Saludos
Casi siempre las hospitalizaciones son experiencias duras. Para atajar las crisis, se emplean fármacos potentes, a dosis elevadas, que, al mismo tiempo que acaban con los síntomas anulan muchos aspectos consustanciales a una persona. Así no es raro que se babee o parezca uno como "ido", camine como un un robot o hable como si estuviese embriagado. Poco a poco, cuando las aguas van volviendo a su cauce, se reducen las dosis o se emplean fármacos menos agresivos, y la vida va normalizándose poco a poco.
Paciencia, ánimo y buena suerte.