Soy profesor de filosofía, tengo 37 años. Soy esquizoide. Toda mi vida está construida en la distancia, en la introspección, en el desapego. Estoy casado, y tengo dos hermosos hijos. A veces me pregunto cómo es que llegó a suceder eso, con lo extraterrestre que soy. Amo a mis hijos más que a nada en el mundo. Mi esposa es mi compañera de viaje, y ella probablemente también cae dentro de algún rótulo, pero qué puedo decir de alguien más si apenas logro saber quién soy.
Vivi una infancia de pocos amigos, sin nada traumático en ella. A los trece años mi familia debió mudarse a otra ciudad, y allí se produjo un quiebre, perdí los escasos lazos que tenía, y todo varió a circunstancias muy distintas a las de mi infancia. Mi madre se volvió ausente, y la soledad se impuso con notoriedad. Fue una adolescencia difícil, incapaz de forjar más que un amigo sincero, distancia con mis padres, aislamiento, ropa oscura. Incapaz de acercarme a una mujer, en un establecimiento de solo hombres, no desarrolle nunca las habilidades necesarias para aquello que llaman ligar, coquetear, seducir. Torpe, torpisimo, evadi las fiestas durante toda mi adolescencia, y preferi el cine, la literatura, la poesia, el dibujo, la guitarra, caminar por la naturaleza, mirar el mar, imaginar, crear, pensar. Decidi estudiar filosofia, encaminarme al autoconocimiento, zambullirme en la dificil comprension de la realidad, sus inconsistencias, sus regularidades, la superposicion de los simbolos, el develamiento de las mascaras.
En eso, estudiando filosofia, encontré a una mujer, o más bien, ella me encontró. Literalmente, escribiendo poesia sobre una piedra, mientras el resto de mis compañeros compartía y bebía vino. En verdad también compartía con ellos, pero lo mío es aproximarme para alejarme. Estar y no estar, como el buho, que todo lo observa detrás de una espesura de bosque y sombra. Así me encontró, me pidió lo que escribía, y aquello que seguramente hablaba de soledad o alienacion o quien sabe que despues de 18 años, y supongo le cautivó. Extraña ella también, empezamos a estar juntos, y fue hermoso, aunque siempre ha estado allí esa duda, si me quedé con ella porque la amaba, o si realmente conozco qué es el amor, al final, todo es mente, somos la imaginación de nosotros mismos. Ha sido bueno, 18 años, seguimos juntos, creciendo a nuestros pequeños. Pero no ha sido regular. Todo siempre es un ir cambiando con la marea del tiempo, del envejecer juntos, de a fin de cuentas compartir una historia, de tener a nuestros hermosos hijos. En mi hijo mayor veo lo que quizá era yo, pero por supuesto no puedo estar seguro. En el preferir de vez en cuando el aislarse.
Me demanda energia, mucha energia, compartir con personas con quienes no tengo confianza. Me cuesta mucho, muchisimo, años de años, hacer un amigo, o algo parecido a un amigo. He tenido muchos buenos amigos, pero al final he roto con casi todos ellos y ellas.
He hecho de todo para comprender quién soy, cuál es mi lugar, qué debo hacer. Entiendo que paso mucho tiempo en mi cabeza, que exijo mi tiempo a solas. Pero no lo puedo evitar. No he elegido nacer así. No elegí el planeta tierra, quizá lo mío era otro lugar (tomenlo como una simple metafora por cierto).
Soy profesor. Mis alumnos, muchos de ellos en todo caso, me quieren, me estiman o me respetan. Valoran que soy franco, genuino, y aparentemente algo raro, atipico. No lo busco, no puedo ser como el resto. No es que no pueda porque no me lo permito, es que no sé cómo se hace para vivir una vida en la que te apasionan los resultados del futbol, comentando la ultima telenovela, comiendo en mcdonalds, posteando mi vida en facebook. Con facebook también termine por cierto, y con ello en cierto modo con la sociedad tal como parece se vive hoy en dia. He tenido problemas con mis empleadores por no seguir conductos regulares, por hacer las cosas a mi manera, por ser un sujeto extraño. Como profesor, proyecto lo mejor de mi mismo, y como los adolescentes siempre perciben a sus maestros desde una caricatura, se me facilita ecualizar las conductas emociones y actitudes que el rol requiere. A menudo las personas me parecen predecibles, y comprendo facilmente lo que sienten o piensan. Lo cual a menudo es decepcionante.
