Un colega artista me acaba de mandar un mensaje. Hace un par de años estuvo en Rusia realizando una serie de retratos de niñas y adolescentes que finalmente se expusieron en un museo de Moscú. Una de esas niñas es una de las víctimas mortales del teatro moscovita que fue sucesivamente asaltado por terroristas chechenos y soldados rusos. La chica, que ahora no tendría más de 13 años, se llamaba Natasha Malenko.
El mensaje va acompañado de una de las fotografías de la exposición, un semidesnudo de la niña, muy dulce y con un suave difuminado. La imagen pura de la inocencia.
Muy duro.
¿Qué podemos hacer para protegernos a nosotros y a nuestros hijos cuando nuestros enemigos, nuestros asesinos, son precisamente las personas que deberían velar por nosotros: el ejército, la policía, los políticos? ¿Debo enviar esta foto al señor Aznar, para que la tenga delante la próxima vez que felicite a Putin por salvar a Rusia de los terroristas? ¡Qué mierda!