Mi perdición
Así surgió todo dentro de mi. Desde el primer momento que te vi, aunque sólo en fotos. Fue una atracción física a primera vista. Cuando te vi por primera vez supe que físicamente eras tal y como siempre he soñado a una mujer que pueda llegar a ser para mi. Tu rostro, tu hermosa sonrisa, tus labios carnosos, tu profunda y bella mirada de ojos cafés, tu piel muy blanca, tu largo, castaño y bellísimo cabello, tu alta estatura, tu cuerpo con buenas y abundantes curvas, tu hermosa y sensual voz. Eres milimétricamente tal y como siempre había imaginado mi prototipo de mujer. Me preguntaba si estaba soñando, porque no podía ni creer lo que observaban mis ojos al verte. Me pareciste demasiado hermosa para ser real.
Me arrepiento muchísimo de como fui contigo. Tendría que haber actuado de otra manera. Fui muy precipitada y cargante demostrándote lo que sentía y aún más sin ni tan siquiera conocernos, solo habiendo hablado super poco. Entré en un bucle obsesivo hacia ti, vivía muy pendiente de ti, de ver alguna foto o historia tuya, ponerte me gusta y comentarte en exceso como hice. Siempre esperaba tus me gustas y vistos. Pasé mucho estrés y agobio yo misma por no saber manejar todo eso y también te lo hice pasar a ti con mi actitud. No sé por qué, no supe manejar bien esta situación, me vino muy de golpe y me dio muy fuerte. Aún no estaba preparada para eso. No tengo nada de experiencia en esas cosas de relaciones, líos y ni tan siquiera de ligar. Creo que me he sentido más atraída físicamente por ti que por cualquier otra mujer antes, pero eso tampoco justifica nada. Cuando me disculpé tú me dijiste que ya está y que lo olvidara. Pero pasan los meses y no consigo olvidar todo eso. Tampoco consigo sacarme tu imagen de mi cabeza. Es imposible para mi desterrar de mi mente la imagen de tu fascinante belleza, sobre todo de esa bella sonrisa, de tu mirada, de tu cabello, que tanto me cautivaron con solo verte. Hace ya un año y un mes que sé de tu existencia, y todo eso sigue en mi mente. Y tu imagen sigue en mi mente. Día tras día no me canso de seguir viendo tus fotos. Me sigues pareciendo la mujer más hermosa de todas.
La verdad es que sólo puedo decir que estoy muy cansada. Cansada de sufrir. Me estoy castigando y haciendo daño a mi misma emocionalmente, física y psicológicamente. Todo por mi mala actitud. Con mi mala actitud me he hecho mucho daño, más del que pensaba. Estoy realmente dolida. Me creía alguien lo suficientemente fuerte emocionalmente para que a mí algún día me afectaran tanto esas cosas. Me he dado cuenta de que soy más sensible de lo que pensaba. Hay días mejores, días peores y en los que pienso demasiado, recuerdo todo eso que pasó, paso ansiedad, frustración, irritación y rábia hacia mi misma, melancolía. Días en los que me falta el aire. Llego a desesperarme y mis ojos derraman muchas lágrimas. Siento que jamás en la vida me perdonaré lo que hice. A veces pienso que no merezco estar del todo bien ni tan tranquila y contenta como si nada, como si no me importara nada. Siento también que he cambiado del año pasado a este. Me he vuelto una persona aún más fría y más cerrada de lo que ya era, más oscura, más intensa con mis emociones. Dicen que el sufrimiento cambia a las personas y no puede ser más cierto.
Dicen que ocurre con la vida lo contrario que con la escuela, primero te pone a prueba y después aprendes la lección. También que todo en la vida ocurre por algo, y en muchos casos para enseñarnos. Y es demasiado duro, duele muchísimo, pero es cierto. Muchas veces quisiera desesperadamente volver al pasado, no actuar como actué ni haber llevado mi actitud al extremo. También quisiera volver al tiempo pasado a todo eso. Y no cualquier tiempo pasado fue mejor, pero quisiera volver atrás para revivir una paz interior de la que entonces gozaba y no la valoraba porque no sabía que la sentía. Pero, por desgracia ya no hay vuelta atrás y el paso del tiempo no perdona. Quisiera volver atrás y actuar de otra manera contigo. No comentarte nada, no haberte confesado lo que sentía ya el día después de verte y además expresándome mal. Intentar hablarte más, conocerte mejor. En pocas palabras, no llevarlo todo al extremo al que lo llevé, este fue mi error, que según mi manera de ver la vida, llevo cosas al extremo sin tener en cuenta ningún matiz. Sé que al principio parecías simpática y agradable conmigo pero también sé que te acabé agobiando y cansando. Puede que te mostraras así conmigo por pena, por quedar bien conmigo, porque tampoco supiste como manejar la situación, no lo sé. Lo único que puedo decir, ya no desde la empatía porque tengo una condición que me suele impedir sentirla pero sí desde mi más sincera honestidad, es que siento que me acordaré y me arrepentiré de eso todos los días mi vida y todas las veces que sea posible. Sé que todo eso puede resultar muy intenso y desmedido, pero es así como me siento y me llevo sintiendo durante meses. Y no hay más.