Estoy harta, harta de ser siempre la que es la mala, la culpable, la que tiene que complacer a todos, estoy, harta
Harta de ser invisible, harta de que solo me vean cuando me necesitan, harta de que no se den cuenta lo cansada que estoy, harta de pedir una caricia o un beso o un te amo, harta, harta de esperar cada noche, caricias que no encienden mi fuego y que congelan mi alma, harta de ser la que siempre está ahí, la que no opina, la que acepta y calla.
Estoy harta de estar encerrada en este cuadrado que se ha vuelto mi vida, harta de seguir lo establecido, harta de desear lo que ya no será, harta de recordar lo que fue y harta de preocuparme por el temible futuro, por el que dirán, por mi cuerpo y mis modales, ya no quiero ser la mujer perfecta que sabe manejarlo todo, la que nunca se cansa, la que se levanta primero y se acuesta de último, harta de la culpabilidad de dejar a un hijo por un trabajo, harta de luchar contra el reloj cada día, para ganarle unos minutos para mi misma.
Estoy harta, de correr siempre de un lado a otro pero que mi espíritu este prisionero en esta celda de piel, harta de contener el torrente que hay en mis ojos, harta de ensayar sonrisas que no convencen, harta de ser la que pide perdón cuando sé que no soy culpable, no soy una santa, soy una mujer, deseo, siento, vibro , amo y lloro, pero en esta obra teatral de la vida, tengo un papel que mantener y estoy harta de no ser la protagonista, de ser la suplente, la auxiliar, la doble, la que le evita los golpes a los demás, si estoy harta. Y tu, de que estás harta?
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