Hola amigos de en femenino, Soy Leonardo Diego Pincay de Ecuador y tengo 33 años. Mi historia es muy triste. Con mi novia llevábamos dos años y medio de relación y ella me dejó. Me botó porque yo tenía la mala costumbre de cortar nuestra relación varias veces por mis arranques de locura. Es decir, ella me hacía enojar y yo la terminaba. Así ocurrió unas tres o cuatro veces aproximadamente hasta que, hace 15 días, ella decidió dejarme definitivamente porque volvió a pasar lo mismo.
Dijo que ella no es un chiste y me dejó. La verdad también es que ella está resentida conmigo porque le dije que me dejaba por otro hombre (esto porque había un tipo que le lanzaba los perros y ella nunca me quiso contar lo que pasaba con ese sujeto y cuando le preguntaba me daba largas y luego no me decía lo que pasaba). También está resentida porque cuando me dejó le dije que se olvidara de mí y que hiciera como que nunca hubiéramos estado juntos. Otro aspecto que la resintió en exceso fue que, por mis malditos arranques de enojo, le pedí que me pagara un dinero (USD 600) que le presté para el seguro de su auto. Esa plata nunca me importó realmente porque, como teníamos planificado casarnos, no le iba a pedir. Yo sentía que esa plata era parte de nuestro hogar no permitiré que me la pague (al menos que eso quede como recuerdo de una boda que no fue). Ella no me quiere perdonar y me juró que ya no volveremos más.
Yo la amo y siento la necesidad de estar con ella, pero hay un aspecto que me frena y me dice que dejé las cosas como están; es decir, que acepte la ruptura y me olvide de ella para siempre. Yo tengo un hijo de seis años de una relación anterior y ella siempre tuvo reacciones negativas con él. Cuando hablamos sobre los planes de nuestra boda hace aproximadamente un mes en un restaurante del Centro Histórico de Quito, ella me pidió que, si nos vamos a casar, no quería verle a mi niño en la fiesta de nuestro matrimonio. O sea, quería que mi hijo sea marginado de la fiesta. En otra ocasión dijo que no lo soportaba y cuando pasábamos con él, hacía muecas y señales de desaprobación. Cuando veía sus fotos en mi teléfono celular, las miraba con gestos de desprecio. Yo le reclamaba por eso y ella me decía: "Ya!! a cada rato me dices eso"y hacía una expresión como que no era algo importante lo que pasaba.
Tampoco me permitía hablar sobre ni hijo. Cada vez que lo mencionaba se enfurecía. Por estas causas, yo me sentía muy herido y lloré varias veces porque mi hijo es un angelito que no le ha hecho mal a nadie. Por ejemplo, él nunca habló mal de ella e incluso daba señales de que la aceptaba y nunca desaprobó mi relación con ella. Ahora que ella me dejó, siento ganas de llamarla para volver y pedirle que reflexionara sobre lo nuestro, pero el amor por mi hijo me da fuerzas para no buscarla. Ella se portó muy mal con el niño y eso incluso me ha ayudado a no sentir cargo de conciencia por haber tenido mis arranques de locura que desembocaron en que ella me dejara. O sea, no siento el cargo de conciencia de que he perdido a alguien trascendental en mi vida por mis arranques de terminar la relación a cada momento. Lo difícil es que la amo hasta la saciedad, la adoro. Estoy enamorado de ella. ¿Qué hago para olvidarla?
Ante esto, mis preguntas son:
- ¿Una mujer u hombre que tiene esa clase de reacciones con los hijos de su pareja puede cambiar si se le trata con amor y comprensión?
- ¿Una persona así nunca cambiará?
- Yo a ella le planteé ir con un consejero matrimonial para que nos ayudara. ¿Eso puede servir?
- Francamente, de lo que he hablado con mis allegados, todos coinciden en que es mejor haber terminado con ella porque una persona con esos sentimientos negativos hacia los hijos de su pareja nunca cambiarán.