Foro / Psicología

He perdido a mi mejor amigo,y lo único que puedo hacer es reconfortarme pensando en él

Última respuesta: 7 de marzo de 2007 a las 13:28
A
an0N_937589099z
26/2/07 a las 16:22

Son tantas las cosas que me hubiera gustado decirle o quizás que quiero decir ahora que no sé si seré capaz de conseguir expresarlas con palabras, o quizás no hay palabras en el diccionario que tengan el significado que quiero transmitir pero por lo menos quiero intentarlo.
Le conocí cuando era pequeña. Sé que teníamos cuatro años, pero en realidad tengo pocos recuerdos de esa etapa en la que nos conocimos porque a penas tenía uso de razón. El destino le puso en mi camino y con los años, con bastantes años, fuimos haciéndonos amigos y compartiendo momentos, ratitos, risas y llantos. Me acuerdo perfectamente de cuando atropellaron a su perrita, la flaca, y se pegó un tremendo sofocón; o por ejemplo cuando hacía el payaso en clase y los profesores tenían que hacerle una lista nueva porque ya no le cabían más negativos en la libreta; o cuando hacíamos el tonto imitando a personajes de Walt Disney; o cuando le sentaban en primera fila sólo para que no se distrajese en clase y se ponía a jugar con la escuadra y el cartabón a modo de arma de combate; o cuando metía cizaña entre las niñas para que nos peleásemos; o cuando estaba loco por una muy amiga mía y me contaba sus historias de amor que para él eran una odisea o una gran tragedia como las griegas. Son tantos los recuerdos que me es imposible enumerarlos todos y que no se me haya pasado la vida volando mientras los enumero.
Poco a poco fuimos intimando, fuimos empezando a ser amigos, fuimos empezando a hacernos confidencias, fuimos empezando a buscar soluciones a cosas que nos parecían en ese momento los mayores problemas del mundo, fuimos empezando a ser uña y carne. Pasábamos tardes enteras riéndonos de cualquier cosa, haciendo nuestras primeras locuras adolescentes, y empezó a surgir en mí un amor totalmente fraternal hacia él, hacia mi mejor amigo. Quizás no elegí yo que lo fuera ni él me eligió a mí, pero el destino sí lo hizo y ya por este motivo nunca maldeciré ese destino que me ha dado cosas tan significativas en mi vida.
Pasábamos tardes enteras sentados en un banco, conversando sobre miles de temas, dábamos nuestras vueltecitas por la ciudad, me contaba sus historias tan imaginativas y tan llamativas en las que me inmiscuía como si fueran las mías propias. Con él siempre volaba el tiempo, siempre pasaban las horas fugaces, pues éramos mosqueteros preparando nuestras próximas batallas, los tres mosqueteros, todos para unos y uno para todos.
Ahí éramos inocentes, la vida no era complicada, la vida era pasión por todos sitios, cada experiencia era única e irrepetible, pero poco a poco las cosas se fueron complicando.
Creo que todo fue un problema de autoestima y creo que ésa era su misión; el hecho de saber que ha sido, es, y será querido en todos los sitios por los que ha pasado, porque todo el amor que no tuvo hacia si mismo lo tuvo por los demás, y los demás por él. El único detalle es que no percibió lo que valía, el diamante embruto que llevaba dentro de su pecho, y no le importó hacerse daño, mientras yo me desgarraba entera, mientras me quebraba la cabeza por ver qué podía hacer para salvarle de él mismo, porque a veces nosotros mismos somos nuestros peores enemigos.
Las cosas se fueron poniendo complicadas, fuimos perdiendo el control en muchos aspectos y ya todos sus días parecían iguales, estaba dejando de dejar brillar su propia luz, se volvió manso, como el que tiene un bozal de hierro, enfadado consigo mismo y pagando siempre consigo mismo todos los problemas de los que él no era culpable, aunque del único error suyo que no se preocupó fue de quererse a si mismo tal y como era, con sus defectos, con sus virtudes, con su humanidad, con su sentido del humor, con su botella medio vacía o medio llena depende del día, con su fantasía, con sus descuidos que lo hacían tan peculiar, en resumen, con todo lo que le hacía ser especial, único e irrepetible, con todo lo que hacía que permaneciese a su lado.
A veces fui dura con él, y a veces demasiado blanda, sólo sé que si tuve un error siempre fue buscando su felicidad, o lo que yo creía que podría serlo.
Su mayor defecto era también su mayor virtud; todo para los demás y nada para si mismo, todo el amor para los demás y nada para si mismo, toda la admiración para los demás pero nada para si mismo, lo único para si mismo que dejaba eran las migajas de amor que no dio a los demás; los reproches, las culpas, la sensación de soledad, la autocompasión. Las reglas eran más bien sencillas, pero las esquivó andando de puntillas sigilosamente. Miles de veces he visto en sus párpados lágrimas buscando una salida.
Quizás no me quedó nada por decirle porque la complicidad que había entre ambos nunca se perderá, eso nunca muere, eso es lo que me hacía entenderlo con sólo mirarle sus ojitos tristes de un azul profundo, como los ángeles, y por eso él es uno ahora.
Ahora ya es eterno, ahora es una estrella que nunca se apagará y que siempre tuvo que haberse dado cuenta de lo que era capaz de brillar.
Nunca he sentido un temblor como éste, nunca he sentido esto por nadie, o al menos no de esta manera, porque las experiencias son únicas y las he compartido con él, y eso ya no lo puede cambiar nadie afortunadamente.
Me he culpado, me he revelado, le he culpado por mi sufrimiento, he pensado que era egoísta por dejarnos así, he pensado que era egoísta por haberse abandonado, he pensado que no tenía alma, pero eso han sido sólo tonterías, etapas de duelo intentando buscar una explicación a lo inexplicable, a la realidad, que a veces parece superar la ficción. Quizás sólo quería que se parase el mundo entero utilizando esas excusas, como se paró el mío interior.
Sin embargo me he dado cuenta de lo afortunada que he sido por haber disfrutado el tiempo que ha estado con él, no me arrepiento ni de lo bueno ni de lo malo que he hecho con él o que he dicho de él, o que he hecho por él aunque a veces no lo haya comprendido. No me importa nada, porque si el destino lo puso en mi camino, si Dios lo puso en mi camino fue por un motivo, de eso estoy segura, y si ahora está en otro sitio también tiene su significado.
Ahora sí que sabe lo querido que ha sido, la huella imborrable que ha dejado y que permanecerá por siempre, la compañía eterna que nos ofrece, porque siempre está conmigo como siempre, en lo bueno y en lo malo, es mi amuleto, es mi ángel.
He estado encerrada mucho tiempo pensando que era la única que podía darle lecciones, y que él no podía dármelas a mi, y qué contradicciones tiene la vida porque al final la lección nos la ha dado él; nos ha enseñado a valorar lo que tenemos, nos ha enseñado a ser generosos, a aprender de sus errores, a reírnos con su risa, a volar ya que ahora tenemos sus alas, a brillar incluso en la oscuridad porque ahora tenemos su luz, a cantar porque ahora tenemos sus canciones para deleitarnos con ellas, a amar porque tenemos su corazón, a ser fuertes por nosotros mismos porque nunca hemos dejado de estar con su fuerza, nos ha dejado un camino, nos ha dejado el alma que es lo que nunca muere, así que ¿cómo he podido dudar alguna vez de su generosidad? Bendigo el día que vino a mí, bendigo el día en que vino a mí como un ángel, en el que me visita y me deja volar con sus alas, es mi ángel, mi ángel, que ha estado conmigo desde el principio de todo y lo estará hasta el final. Es mi ángel, mi ángel, mi ángel.

