Ayer, vino a mi casa, y me dejó sin esperanzas de volver, me dejó las cosas de la cuenta corriente que teníamos juntos, retiró todo su dinero y con ello todas mis ilusiones.
La tarde fue horrible, no pude parar de llorar, no tenía consuelo, y sobre todo al ver la frialdad con la que me dejó las cosas.
Esta situación es como un mal sueño, una pesadilla de la que quisiera despertar, pero cada día al levantarme, me doy cuenta que es la vida real.