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Gracias por tu respuesta, HijodeHorus (por cierto, me encanta tu nick).
La verdad es que sí, no sé si realmente me gusta o no (pues a veces sinceramente, no me apetece...), pero no puedo evitar ayudar siempre que puedo, incluso a desconocidos. Soy muy empática y siento que enseguida me tocan el corazoncito (en algunos casos llego a sentir pena con bastante facilidad, cosa que hace que me vuelque más en esas personas).
Soy consciente que para este tipo de personas existen l@s psicólog@s (excepto en algunos casos, como los que sufren alguna discapacidad física), pero realmente yo no voy buscando hacer ese papel. Tampoco es que la gente normal me parezca aburrida y por eso la descarte...
Me explico; hasta hace unos días, realmente, no he sido consciente de este hecho... me puse a repasar mi pasado amoroso, intentando encontrar en qué había fallado, cuando me di cuenta que todos aquellos chicos tenían algo en común, y siempre he ido a ellos como mosquito a la luz.
Yo también he "sentido algo" en un par de casos. Con los extremadamente tímidos o algún otro que además de su problema, fuese muy muy feo (o muy muy friki). Chicos vírgenes por lo general (no es que tenga ningún tipo de parafilia con esto), e incluso que con sus 20 y tantos años largos, nunca habían besado a una chica.
Pues bien, con estos chicos en concreto, y hablando en plata (aunque sé que sonará fatal), yo me sentía como un premio o un regalo para ellos.
Vamos a ver, no soy la típica petarda... y jamás me sentí superior ni nada por el estilo. Pero el hecho de ser la única que les daba la oportunidad de estar con una chica, me hacía sentir que estaba obrando bien. Y además lo hacía encantada, pues eso era otro factor que hacía que el chico me atrayese más aún (aparte del problema que tuviera).
Aunque era un arma de doble filo, pues con algunos de ellos me llegué a sentir un tanto frustrada, ya que debido a su poca experiencia sexual... no llegaban a valorarme tanto como lo hacían otros que sí tenían (y no es que me crea buenísima en la cama, pero cierto es que soy extremadamente abierta en la sexualidad, que a veces me sorprendo a mí misma).