Ver también

L
lizara_9436899
1/3/07 a las 11:16

Ánimo!!
Hola guapa,
el día 17 de Febrero hizó un año que murió mi mejor amigo.

Hacia 4 años que le habian diagnosticado un cáncer, y después de 4 años de operaciones en la cabeza, quimioterapias, radioterapias...no lo soportó más su cuerpo y nos dejó.

Los primeros días yo estaba muy mal, sólo queria saber porque se habia ido, no me parecia (y sigue sin parecerme) justo que un chico de 24 años muriera.

Aún todavía hoy después de 1 año le echo mucho de menos y le sigo queriendo, y no te voy a negar, sigo llorando por él y por su pérdida pero he aprendido a recordarle pensando en los buenos momentos.

Tienes que ser fuerte, seguro que a él no le hubiese gustado que estuvieras mal.

Aquí estamos para ayudarte.

Un beso muy fuerte!

Y
yating_6754998
7/3/07 a las 13:24
En respuesta a lizara_9436899

Ánimo!!
Hola guapa,
el día 17 de Febrero hizó un año que murió mi mejor amigo.

Hacia 4 años que le habian diagnosticado un cáncer, y después de 4 años de operaciones en la cabeza, quimioterapias, radioterapias...no lo soportó más su cuerpo y nos dejó.

Los primeros días yo estaba muy mal, sólo queria saber porque se habia ido, no me parecia (y sigue sin parecerme) justo que un chico de 24 años muriera.

Aún todavía hoy después de 1 año le echo mucho de menos y le sigo queriendo, y no te voy a negar, sigo llorando por él y por su pérdida pero he aprendido a recordarle pensando en los buenos momentos.

Tienes que ser fuerte, seguro que a él no le hubiese gustado que estuvieras mal.

Aquí estamos para ayudarte.

Un beso muy fuerte!

Mucho animo guapa
a mi me paso como a ti yo estaba muy unida a un primo de 27 años y a su novia ellos vivian juntos 3 años y muchas veces me invitaban a dormir a su casa o a comer o me iba de viaje con ellos tengo recuerdos preciosos de ellos el dia 4 de agosto de 2005 fallecieron al derrumbarseles un acantilado los echo mucho de menos tuve pesadillas mucho tiempo su muerte me impacto mucho lo pase fatal y cada dia que me levanto me acuerdo ellos son mis angeles pero la vida sigue para nosotros siempre los llevaremos en nuestros corazones ellos eran personas muy bondadosas mi amiga estaba siempre dispuesta a ayudarme en todo lo que pudiera

Y
yating_6754998
7/3/07 a las 13:28
En respuesta a yating_6754998

Mucho animo guapa
a mi me paso como a ti yo estaba muy unida a un primo de 27 años y a su novia ellos vivian juntos 3 años y muchas veces me invitaban a dormir a su casa o a comer o me iba de viaje con ellos tengo recuerdos preciosos de ellos el dia 4 de agosto de 2005 fallecieron al derrumbarseles un acantilado los echo mucho de menos tuve pesadillas mucho tiempo su muerte me impacto mucho lo pase fatal y cada dia que me levanto me acuerdo ellos son mis angeles pero la vida sigue para nosotros siempre los llevaremos en nuestros corazones ellos eran personas muy bondadosas mi amiga estaba siempre dispuesta a ayudarme en todo lo que pudiera

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