Hola.
He estado buscando opiniones al respecto, pero las pocas que he encontrado, califican la acción de contarle a la esposa la verdad sobre una relación amorosa o pasional con su marido, como una falta gravísima, amoral, imperdonable.
Pues bien, después de haber estado muchos, muchos años viviendo esa mentira, esperando que algún día ese hombre se decida a estar contigo sin esconderse; después de separaciones, reencuentros, cientos de cartas, horas juntos...desengaños y de nuevo más años de secretos....llega un momento en que no puedes más y que lo único que quieres es que explote todo para no seguir teniendo esperanzas.
Sabiendo que ella ya le ha descubierto una vez y que él ha vuelto a engañarla contigo, después de haber pasado lo que él define como los "peores días de su vida", te crea una sensación de ... orgullo. Empiezas a pensar que esta vez todo va a ser distinto. Nada más lejos de la realidad. Al final la balanza siempre se inclina del lado de la familia.
Te vuelves a quedar en "standby".
Ya sé que en ese momento o mucho antes, hay que valorarse y tomar otro camino, pero yo decidí esperar....hasta que decidí que no quería esperar más.
Quise terminar de forma explosiva para asegurarme el " no retorno" pero, para qué lo voy a negar, no quería que él se saliera con su mentira y colorín colorado. A algunos los pillan por una noche y este hombre lleva dos décadas engañando a su mujer sin que ella se entere nada más que una vez.
Claro que ella no tiene la culpa. Ahí no tengo ningún argumento. Sólo quiero saber si lo que he hecho está tan mal.
Si yo fuera ella, estaría muy, muy dolida y enfadada, pero creo que preferiría saber la verdad. Pero esto al margen, ya que no lo he hecho por hacerle un favor a ella, sino para desahogarme yo. No estoy orgullosa de lo que he hecho.
¿Lo quiero? Lo quise muchísimo. Ahora ya no lo sé.
Un saludo.
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