No sé que hacer con mi vida
Soy adolescente, falta un año y medio para que decida qué hacer con mi futuro pero, siendo sincera he perdido las ganas de vivir desde hace un tiempo.Desde el preescolar he sufrido de abuso escolar, en aquel entonces me molestaban porque no tenía un padre, era hija de una madre soltera. Mi mamá se embarazó de mi a los 17, además, ella provenía de una familia bastante pobre y ha tenido que trabajar mucho con tal de darme una buena vida, una buena educación, ropa, una linda casa, y entre muchas otras cosas. Actualmente trabaja en una empresa, pese a no contar con la preparatoria ha logrado llegar bastante lejos y yo la admiro mucho por eso. Cuando era pequeña me encantaba participar en clase, tenía excelentes calificaciones, no me daba miedo hablar en público y siempre trataba de obtener el papel principal en las obras, pero... las demás niñas comenzaron a sentir desprecio por mí, decían que siempre trataba de llamar la atención y ese tipo de cosas. Mis profesoras se percataron de esto y con tal de que no hubiesen problemas empezaron a dejarme de lado, me ignoraban cuando alzaba la mano para responder una pregunta, ya no me dejaron participar en las obras... las exposiciones se hicieron en equipo, y con el tiempo fue para mi agotador seguir insistiendo en que repararan en mi cuando al final siempre me terminarían ignorando.Yo tenía amigas, o al menos eso pensaba. Solamente les convenía estar conmigo porque yo era la inteligente, claro; y me excluían de los juegos cuando se les daba la reverenda gana. Otro hecho que me marcó mucho desde mi infancia fue que no me importo mucho el no tener amigos, mi mamá es una persona seria y muy reservada, yo también lo soy. Había momentos en los que me fatigaba de la compañía de mis amigos hasta tal punto de echarlos de mi casa. Me preguntaban mis tías si me habían lastimado o algo por el estilo pero... simplemente deseaba estar sola, disfrutaba de mi propia compañía, me gustaba reflexionar sobre la vida en silencio. A salir a jugar con los demás niños optaba por quedarme a leer en casa. Al darme cuenta de que podía herir a otros con mi indiferencia opte por nunca invitar a otros a mi hogar, a sabiendas de que tarde o temprano necesitaría de un tiempo conmigo misma, o al menos eso pienso. En los úl!@#*!s años de primaria cambié de escuela y conocí a cierta niña que todo el tiempo repetía "solamente estoy contigo porque das lástima", nunca sentí la necesidad de tener amigos, más bien... lo considere como una obligación porque mi mamá entristecía al verme sola.Un evento que me traumó mucho fue cierto día en el que me quejé con mi mamá de que no alcanzaba lugar donde sentarme en la cafetería, entonces, ella fue a hablar con las directoras, una me llamó mentirosa, y esto hizo enfadar mucho a mi mamá, comenzaron a discutir hasta que la otra directora intervino y dijo algo como "no se preocupe, lo solucionaremos pronto". Esa misma tarde ambas hicieron llamar a mi grupo, nos formaron en el patio, me regañaron y llamaron mentirosa frente a mis demás compañeros, dijeron cosas que nunca podré olvidar por el resto de mi vida. Desde ese suceso nunca volví a expresar lo que sentía, y mucho menos lo que pensaba. Tenía solamente 10 años.Nunca le dije nada a mi mamá porque no quería molestarla, ella trabajaba mucho, pero mucho en ese entonces.Poco después llegó otra chica, la cual se volvió la mejor amiga que pude haber tenido en esos tiempos. Ella y yo eramos muy compatibles, compar!@#*!s tanto en común, platicabamos tooooodo el tiempo, sin embargo, repentinamente empecé a tener cierta obsesión por escribir historias en foros. Me encantaba que elogiaran mi forma de escribir y lentamente deje de tener interés completamente en mi vida social, tanto así... que no caí en cuenta de que mi amiga la estaba pasando mal y yo solo pensé en mi misma. Nunca me molesté en preguntar siquiera ¿estás bien? Me arrepiento mucho de ello. Mi amiga perdió las ganas de estudiar en la escuela, ibamos en primero de secundaria, fue entonces que comenzó a pagarme con tal de que yo hiciese sus tareas. No me quejaba, -me pagaba por hacerlo-. Luego, también