¿Notas que tu redacción es mucho mejor que la del texto que transcribes?
¿Crees que tiene el nivel de conceptos, no digamos del consejo, es el que se espera de un profesional?
Tú notas inmediatamente que no es un acto de autoridad sino de imposición o autoritarismo.
No debemos abandonar nuestros criterios, no debemos sustituirlos por los de un experto. Sí podemos entender los conceptos que nos dan y modificar entonces nuestros criterios. Coherencia antes que obediencia.
Los problemas técnicos del texto ni siquiera se pueden achacar a una mala traducción, a pesar de la buena intención de la página no sabemos su origen. Ya entré a tus ligas.
Hay un chiste que tardé en entender "¿Cómo no va a ser verdad si lo leí en el periódico?, dijo la viejita". Podemos encontrar notas falsas, imprecisas, tendenciosas en un periódico. Podemos encontrar malos libros impresos, incluso editados por una universidad yo tuve uno en mis manos. Incluso los libros técnicos se reeditan, es decir que contenían errores en cierto modo. ¡Cuánto más debemos cuestionar lo que encontramos en internet! Por eso no podemos abandonarnos a criterios ajenos.
Lo que describe el artículo me parece una soberana tontería y que no proviene de un profesional en psicología infantil ni de un equipo editor serio. Describe un escenario de hiperactividad y eso se maneja redigirigiéndola. Cansarlos un poco, dividir las tareas en partes que pueda manejar, hasta han inventado pupitres con pedales. Se complementa con desarrollar su capacidad de atención.
Una vez hice algo que podría parecer similar porque fue inmovilizar a un niño pero consideren que la circunstancia, los motivos y los fines eran diferentes y que al sentarse encima de un niño no se tiene realmente control ni de sus movimientos ni de la fuerza ejercida. La diferencia esencial es que no se trataba de controlar hiperactividad sino impulsividad.
Platico mi anécdota:
Tuvimos bajo nuestro techo a mi cuñada y sus hijos, básicamente rescatándolos de una relación y ambiente violentos, los niños no tenían control y no respetaban autoridad. Sólo sucedió en una ocasión. Uno de ellos se molestó. Esperé a que la madre lo controlara, no pudo. Se puso violento (muy diferente de no poderse quedar quieto), agredió a su madre, agredió a su tía, entonces mi esposa, y decidí que no podía dejarlo salirse con la suya, la idea era no dejarlo ganar, pero debía intervenir lo menos posible por la importancia de reforzar la autoridad de la madre así como no permitirle golpear. Lo abrazé por la espalda (no debía ver mi cara), comenzó a patearme. Tuve que llevarlo a la cama para poder enredarlo por todos lados con mi cuerpo y contenerlo, además de evitar lastimarnos. Fue un espectáculo, gritaba "me violan", increible cantidad de groserías. Intentaba, cuando bajaba su intensidad, calmarlo con un tono y palabras suaves. No me engaño, si paró fue porque se agotó. Cuando se calmó lo llevé ante su madre ya que ahora estaba en estado en que ella pudiera corregirlo. Yo no debía imponerme como autoridad sino reforzar la autoridad de su madre. No lo leí en ningún lado, fue lo que se me ocurrió. Si acaso tuve una inspiración fue en lo que nos platicaba mi hija, estudiante de veterinaria, del manejo de animales. No volvió a comportarse así, conseguimos más pronto que tarde que nos respetaran a todos con un esfuerzo continuo y siendo para ellos la máxima autoridad su madre.
Insisto en este punto, debía ser de una forma en que no impusiera mi autoridad como superior a la autoridad de su madre. Sin este elemento habría hecho las cosas diferente y de frente (literalmente) al niño.
Espero haber sido útil, si bien soy un señor padre o, en la anécdota, un señor tío.