Hola:
He recibido esta carta y quiero compartirla con todas las mamas.
Un beso. Maria.
CARTA ANONIMA DE UN NIÑO A LOS MAYORES
Yo soy yo con mi pensamiento, mis manías y mis gustos. Quiero que me respetes. Yo trato de respetarte a ti.
A veces quiero jugar contigo y te reclamo, pero no quiero que estés todo el día conmigo, no me agobies. También quiero estar solo. Puedo entretenerme con otras cosas que no son sólo tú.
Siempre me corriges y me dices eso no se hace, eso sí; eso está bien, eso mal. Pero así yo no aprendo, quiero equivocarme y sin que me corrijas, poder aprender. Dame tiempo para respirar. No me digas que ya me haré mayor para hacer cosas. ¿Cuándo serás tú lo suficientemente mayor para entender que sé hacer muchas cosas, aunque no las haga como tú las haces o deseas?. Yo soy yo.
También puedo estar solo, entretenido con mis cosas, pensando, soñando. Y si no puedo estar solo es porque no crees en mí.
Soy muy feliz contigo, pero también déjame que sea feliz sin ti y tú sin mí.
¿Por qué no me dejas llorar para decirte las cosas que no me gustan?. Y si hago rabietas, ¿no crees que estoy en mi derecho?. Tu también te enfadas y yo no te digo nada.
A veces te digo que no a lo que me ordenas; crees que yo soy un mandado. ¡Yo también quiero decirte lo que tienes que hacer, hombre!
No me gusta nada que me limpies los mocos sin avisarme; es como un terremoto y encima de papel higiénico. También me dices: ahora a hacer pis; ahora a limpiar; ahora a lavar las manos. Yo no soy una muñeca de pilas. Es tu ahora, pero yo necesito el tiempo de mí ahora.
Quiero elegir mis juguetes y aficiones aunque no te gusten y quiero ordenarlos en mi cuarto como yo pienso. Me puedes ayudar pero no obligar con una orden.
Me dices ¡a comer! y yo no tengo hambre, ¿quién lo dice, un reloj de segundos?. Espera un poco que lo pida aunque sea llorando. Me gusta comer contigo, a tu lado, pero tu me das antes para que no te moleste. ¡ No dejes que te moleste pero déjame comer contigo!.
Me soplas la comida porque dices que soy pequeño y me voy a quemar. ¡Qué guarrada!. No te digo nada porque eres tú, pero ¿y si te lo hiciera a ti?. ¡¡¡Por aquí!!!.
Me pones sólo la cuchara y un plato medido hasta donde tu quieres, o hasta donde quiere el Pediatra... Yo quiero y puedo elegir con tiempo. Yo quiero comer como tú, con vaso, tenedor y cuchillo y no siempre me gusta mancharme, ¿por qué tanto babero?. Es un engaño. Es verdad que a veces me mancho, pero estoy aprendiendo. Yo también os he visto lamparones en los pantalones.
Te quiero, pero el amor no es un chantaje que se da y se quita con las cosas.
Yo soy yo.