me pagó por hacer sus apuntes (imitando su letra), para resolver las actividades... y llegó al punto de que ya no quiso pagarme, en vez de eso, me chantajeo con lo tipico de "pero nosotras somos amigas, y las amigas se apoyan incondicionalmente". Accedí y todo empezó a ir mal. No dormía bien, me desvelaba haciendo el doble de trabajo, ¿para qué? Ella me había advertido que no me juntara con mis compañeros, decía que eran malas personas; ella hablaba y reía con ellos, se cercioraba de que no les dirigiese la palabra y finalmente me quedé totalmente sola. Intenté negarme pero ella reaccionó muy negativamente, enterró sus uñas en mi piel a la vez que repetía infinidad de veces que era una mala amiga y que yo no la merecía. Caí en depresión, me sentía traicionada, me negaba a aceptar que mi mejor amiga se volviese de un momento a otro mi propia abusona, lloraba todo el tiempo, deje de tener las mejores calificaciones del grupo, subí descontroladamente de peso, las chicas se burlaron de mí en los vestidores cuando teníamos clase de natación, los chicos me mandaron mensajes ofensivos por facebook... , los profesores sabían lo que estaba sucediendo pero ¿intentaron intervenir? no. Pasaba frente al escritorio para que me calificarán mi trabajo y el de mi -amiga-, y en ese instante el profesor o profesora decía "sé que es tu amiga pero ya no lo hagas, por favor", así de simple. Una vez, nada más. Mi mamá intentaba saber que me estaba pasando pero me negué por un largo tiempo a decirlo, tampoco podía hacer mucho, trabajaba todo el tiempo y apenas si nos veíamos. Varias veces pasó por mi mente la idea de quitarme la vida, a nadie de los que conociese le importaría, a nadie excepto a mi mamá. Pensé en cómo se sentiría ella y ya no quise hacerlo. Decidí tolerarlo. Y al final del ciclo explote. Me pelee con mi supuesta mejor amiga, le dije que ya no la aguantaba y la mandé a la mier**. Mandé al carajo a todos mis compañeros. Le confesé todo a mi mamá y terminó cambiándome de secundaria."Todo ya estará bien" pensé. Al llegar a la otra escuela caí en cuenta de que esta era bastante pequeña, tan solo en mi salón éramos 8 en total. Si uno de mis siete compañeros me dirigía la palabra mi cara enrojecía, tartamudeaba, un doloroso nudo se formaba en mi garganta, mis ojos se volvían llorosos y mis piernas temblaban como gelatina. Fue el mismo caso con los profesores. Cuando era mi turno de exponer apenas me colocaba frente a la pizarra rompía en llanto como una niña pequeña. No hice amigos. Me quedé totalmente sola, tal como lo había deseado antes, sin embargo, yo jamás lo desee de ese modo. Mi mamá me llevó con una psicóloga, realmente no sirvió de nada, me desahogue un poco pero, las terapias me orientaban solamente a hacer amigos y a controlar mi llanto al momento de exponer, no manejaban en lo absoluto todo el dolor que sentía.Continúe escribiendo historias, creo que era lo único que me hacía sentir feliz en mi segundo año de secundaria. Mis calificaciones volvieron a ser excelentes pero... ya no lo disfrutaba tanto como antes. Aquel año fue como "reflexivo" para mi. Aunque ya me dedicara a hablar conmigo misma desde muy pequeña, los temas de los que me cuestionaba siempre trataron sobre el mundo de allá afuera, por ejemplo "¿por qué algunas personas adoptan ciertos comportamientos? ¿por qué nos dejamos guiar por ciertas normas sociales?, etc"; nunca me llegué a conocer a mi misma y no tenía una identidad como tal. Probé todo tipo de cosas nuevas (excepto las que involucraron relacionarse con otros de forma directa), descubrí mis aficiones, supe lo que me disgustaba, incluso tuve una crisis de identidad al no poder definir mi propia orientación sexual. En tercer año conocí a una chica, fue mi primer amor, lo admito; ella me gustaba tanto y me encantaba aún más el hecho de que ella me ayudase a perder un poco mi miedo a abrirme a otros pero al parecer nunca pude tener tan siquiera un año tranquilo. Mis compañeros la odiaban ¿por qué?, porque era bonita y se portaba como un encanto. Sin embargo, al final supe que ella no era lo que yo esperaba. Pese a los insultos, ella siempre trató de estar