Los principios personales por encima de todo
Si bien es cierto que en la actualidad el consumo de la pornografía y la práctica de la masturbación está sumamente extendida por toda la sociedad, eso no significa que deba aceptarse a la ligera.
Verás, yo tenía el mismo problema: consumía pornografía de manera regular y obviamente aquello me llevaba a practicar la auto complacencia.
En el fondo aquello me dejaba mal pues, para quienes se atreven a recomendarla, también es una forma de infidelidad pues anhelas y deseas a esa mujer que está frente a ti en el video, la cual no es tu pareja. Desde ahí ya empieza mal el asunto.
El problema se dio cuando mi novia se enteró de eso. Obviamente se sintió destrozada, traicionada y puso en vilo nuestra relación. Gracias a Dios pude recapacitar a tiempo y empezar un periodo de terapia, y a la fecha no he permitido la oportunidad de caer de nuevo.
Pero volviendo al punto en cuestión, la masturbación, u onanismo como se le conoce en el ámbito clínico, no es más que una práctica edonista que menoscaba el valor de la intimidad humana, rebajándola al mero coito y a los escasos 5 segundos de placer, en nosotros los hombres.
Es causante de muchas y muchas desintegraciones de parejas.
Tu no estás equivocada al sentirte mal, como mujer ante esto, pues es a tu propia dignidad a la que se ofende.
Mi recomendación: habla sin rodeos con tu pareja y déjale claro lo que en verdad piensas acerca de esa práctica y cuánto te ofende saber que él practica. Es mejor limar asperezas desde ya para prevenir futuros desencantos amorosos pues, y esto es así, si nosotros como hombres no logramos reconocer que lo que hacemos está mal NUNCA, NUNCA dejaremos la práctica de la masturbación.
Ánimo y suerte.