No sé si podré colaborar como esperas...
Lo cierto es que después de 35 años aún no sé por qué mi madre se comporta de esa manera conmigo: desde pequeña me ha insultado, me ha echado broncas sin merecérmelo y luego me ha traído un regalito sin mediar palabra, sin una disculpa. Una vez me dijo no recuerdo bien a qué edad (sólo que no llegaba con los pies al suelo sentada en el borde su cama) que por mi culpa, porque nací, ella no pudo separarse de mi padre. Luego constantemente me lo hacía recordar cada vez que se quejaba de su vida desgraciada e infeliz...También me obligó a elegir entre mi padre y ella porque se avecinaba una separación que nunca llegó, siguen juntos. Jamás pude elegir pero me sentía culpable tan sólo de planteármelo. Estoy convencida que desde ese momento la culpa se hizo insoportable en mí aunque me ha costado años darme cuenta de ello. Eso quizás fue lo más grave pero luego he tenido que soportar llamadas constantes al móvil en un mismo día porque ella "se preocupaba por mí", insultos a mi novio delante de mi familia para posteriormente hacerle la pelota a mi suegra (¡Ahora son amigas!). Gracias a mi novio he logrado remontar. Nuestra relación ha sido muy conflictiva pero aun así he podido apoyarme en él para dejar de pensar y sentir que estaba loca. A partir de ese momento, pude creer en mí lo suficiente para desenredar mi cabeza y zafarme de la culpa. Hasta hace poco, siempre le consultaba todo a mi novio por si acaso pero ahora empiezo a hacer (y pensar) cosas sin preguntarle. Respecto a mi madre, he logrado distanciarme emocionalmente de ella. La quiero y la querré pero ya no como antes. Antes sentía que era una mala hija si lo hacía pero ya no: prefiero ser una mala hija a ser mala conmigo. Poco a poco me he dado cuenta de que primero estoy yo y a mí me he de querer, cuidar y proteger por encima de TODOS los demás. Ahora, por supuesto, para conseguirlo primero tuve que lograr un espacio donde me sintiera segura. No he podido independizarme del todo pero vivo en la primera planta de la casa de mis abuelos (mis padres en la segunda), jamás les pido dinero ni nada, ni un solo favor por muy pequeño que sea sobre todo a ella, y vivo con la puerta siempre cerrada. ¡La que me montó durante meses cuando la cerré: que me iba a dar una fatiga y nadie se iba a enterar, que... ¡Hasta con la policía y los bomberos me amenazó! Pero yo seguí firme. Cada vez me alejo más de ella y aunque sigo sintiendo pavor y me tiembla todo el cuerpo cuando la oigo gritando con mucha rabia ella sola, aprovecho para darme cuenta del miedo que sentí siendo niña al ver ese comportamiento tan anómalo. Me sirve para reafirmarme en mis emociones que son respuestas desmesuradas a unas situaciones horripilantes. Espero que te sirva.
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