con ellos olvidando por completo lo mal que la trataban, le trate de advertir que no cayera en los mismos errores que yo había cometido y ella a cambio me dijo que era una -mala amiga- y le dijo a los demás que yo era lesbiana y que veía de una forma depravada a las chicas del grupo. Nunca le confesé que me gustaba, fui demasiado transparente, supongo.No dejaba de sentirme triste. Hice mi examen para el bachillerato y no logré alcanzar el mínimo de aciertos. Me inscribieron en una escuela particular y mi mamá tomó la decisión de llevarme con otra psicóloga. La señora me ayudó a madurar un “poco” y me “concientizo” de que debo ser más independiente, que no siempre mi mamá tiene que estar solucionandome la vida cuando me encuentre en problemas, señaló que no tenía baja autoestima (lo cual considere algo un tanto erróneo), dijo que las personas que son aficionadas a escribir en estadísticas son más extrovertidas por lo tanto yo no pertenecía a tal grupo, me enseñó ejercicios para entablar conversaciones con otros, eso tal vez si me fue un poco de utilidad, aún así tuve la sensación de no haber sanado completamente.Mi primer año de prepa fue bastante tranquilo como frustrante. La escuela es enorme…muy grande; y yo desde pequeña siempre había ido a escuelas pequeñas, así que adaptarme se me complicó un poco. Hice amigas, no duró mucho, las mandé al carajo al instante en que caí en cuenta de que querían utilizarme para sacar buenas calificaciones. Estudié, en serio, estudié mucho para ser la mejor de mi grupo pero es imposible cuando tienes que enfrentar a compañeros con un IQ de pelos quienes obtienen un 10 sin haber leído ni un solo libro a lo largo del semestre. No duermo por querer seguir estudiando, y por más que lo intente no consigo ganarles, sigo intentándolo y es muy penoso el haber descubierto que soy solamente alguien del montón.Por otro lado, me la pase muy bien porque finalmente pude volver a estar sola, ya saben “mejor estar solo que mal acompañado”, aunque no del todo, siendo sincera. Supongo que durante todo este tiempo logré adquirir cierto grado de madurez el cual me permitió llevarme super bien con mis tíos, con mis primas que son más grandes que yo, e incluso me permiten dar mi opinión en temas muy delicados que involucran a toda la familia, es más, hasta me piden que los aconseje. A veces me pregunto si la razón por la que las terapias no sirvieron conmigo es porque lo mío es dar las terapias… Mi relación con mi mamá se volvió más fuerte, nos volvimos mejores amigas en realidad, charlamos todo el tiempo, hasta de cosas de las que otras madres e hijas se avergonzarían.Mi familia suele decir que me espera un gran futuro por delante, dicen que soy inteligente, bonita y que tengo un gran sentido de liderazgo, sin embargo, cuando me veo en el espejo yo no veo nada de eso en mí. Carezco de habilidades impresionantes: no sé dibujar (dos compañeros de mi salón harían mi propio retrato como si se tratase de lo más sencillo del mundo), no soy inteligente (diez compañeros básicamente caen en la categoría de “prodigio&rdquo, no manejo el inglés y me cuesta mucho aprenderlo a pesar de que lo llevo cursando desde el preescolar (la mitad de mi salón lo domina a la perfección), no sé hablar en público (la mayoría de mis compañeros no tiene problemas con esto, en cuanto a mi… al menos ya no lloro ni enrojezco como tomate, únicamente tartamudeo y tiemblo como gelatina), no soy bonita (tengo tantas compañeras muy guapas y bien proporcionadas, tanto así que no sé si envidiarles y morbosearlas -discretamente-), y tampoco soy la mejor escribiendo (no he podido estar ni entre los cinco mejores lugares en literatura y eso me dolió como no tienen idea).Ya soy capaz de mantener convesaciones largas con otros pero... no me siento del todo cómoda, me da la sensación de estarme asfixiando, de estar siendo hostigada.Por temporadas, repentinamente me siento muy deprimida sin que me haya pasado precisamente algo en la escuela, lloro, sufro de insomnio, me dan unas tremendas ganas de mandar al diablo todo y quitarme la vida, eso, desafortunadamente con mucha frecuencia. Pienso en mi mamá y