Hola a tod@s:
Necesito contar a alguien lo que me ocurre, y espero que el anonimato y la buena voluntad de gente en este foro me ayuden:
Llevo 10 años con el que hoy es mi pareja (4 años casada), y tenemos un bebé. Los primeros años fueron magníficos, estupendos: nunca nos faltamos el respeto el uno al otro y teníamos una unión irrompible. La cosa es que, con los años, cada vez se ha ido perdiendo más el respeto, y últimamente no le reconozco: me hace comentarios ofensivos sobre mi persona y es ultradominante y hasta vejatorio cuando hay otras personas delante (ayer mismo me cortó en seco con una persona: es como si yo fuera su esclava, y él decide cuando tengo derecho a intervenir o no en la conversación, si no me dice: no me interrumpas, estoy hablando yo).
El mes pasado estuvimos de viaje y, tras una discusión que no me acuerdo cómo comenzó, me dejó tirada en medio de Berlín con el bebé a cuestas (yo no tenía dinero a mano, ni tarjetas, ni un biberón para darle al pequeñín, y ni siquiera tenía el nombre del hotel habíamos alquilado un coche para movernos por la ciudad, y él tenía las llaves del mismo, donde estaba todo-). Me dejó plantada, aunque a los 5 minutos apareció de nuevo por ahí como haciéndome un favor. Entonces entendí que no le importábamos nada ni el bebé ni yo. El viaje fue una tortura constante y, aunque decidimos arreglar la cosa, fue más que obvio que la relación estaba muy tocada.
Después de la discusión de ayer (en el que le expliqué que no podía faltarme al respeto de aquella manera y mandarme callar delante de la gente, etc.) todo ha ido in crescendo: él ha empezado a volverse loco: hoy no ha ido al trabajo, ha cogido el coche como loco y me dice que se va a suicidar (algo que suele hacer). Yo le he llamado una y otra vez al móvil intentando que se calme, pero él parece estar deseoso de venganza, está rabioso conmigo porque quería retenerme en la cocina en medio de uno de sus ataques de locura y yo me he ido (él me había dicho: si traspasas la puerta de la cocina ahora, estamos separados). Y me he ido porque estaba como loco. Me ha dicho: vale, esto significa que estamos separados, y ahora te digo: te vas a quedar sin nada". Dice que va a hacer que le echen del trabajo y no va a volver a prestar atención al bebé (no quiero saber nada de él) para que así me vaya de casa cuanto antes (he de decir que no vivo en España, sino en otro país europeo). Y sé que, como está medio loco, lo va a hacer (ya lo está haciendo). Así que: ¡quiere que me coja un avión o uno de los coches y abandone la casa cuanto antes con el bebé, que tiene todo aquí! Dice que, así, si se comporta como un mal padre y no tiene un duro porque está sin trabajo, ya no tendré nada que pedirle ¿Y el bebé? Yo le he dicho: vale, nos separamos (está claro que la locura y faltas de respeto son constantes), pero: ¿por qué me tengo que ir con mi pobre bebé, con lo puesto, y sin saber adonde ir?
Me está torturando psicológicamente, desmesuradamente. Después del viaje a Berlín, en que ocurrió lo que escribí líneas arriba, le dije que la única condición para estar juntos sería que fuese a un psicólogo o tal vez a terapia de pareja, porque sino no veía solución a este infierno diario de faltas de respeto y locura. Dijo que sí, que estaba dispuesto a todo, pero aquella proposición se volatilizó en el tiempo, y hoy me encuentro entre la espada en la pared, porque (y esto es muy importante) en todos estos años que estoy con él mis amistades y mi relación con la poca familia que tengo son nulas, y no tengo a nadie a quien recurrir para decirle: Ayuda, necesito una mano amiga, mi relación de pareja es un infierno. Esto él lo sabe sobradamente, por lo que me castiga y me tortura (sabe que, aparte de él, no tengo a nadie y que no puedo ir de la noche a la mañana a cambiarme de casa y país sin ayuda).
Por favor, necesito consejos.
Mil gracias,
Isabel
