Traquila, a todas nos ha pasado
Pero se supera, te lo aseguro; si has de pasar por ello, habla primero con el médico y explícale tu problema, quizás te dé algún tratamiento a base de ansiolíticos, que te permitirán afrontar ese momento con un estado de ánimo más relajado; luego comprobarás que no es nada, que primero te dan un sedante, luego te pinchan... y te duermes dulcemente; al despertar te vas a reír de tus temores y, si alguna vez tienes que volver a pasar por eso, ya verás como lo vives con mucha más tranquilidad y serenidad.
Actualmente las anestesias están perfectamente controladas y son rarísimas las complicaciones por ese motivo.
La primera vez que me operaron a mí, iba tan cagadita que ahora comprendo que ofrecí un espectáculo patético y denigrante; pero era totalmente necesario (mastectomía); luego me operaron un par de veces más, a una por año, por cosas de menor importancia y cada vez iba más tranquila a la anestesia; pero a la cuarta... ¡a esa no sólo iba alegre y despreocupada, sino ansiosa porque me durmieran! es lógico, era mi reconstrucción de mama y al despertar me iba a encontrar con el regalo inestimable de una teta nueva y flamante, construida con tejidos de mi abdomen; estaba tan impaciente e ilusionada mientras esperaba a que me bajaran al quirófano, que me asomaba constantemente al pasillo, y cada vez que veía aparecer a unos celadores con camilla gritaba: ¡taxi! (las enfermeras se mondaban conmigo)
Ánimo, que verás que no es para tanto.