erase una vez una princesa que después de algunas fustraciones y humillaciones empezaba a vivir....... por primera vez en mucho tiempo era feliz..... arropada por sus amigos, salía, se divertia........
erase una vez un 1 de mayo en el que se divertia bailando.... y se le acercaron por detrás y le susurraron al oido las palabras mas bonitas del mundo.... en ese mismo instante se le dibujó una sonrisa en su cara....... que tardaría muchos años en desaparecer. Pasaron los años mas felices de su vida, se sentía amada y protegida por su amado, un tiempo en el que sus inseguridades y sus miedos los curaba un abrazo.... un beso..... una sonrisa.... .Su amado que la quería con locura hizo que le construyeran a su princesa un halo de protección y amor para que nadie la dañara nunca, para poder verla sonreir siempre, cuanto le gustaba ver a su princesa sonreir!!!
erase una vez un 26 de junio de cinco años después... en el que la princesa se vestía de blanco para su amado, mientras se miraba al espejo, con esa sonrisa de 1 de mayo aún dibujada en su cara....... los años siguientes fueron muy felices, pero como en todo cuento, siempre existen malvadas brujas.... pero su amor la mantenía en pie. Retos, fustraciones, alegrias, ilusiones, como cualquier vida real de cualquier princesa....... pero aún con su sonrisa de 1 de mayo. Proyectando ilusiones al futuro como cualquier otra princesa......
erase una vez un 1 de julio de cuatro años después... en el que la princesa se vestía de negro para su amado, mientras se miraba al espejo, esta vez ya, sin su sonrisa de 1 de mayo. Le estalló el corazón en mil pedazos frente a ese espejo y se rompió el halo de protección y amor que le contruyó su amado......y sus inseguridades, sus miedos y las malvadas brujas aprovecharon la oportunidad para robarle el alma. La princesa sin alma, lloró y lloró en la soledad de su castillo y cada noche llamaba a su amado entre lágrimas, pero él no regresaba....... a la princesa se le apagó su sonrisa de 1 de mayo, ya no tarareaba canciones por las mañanas, solo escuchaba atentamente el silencio de su castillo, las palabras del silencio eran horribles y desgarradoras y la princesa sin alma lloraba y lloraba, al poco tiempo se dió cuenta que en su castillo no solo estaban ella y el silencio si no que había alguien más..... así que empezó a recorrer los pasillos y las habitaciones del castillo pero no encontró a nadie, y una vez más el silencio mofandose de la princesa le susurró que la sensación que notaba se llamaba soledad, así que la princesa sin alma, el silencio y la soledad pasaron largos días en el castillo, cuando la pobre princesa se descuidaba, la soledad y el silencio corrían a abrirle la puerta a la locura que entraba en el castillo como un torbellino. La princesa sin alma se asomaba amenudo a la ventana y hablaba con las estrellas, sus amigas y compañeras, con su pequeña luz que alumbraban la oscura noche, y así conseguía arrinconar al silencio y a la soledad aunque fuera unas horas al día. Les hablaba de su amado, de cuanto la queria y cuanto lo echaba de menos, les hablaba de su corazón roto y de su alma robada. Poco a poco la princesa sin alma se atrevía a salir de su castillo y aunque el sol le dañaba los ojos y quemaba su corazón roto , se dejaba arrastrar por las flores que la acompañaban y la animaban a salir de su castillo oscuro, con sus variados colores que incluso a veces le hacian sonreir. La princesa sin alma se encontraba perdida y deshorientada, y aunque su corazón roto no le permitia grandes esfuerzos, intentaba pasar algunas horas en compañia de las flores que hacian más ameno su dia. La soledad y el silencio no siempre la acompañaban a ver a las flores, se quedaban en el castillo a la espera de que volviera la princesa, y cada día aunque deseando volver a su castillo cuanto antes para poder escapar de esa vida en la que ya no estaba su amado y ya no tenía su alma, cuando llegaba al castillo lloraba por las duras palabras del silencio y la soledad que le golpeaban su corazón roto cada día. Con el paso del tiempo la princesa sin alma se acostumbró a convivir con el silencio y la soledad aún haciendola llorar cada día. Cada día reclamaba a su amado al cielo, cada día se encontraba con el silencio y la soledad por respuesta.
P.D.: dedicado a todas esas estrellas en el cielo que aún con su pequeña luz, alumbran la oscura noche. Dedicado a todas esas flores que aún estando fuera del castillo llenan de colores la vida. Dedicado a ese principe azúl que amó como nadie a la princesa y la protegió de todo mal mientras estuvo a su lado.