La autoexploración me ha hecho tomar multiples caminos, todos los que han estado disponibles: poesia, filosofia, masoneria, kabbalah judia, marihuana, salvia divinorum, san pedro (mezcalina), meditacion budista, psicoterapia sistémica. En todos aprendi algo, y eventualmente logre comprender de forma tan nitida, tan clara y tan al mismo tiempo desgarradora, que en algun momento se me hizo dificil continuar en este plano. No sé si se entiende o si siquiera yo entiendo que quiero decir. Llegar a ser consciente de que era atomos, la transitoria consistencia de una materia cambiante que no soy yo, de algo que era antes de mi, y que sin embargo a través de esta red arbitraria de moléculas, de carne, de hueso, llega a ser consciente de sí misma, eso, esa lucidez, ese darme cuenta de que esta materia que digo ser y que se pronuncia como "yo" es en verdad algo creativo, una ficcion autorreferente, esa comprensión llegó a ser un tope. Experimenté episodios de despersonalización, y tuve que decidir ser alguien, tomar una forma dentro de esto, pues era eso o desaparecer.
En todo ese tiempo nuestra relacion de pareja se vio sacudida. Pero sobrevivio. Sin que ella lo sepa, conocí a alguien, y pienso a veces que lo que teniamos era reciproco, pero mi incompetencia lo hizo fracasar, y nunca sucedió nada, así que en cierto modo nunca fui infiel. Lo he vuelto a intentar, pero siempre es un fracaso. Antes de mi esposa, nunca tuve a nadie. No sé como es que estoy casado.
Desde hace un par de años, cuando comencé que toda esta forma de ser empezaba a tener consecuencias: a un adolescente, el estar solo le puede acomodar. Le permite ser libre, ser quien elija ser. Pero se acumulan frustraciones. Perder amigos, valiosos amigos, por estupideces, por diferencias ideologicas o metafisicas. Porque no respondio cuando tendria que haber estado. Entonces, cuando descubrí que lo mío puede ser rotulado como "esquizoide" (que no lo veo como un trastorno, no estoy loco ni chiflado, simplemente soy diferente, un bicho raro), empecé a buscar formas de cambiar esto. Ya he dicho todo lo que probé. Quizá lo más hermoso fue la meditación, pero ese camino, que conduce a un lugar dentro del desarrollo personal, no lo puedo tomar. No puedo irme al tibet, ni a la montaña, ni recluirme en mi evitacion para alcanzar la contemplacion. No puedo, soy padre y tengo que trabajar.
Pero hace algún tiempo, descubrí que una forma de alcanzar un estado de Yo más estable, más vinculado con las personas, es el deporte. En verdad persiste la formula del distanciamiento, pues lo mio es salir a correr, a andar en bicicleta, o aislarme en una habitacion para hacer yoga o algo así. No puedo evitar lo de la distancia, y lo siento tanto, por mis hijos, por mí. Pero cuando menos, el deporte, el yoga, me mantienen con expectativas positivas, me mantienen activado, optimista. Logro, cuando menos más que antes, conectar con colegas, soy capaz de conversar con mujeres sin ponerme tan nervioso, sin tanta ansiedad (que lo mío es la ansiedad). Logro caminar con la espalda derecha, mirar de frente en la calle, pensar en algunos proyectos. Cambiar el cuerpo para cambiar la mente, esa es mi premisa. Niveles elevados de dopamina y de serotonina me permiten estar mas conectado, mas presente. Pero nada es definitivo. Me excedo, como con todo, y me he lesionado muchas veces por sobreentreno. Pues es tambien una lucha contra mi mismo. He bajado 20 kilos a punta de autodesprecio.
¿Cómo se está con alguien como yo? Supongo que buscar terreno intermedio. Toda invasión a mi reino es castigada, pero quiero que vengan a visitarme a mi país, cómo se entiende eso. Permitir el espacio, pero yo si quiero estar contigo. Pideme que invente, inventemos cosas juntos. Imaginemos, cambiemos. Desafiame, que yo te dare una respuesta que no esperas. Creemos un mundo nuevo. Pero aceptame como soy, yo sigo intentando hacerlo.
