Me pasó igual ...
cuando empecé con mi novia, para mi sorpresa tuve ese problema, y hasta no pude mantener la ereccion en varias ocasiónes. Era terrible, me quería morir...
Pero con el tiempo lo pude solucionar.
Algunas cosas que me ayudaron:
1) Que cuando uno está solo no hay que masturbarse hasta acabar, eso genera costumbre y hace que la estimulación del coito no provoque la excitación suficiente.
Para eso estamos en pareja, y tengo una mujer fogosa, no necesito descargarme fuera de la relación.
2) Espaciar los encuentros, dejar pasar unos días, que las cosas sucedan naturalmente, sólo hacerlo cuando haya suficiente deseo, especialmente para e varónl, que tiene este problema.
3) Tratar de mantener cierto grado de excitación mediante breves masturbaciones SIN eyacular, deteniéndose cuando uno está bien estimulado, pero sin descargar esa energía sexual. Uno se frustra un poco en el momento, hay que tener control, pero cuando se llega al encuentro con la mujer, se tiene más ganas. Esto lo hacía los tres días anteriores de tener relaciones. Hay que negarse a sí mismo la autoestimulación. completa.
4) El día que sabía o suponía que iba a poder tener sexo, ¡no me tocaba para nada! Aprendí que el "muchacho" debe saber esperar. Una vez me manoseé durante una hora esperando a mi novia, y después tuve problemas ... Así aprendí.
5) Le dedicamos mucho tiempo a los juegos previos, besos, caricias, más besos, mucho, mucho. Un buen rato sin sacarse la ropa, a veces descansando un rato y empezando de nuevo, sin apurarse a ir "al grano"
6) Para tener mayor confianza en los primeros encuentros, podría ingerir media pastilla de sildenafil 50 mg, para que una flaccidez inesperada no haga que la mente se bloquee.
7) Lo que más me ayudó fue el amor y la comprensión de mi novia. Es una maravilla. Lo más importante es el amor.
8) Me concentro en cuánto amo a esa mujer, no codicio otras, sé que ella me desea, y me quiere sólo a mí, y tiene para darme todo lo que necesito, y me concentro en su belleza, en su femineidad, en que le gusto, en que le gusta lo que le doy, en que desea gozar conmigo, así cuando hacemos el amor, me siento deseado, amado, y eso me pone a mil, y ya no tengo más problemas.