Mi primera vez fue con mi tía
He leído tu mensaje y aunque no soy muy afecto a meterme en este tipo de discusiones, me veo en la necesidad de comentarte que, a mi juicio, lo que hace tu sobrino es totalmente natural y normal y la mayor parte de los hombres lo hicimos alguna vez. A mi me ocurrió así: Fui hijo único y durante toda mi infancia y adolescencia conviví con mis tías, hermanas de mi mamá, sobre todo con Angela, la menor y quien nunca se casó. Cuando íbamos de vacaciones o a nadar a algún balneario mi madre y mi tía se bañaban y cambiaban juntas delante de mi y hasta me llegaron a bañar muchas veces. En una ocasión, cuando ya tenía trece años, fuimos a Cancún y por alguna razón me quedé a solas con mi tía. Era un día soleado y me dijo que en lo que mis padres llegaban podíamos ir a nadar a la alberca del hotel, le dije que sí y entonces mi tía comenzó a desvertirse para ponerse el traje de baño delante de mi como tantas veces lo había hecho, pero, oh sorpresa, por primera vez en toda mi vida observé con morbo sus tetas y los pelos de su vágina y tuve una inesperada y enorme erección. Cabe aclarar que hacía un tiempo ya me masturbaba y unas semanas antes había tenido mis primeras eyaculaciones, así que sentí mucho placer al verla desnuda. Mi tía al parecer no notó la reacción que su cuerpo despertó en mi ... y me dijo que me cambiara; avergonzado le dije que no sabía donde estaba mi traje de baño y que lo buscaría, que se adelantara. Mi tía me miró extrañada y me dijo que el traje estaba en mi maleta, que me cambiara ya. Sin saber que decirle comencé a quitarme la ropa y al bajarme la truza y por más que intenté ocultar mi erección, mi tía se dio cuenta y exclamó: ¡¡¡Nicandro!!!, ya eres un hombre. DESDE CUANDO TE PASA ESTO?. Le dije que desde que había entrado a la secundaria frecuentemente me pasaba esto y que no había podido evitarlo al verla desnuda. Mi tía se puso roja, me dijo que en el futuro ya no pasaría eso y que buscaría la manera de decirle a mi madre que ya no era correcto cambiarse delante de mi. Nos fuimos a nadar y mi tía estaba ausente, cada que podía observaba con disimulo mi entrepierna y el bultito que mi verga formaba en el traje de baño y que ya era inevitablemente visible. Esa noche dormí desnudo, me masturbé recordando las enormes tetas de mi tía, de prominentes y carnosos pezones y gran areola e instintivamente fui al baño a buscar su ropa interior. Al descubrir en el cesto su brasier y su tanga, no resistí el deseo de oler en el caso del bra la parte central donde ponía sus pezones y que aún olía a teta y en el caso de la tanga la parte que cubría su vulva y que aún tenía unas secreciones que olían a real perfume de hembra. Me volví a masturbar ya que la verga se me puso como de caballo; la cabeza estaba roja y ardía y mis bolas estaban muy duras. Dejé la ropa con mi semen y me fui a dormir. Al día siguiente me volví a quedar a solas con mi tía y de pronto me preguntó...¿Niky, por qué hiciste ayer eso?... Fingí demencia y después m tía me dijo que había descubierto su ropa batida con mis mecos y que si lo volvía a hacer se lo diría a mis padres. No hice caso. Llegó la noche y volví a hacer lo mismo, estaba masturbandome con el brasier sin tirantes que mi tía se había puesto ese día, cuando de pronto se abrió la puerta. Mi tía estaba desnuda y se acercó diciéndome que mis padres llegarían muy tarde pues se habían ido a bailar. Me acarició la cabeza y me dijo: ...Sabes, no he dejado de pensar en tu miembro erecto, ni en lo que hiciste anoche con mi ropa, ¿quieres que te enseñe a ser hombre?...Mi tía comenzó a acariciar mi pito y mis bolas, yo empecé a mamar sus tetas, después empezó a chuparmelo y después se inclinó para que la penetrara. Fue tan grande la emoción de mi primera vez y de estarlo haciendo con mi tía que duré poco y como a los quince minutos empecé a eyacular. Mi tía me hizo venir en su cara. Han pasado más de 20 años de eso y lo sigo recordando como una experiencia fundamental en mi vida, que me hizo ser hombre y valorar el cuerpo de la mujer. Mi tía, aunque ya mayor, es una figura fundamental en mi vida y nunca olvidaré que a ella debo una de las experiencias mas ricas de mi vida. Sin prejuicios, sin tabues, sin tapujos mentales, ella es una mujer y yo un hombre y las misteriosas fuerzas del cosmos siempre bendecirán al universo cuando un pene y una vagina se encuentran, más allá de un parentesco convencional.
