Pues sí.
A mí me han machacado la vida con este tipo de escenas. Ahora tengo 35 años y ya no es tan frecuente como cuando era adolescente, pero aún tengo que aguantar de vez en cuando las risitas y las miradas, sobretodo de grupos de jovencitos ... e incluso alguna impertinencia como la que has contado (hace un par de años me pasó eso, solo que el imbécil de turno iba en bici y no en coche). Lo cierto es que no soy guapa, pero todavía no he logrado averiguar qué es eso que a la gente le resulta tan chocante en mí. Tengo la nariz estilo Laura Paussini (o sea, más bien fea pero tampoco horripilante), soy muy alta, pero tengo un tipo armonioso, un pelo bonito, unos labios bonitos (de más joven todo lo tenía mejor, lógicamente), una barbilla bonita, etc...
Hay cuatro páginas más atrás un mensaje de una forista que preguntaba si se superaban los complejos derivados de este tipo de percances, y la realidad es que en mi caso no, no los he superado. Todavía siento que cada risa que oigo por la calle la he provocado yo, que me voy a volver con la bandeja en el burguer y voy a encontrarme a una mesa entera de gente mirándome y riéndose. Es una agonía, y no siempre se cura con la edad, como ha sido mi caso. Si tú eres muy joven igual sí estás a tiempo de que un psicólogo te ayude a ser más fuerte que toda esa gentuza.
Yo estoy casada y tengo hijos, pero siento que el resto de mi vida se ha visto arruinado por ese tema.