Hola, escribo acá porque ya nadie me soporta con el temita y necesito desahogarme, si alguien tiene comentarios serán altamente apreciados.
Mantuve una amistad con otra chica por más de 6 años. La conocí en el colegio, cuando tenía 15 y, la verdad, no me caía TAN bien, pero con el tiempo se convirtió en mi confidente y mi mejor amiga. Las cosas en ese momento fueron extremadamente difíciles para ella, pues era recién llegada a la ciudad, le iba mal en el colegio y tenía miles de problemas familiares y económicos. Además, las chicas del instituto constantemente la insultaban, y, a pesar de mi reputación, decidí protegerla y continuar siendo su amiga. Prácticamente vivió en mi casa durante todo el cuarto año por estos problemas y de verdad nunca me molestó invitarla, más bien esperaba con ansias el fin de semana para poder echarnos cuentos y estudiar juntas. Sin embargo, siempre tuvo comportamientos muy diferentes a los míos: yo era una chica de su casa, estudiosa, que sólo salía para sus actividades extracurriculares, mientras que ella sólo pensaba en conquistar chicos y besarse o acostarse con ellos. Sin embargo, a pesar de ser tan diferentes logramos querernos y llegar a hablar al menos 2 horas diarias.
Un día se fue del colegio, por supuesto nos distanciamos un poco, pero seguíamos en contacto constante. De hecho, decidimos estudiar en la misma universidad, aunque distintas carreras. A medida que pasaba el tiempo, sin embargo, nuestros intereses fueron cambiando, conseguimos novios, etc., pero todavía nos pedíamos consejos la una a la otra. En la universidad ella conoció a otro grupo más rumbero y yo, la chica aburrida, cada vez me sentía más y más alejada, pues, aunque me caían bien, nunca llegué a calar totalmente.
Tuvimos muchos roces fuertes durante esos años, pues yo siempre había sido como su guía y la consideraba mi hermana, pero ella continuó con su actitud superficial y promiscua, lo cual, por supuesto, no me gustaba, pues además me presionaba para muchas cosas.
El acabose llegó cuando decidió no contactarme de ningún modo el día de mi cumpleaños no. 22. Eso me partió el corazón y me llevó a tomar la decisión de acabar con esa amistad, pues una amiga de verdad no haría eso. Luego descubrí (por una carta que me envió por Facebook, molesta por mi decisión) que ella lo había hecho A PROPÓSITO, que pensaba que era una mojigata, que todos en la uni se burlaban de mí y de mi novio (con el cual sigo y es un hombre maravilloso) por aburridos y cursis y que yo había cambiado muchísimo!!!!!! No es por egocentrismo, pero me considero una persona excesivamente transparente y siempre trato de ser auténtica y no dejarme llevar por lo que hacen los demás, aunque eso signifique ser solitaria, por lo cual la carta fue como una patada en el hígado. Decidí no responder y lo tomé como una tremenda ridiculez, pero luego lloré amargamente por un largo rato, como si alguien hubiese muerto.
Hoy han pasado casi 3 años de ese evento y, como pueden ver, no la he podido olvidar. Cada vez que me entero de que mis hermanos o alguien conocido se la encuentra exploto de ira y comienzo a recordarles la clase de persona que considero que es y me irrita el hecho de que aún le hablen a pesar de todo lo que me hizo. A mis hermanos les escribe por sus cumpleaños y otras cosas, como si ellos hubiesen sido quienes le abrieron las puertas de su casa y de su corazón.
Finalmente me enteré de que nuestra amiga en común se casaba y eso me hizo entrar en un estado de alerta excesivo, pues estoy saliendo de una depresión y, como sabía que esta persona estaría en el evento, puse todos mis esfuerzos en verme espectacular para que no pudiese adivinar de ninguna manera todos los dramas internos que estaba viviendo. Me inscribí en un gimnasio, comencé a hacerme tratamientos para adelgazar y también un régimen, me compré un vestido espectacular y no escatimé en gastos simplemente para que no me viera derrotada. Y el día llegó el fin de semana pasado. Apenas me quedé sola se acercó para "felicitarme por como canté en la boda" y preguntarme si estaba bien, a lo que respondí seca y brevemente. Sentí ganas de tirarla por las escaleras, de abrazarla y hablar con ella, de olvidarlo todo, de golpearla... ¡¡NO SÉ!! Quiero olvidarla para siempre y dejar de sentir tantas cosas feas por ella, pero no puedo evitarlo. Es por esto que escribí aquí, para desahogarme con alguien que no haya escuchado la historia 25 millones de veces.
Gracias por su atención, sé que me extendí muchísimo, pero hay muchos detalles que no quería dejar pasar.
