Últimamente estoy muy triste. Creo que estoy defraudada, desilusionada. Creo que tengo los mismos sentimientos que cuando una madre se entera que su hija adolescente queda embarazada.
Principalmente, tengo dieciséis años, casi diecisiete, así que creo que puedo entender algunas cosas.
La cosa es así. El año pasado, poco tiempo después de descubrir que mis papás (separados en ese momento) se encontraban para ir a un motel y tener relaciones sexuales, me comunicaron que se volvían a juntar. Acepté viendo que ellos querían volver a estar juntos y que mi hermano de cinco (ahora seis) años quería tener a sus padres juntos. Entre charlas de madre e hija, le pregunté a mi mamá si se cuidaba cuando tenía relaciones sexuales. Ella dudó; me dijo que se cuidaba teniendo relaciones en los días en que no podía quedar embarazadas, pero que no tomaba nada. Yo le recomendé que fuera al médico y la regañé porque me parecía irresponsable que utilice ese método ya que fue así como me tuvo a mí.
La semana pasada, un año y un poco más después de esa charla, me he enterado que mi madre está embarazada de dos meses. Todo el fin de semana había estado con náuseas y malestar, pero es cosa que ni ella se lo imaginaba. Yo no me lo esperaba tampoco, más porque ella decía que no quería tener otro hijo, además de los riesgos que supone tener un bebé a los cuarenta y un año y con un ovario y una trompa menos.
El tema es que ahora no puedo parar de sentirme mal. Cada vez que pienso en toda la situación, me agarra bronca y ganas de golpear cosas. No quiero que ese bebé llegue a nuestra familia, pero ahora tampoco quiero que mi madre lo pierda. Estoy desilusionada de mi papá y de mi mamá porque cometieron una irresponsabilidad. Quiero decir, tener un bebé aun sin quererlo y sin ver las condiciones son cosas que las hace una persona de quince años, no unos veteranos de casi cuarenta y de cuarenta y un años.
Mi padre se dio cuenta de que algo pasaba, así que el jueves decidió hablar conmigo. Yo le expliqué toda esta situación y no me dijo más que palabras infantiles e inmaduras. Inclusive me dijo que él no se cuidaba porque pensaba que mi madre lo hacía (más que irónico), lo que hace que a mí me de más bronca. Mi padre cambió sus actitudes conmigo desde aquella noche. Ahora está más atento, más bueno conmigo, pero yo sigo tratandolos igual: cortante, distante, fría. Y no es porque yo quiera.
Estoy en contra del aborto. No me gustan los niños, pero generalmente sé lidiar con esto. Yo quería tener un hermano, entonces vino mi hermanito menor, Facundo. Ahora no quiero. Me enojo cuando pienso en eso. De verdad me desilusioné de los dos y no me gusta estar así porque me sale la mala de la película. No sé. Ojalá alguien se tome el tiempo de leer todo esto y escriba algo que me haga cambiar de mente. La verdad que ya ni ganas de vivir con mis papás tengo.