al instante me arrepiento de haber pensado en hacerle algo tan terrible como eso. Mi mamá ha trabajado toda la vida, me ama, sé que me ama mucho y no merece que yo le hiera de un modo tan ruín y cobarde. Me preguntan, “¿qué esperas en el futuro?” y siempre terminó mintiendo porque… ¿cómo decir que lo que más he anhelado en mi vida es por fin alcanzar el profundo descanso, es decir la muerte? Nadie entendería lo mucho que deseo no tener que pensar en absolutamente nada, quiero quedarme en blanco y poder respirar sin que duela por la culpa, por la culpa de invitar a la muerte cuando otras personas están pasando por situaciones mucho peores. Lo que anhelo es un poco metafórico, en sí, siempre he pensado “quiero volverme una sola con el viento, ya que el viento pasa desapercibido entre las personas, logra comprenderlos en cuestión de un soplo en tierra y en la marea, quiero volverme omnipresente como el viento, ya que él está en todas partes, envidio al viento por mezclarse libremente con las risas de los mortales, por reconfortarles con su abrazo, porque todos reparan en su presencia, y a la vez es tanto nada como todo en este planeta, puede gritar y ser escuchado como ignorado pero puede, ya que el viento es libre y yo quiero ser libre como el viento”. Suena algo estúpido, lo sé.Mis seres queridos esperan todo de mi pero yo no aspiro a nada. Realmente no tengo ni la más remota idea de qué hacer. Pienso que esto me será de mayor ayuda a tener que ir con un tercer psicologo... es que ya no confío mucho en ellos. Perdón por no haber sido breve pero esto nunca se lo he contado a nadie con tanto detalle y necesito desahogarme… Gracias por su atención.
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Hola,
Por lo que comentas has tenido que pasar por muchas situaciones desagradables en el ambiente escolar y con amigos. El pasado siempre puede afectarnos en el presente, pero no por ello tiene porqué afectarnos en el futuro,aceptando siempre que será una parte de nuestra vida vivida y que nos puede ayudar a aprender y avanzar.
Nadie tiene derecho a hacer daño a nadie como te lo hicieron, y desgraciadamente hay muchos casos así.
No estoy de acuerdo con la psicóloga que te dijo que no tenías baja autoestima (soy psicóloga también), en tu comentario se observan bastantes pensamientos negativos hacia ti misma, y busqueda de apreciación exterior.
Por otro lado, parece que te gustaría destacar en muchas cosas, pero se te olvida que nadie es perfecto, y la perfección no existe. Dices que no eres inteligente porque hay otras personas más inteligentes que tu, o que te gustaría dibujar bien o tener un buen nivel de inglés...Que no seas más inteligente que otras personas no significa que no lo seas. Así mismo, quizás el dibujo no sea tu punto fuerte pero tienes otros puntos fuertes como escribir por lo que he observado.
Estás en una edad de cuestionamiento, de cambios, de avance hacia la madurez, y en una edad de redifinición. En la adolescencia se viven las cosas más intensamente, se busca la identidad, pero ello es normal, y aunque parezca raro, pasa a la mayoría de los adolescentes.
Parece que tienes fobia social, y es bueno trabajarlo con un psicólogo, así como el reforzamiento de tu autoestima. Entiendo que ya has acudido a dos psicólogos, pero parece que algo si te han ayudado.
Tienes mucha suerte que tienes a tu madre contigo, que ha luchado mucho por tí, y tienes familia que tiene en cuenta tus consejos cuando tienen un problema.
Quizás en un futuro se te pueda dar bien trabajar o dedicarte al mundo de la psicología o escribir artículos o libros inspiradores, pues se ve que te gusta escribir y te hace feliz.
Si hay algo que te guste, entonces dale alas, pero sin frustrarte si no consigues lo que te propones, pues los éxitos se construyen a través de los fracasos y el aprendizaje.
Por otro lado, si te gusta estar sola entonces no tienes porqué forzar ninguna amistad, las amistades verdaderas acaban apareciendo a lo largo de los años poco a poco.
Aprende a quererte, aceptarte, potencia tus habilidades y no decaigas, pues si fracasas es que estás aprendiendo, sigue adelante.
Un saludo.