pareció), confiábamos el uno en el otro. En un principio, tratamos de empezar una relación amorosa, pero él al final decidió que mejor que fuésemos amigos. Yo acepté y seguí confiando en él. Cuando pasaban algunos días sin hablarnos, él decía que quería hablar conmigo más a menudo y hasta me dijo si volveríamos a quedar para tomar algo (él vivía en otra ciudad).
Sin embargo, un día que me encontraba deprimida por razones personales, le pedí consejo para afrontar el problema y que me diese ánimo, pues él siempre me animaba. Pero, cuando leyó el mensaje, no me contestó hasta la madrugada. Yo ya me encontraba más recuperada, pero estaba enfadada porque no se molestó en ofrecerme ayuda. Acabamos discutiendo y él se mostró indiferente hacia mi dolor porque me sentía traicionada. Cuando me calmé un poco, me sentí culpable porque a lo mejor estaría ocupado en el momento en que le confesé mi estado, pero entonces me dijo que "no tenía por que andar pegado al móvil porque yo lo exigiera" y que no tenía nada que aconsejarme, que solucionase yo mis propios problemas y que me estaba enfadando por nada. EN ese instante me sentí traicionada porque no mostraba ningún arrepentimiento y me hablaba con frialdad, incluso cuando le dije que me había hecho daño aquella manera de actuar.
Ya hace dos días que no me habla y temo que mi amistad ya no le interesa y que es mentira que le importaba la confianza q deposité en él. Quiero seguir adelante, pero en el fondo me siento muy herida ¿Qué puedo hacer?