Dependencias
Yo siempre he sido muy celosa con las personas. Empecé con mi mamá, no me gustaba compartir su amor ni sus atenciones con nadie y sentía que me la robaban y les generaba un odio inmenso a aquellos que sentía me podían robar su amor o su atención, su mirada, sus caricias, a lo cual mi mamá siempre ha sido muy desprendida de amor hacia los demás y sentía la muerte, yo veo que los celos han marcado mi vida, principalmente con las parejas fue muy doloroso. Mis noviazgos fueron pocos pero muy representativos ya que había muchas chavitas que andaban detrás de ellos y ellos también detrás de otras aparte de mi y eso me ocasionaba mucho dolor y mucha vergüenza de que me vieran como me cambiaban por otras chicas que yo sentía más bonitas que yo; me sentía muy poca cosa a lado de las demás chavas, me comparaba, siempre mi mente me dijo que yo era fea, deforme sin chiste una basura a lado de cualquier mujer que se pusiera a mi lado. Yo sufría pensando en que la pareja o mi novio pensaba más en otras que en mi, que yo no sabia porque querían andar conmigo si siempre sentí que nunca me quisieron que no les importaba que cuando me dejaban y andaban con alguien más, veía que las atenciones y el respeto y los obsequios eran mejores que lo que me daban a mi. Veía qué tipo de regalos les daban a las otras, a que lugares las llevaban y como era el trato que les daban a mis competencias yo así lo veía, yo siempre me sentí muy débil sin fuerza para que otros les gustara o me quisieran y vivía muy traumatizada pensando en que se la pasaban mejor con las demás que conmigo, me obsesione de mi físico pensando que era muy fea sin chiste no me gustaba nada de mi cuerpo de mi cara nada de nada me despreciaba mucho me lastimaba yo misma mucho quería ser otra diferente mejor mas bonita, veía la tele y veía a las modelos, actrices de televovelas, veía sus caras, sus rostros y pensaba que yo era como ellas; luego me veía en el espejo y me daba cuenta que aunque me pusiera el molcajete no era como ellas, no era atractiva. Pensaba que por eso no lograba que los cuates me quisieran para que no voltearan a ver a otras chavas. Era una sensación de que pasaban como rápido por mi vida y se iban con las mejores. Mi adolescencia fue muy frustrada por esas cosas. Cuando llegó una pareja formal, no dejaba que volteara a ver a nadie, me obsesione en hacer ejercicio para no permitir que nadie me lo quitara, el es muy amable con la gente en general y yo me moría de que les sonriera a la gente, la que fuera, hombres y mujeres, sentía que les coqueteaba en frente de mi, que no me respetaba que me estaba engañando en mis narices; siempre que salíamos a la calle me la pasaba viendo a las chavas que estaban a mi alrededor y si las volteaba a ver me ponía mal, muy mal, y le reclamaba que de seguro la estaba viendo porque le gustaba, el sólo me tiraba de a loca, al principio me decía que no y ya con el tiempo se hartó de mi actitud. Cuando nos casamos fue peor, le tomaba el tiempo de llegar a la casa me imaginaba que se iba con sus compañeras de trabajo a los hoteles, le olía la ropa, le revisaba la cara, lo olía y él se fastidiaba, no lo dejaba en paz. Dejó de platicarme cosas pues terminaba diciéndole que de seguro me engañaba con alguien, tenia amigos con los cuales salía, tenía amigas y amigos y yo me enfurecía de ver cómo convivía con ellos. Alguna vez le pegue porque estaba platicando con una chavita y me le fui a los golpes, me trasformé de tanto coraje de que sentía que mientras yo estaba cuidando a la bebé que habíamos tenido, él se iba a jugar un deporte y engañarme. Todos los días era igual, cuando él regresaba del trabajo y de su deporte, yo me atormentaba mentalmente, no podía concentrarme en nada, veía programas de infieles, televovelas con esos temas y me traumatizaba más, mi mamá terminó buscando ayuda para mi. Después de algunos años llegué al grupo de Neuróticos Anónimos Buena Voluntad y empecé a hablar de todo eso que viví, y ya he podido superar esas actitudes, ya lo puedo ver con mujeres y mujeres bonitas, ya he podido dejar de sufrir, de pensar que me engaña. Yo sentía que él era de mi propiedad, pero en el grupo me ayudaron a entender que él era dueño de su cuerpo y que tenía que respetarlo. He tenido que trabajar mucho también con mi baja autoestima. Ahora puedo ver que no soy fea y que tengo muchas más cualidades que no son sólo el físico. Me valoro más y eso me ayuda a respetar también a mi esposo, sus actividades, etc. Ya puedo bromear con él de las mujeres bonitas que salen en la tele y que ve en la calle sin ponerme mal, cuando empiezo a sentir que alguien me lo va a quitar vengo al grupo y saco todo lo que pienso y siento. Recuerdo todo lo que hice en mi pasado y veo que no vale la pena volver a ese martirio.