Carta al padre de mi hijo... si se le puede llamar así...
Al padre de mi hijo:
Me dirijo a tí de esta forma, simplemente porque no se me ocurre ninguna otra. Sé que nunca llegarás a leer esto, ni siquiera me importa lo más mínimo. Pero necesito hacerlo. Por mí, y por J.
Ningún niño se merece haber sufrido ni estar sufriendo todo lo que J. ha sufrido ya (y lo que me temo que aún le queda por sufrir), única y exclusivamente por tu culpa.
Por haber permitido que el odio se apodere de ti, y gobierne tu corazón de tal manera que seas incapaz de pensar, razonar y distinguir entre lo que está bien y mal, entre lo que puede beneficiar o dañar a nuestro hijo.
J. es un amor de niño. Y tú te estás perdiendo su infancia, esa etapa tan maravillosa que jamás volverá, una vez que haya pasado de largo. Es cariñoso, simpático, decidido, generoso Y siempre me quedará la satisfacción de verle feliz, a pesar de todo el daño que le has hecho.
Sabes muy bien el motivo por el que nos separamos. Digamos que teníamos criterios bien distintos con respecto a cuál sería la mejor manera de educar a nuestro hijo. Yo siempre he pensado que nunca se debe pegar a un niño, ni gritarle, ni tratarle mal, sino dialogar y predicar con el ejemplo Pero, claro, tú pensabas lo contrario.
Tras el divorcio, vino una etapa relativamente tranquila, que pronto finalizó ya sabes por qué. Esa Pepito Grillo que te susurra al oído, que te redacta los sms ofensivos que me envías, que te mal aconseja, que trata mal a nuestro hijo, que le habla pestes de mí y de toda su familia materna esa que te ha envenenado el alma y los sentidos. Pero ésa no tiene mucha más culpa que tú, porque si tú de verdad quisieras a tu hijo, si estuvieras dispuesto a darlo todo por él si se diera el caso, como haría yo, no harías caso a sus malos consejos, no te dejarías llevar por ese camino
Con tus malas artes y maldad infinita, conseguiste que un juez se creyera tus mentiras, y apartaran al niño de mí durante unos meses. Menos mal que al final de todo, la verdad es el único camino. Como dice un amigo mío, La verdad padece, pero nunca perece. Todo volvió a ponerse en su lugar, el juez rectificó, y J. regresó donde tenía que estar.
Hay cosas que ya casi tengo borradas de mi memoria, como cuando le enviaba la ropa en la maleta, y regresaba rota, o algunas prendas ni siquiera regresaban cuando te lo llevabas en los períodos vacacionales y no me cogías el móvil para poder hablar con él cuando se iba contigo malito y con las recomendaciones médicas por escrito, y le suspendías la medicación, diciendo que yo me inventaba sus enfermedades cuando me denunciaste inventando que te tocaba un fin de semana y no era así (afortunadamente, el fiscal lo tuvo muy claro)
En fin, tantas y tantas cosas que has hecho ya para intentar amargarme la vida y no dejarme tranquila
Además de denunciar a mi padre por aquella atrocidad que no quiero recordar, y de agredir a mi madre en presencia de J. (te recuerdo que estamos en espera de juicio), lo más grave que ha sucedido hasta el momento es la situación actual.
Hace ya casi un mes y medio que no has venido a recoger a J. y ni siquiera lo has llamado por teléfono. Tienes al niño en una situación de abandono total y absoluto. Lo has dejado tirado como algunos desaprensivos dejan tirados a los perros. Con la diferencia de que tú has dejado tirado a tu propio hijo.
Y todo porque, según parece, tu mujer no quiere al niño allí. Ya se lo advertiste tú mismo, ya le dijiste que no podía ser que no se comiera las comidas que ella cocinaba, y que, si esto seguía así, llegaría el día en que no lo ibas a recoger más.
Y bien que has cumplido tu amenaza. Y bien cruel que fuiste con el niño al decirle eso.
Qué vergüenza. Qué mal padre. Qué mala persona. Y ni siquiera respondes al teléfono cuando el niño te llama para hablar contigo. Porque él no comprende por qué su padre no lo llama, por qué no lo recoge y yo ya no sé qué decirle, qué inventarme para que esto no le afecte.
Deberías pensar en todo el daño que le estás haciendo.
Deberías pensar que no se puede ir por el mundo haciendo tanto mal porque la vida, aunque pase mucho tiempo, al final siempre Al padre de mi hijo:
Me dirijo a tí de esta forma, simplemente porque no se me ocurre ninguna otra. Sé que nunca llegarás a leer esto, ni siquiera me importa lo más mínimo. Pero necesito hacerlo. Por mí, y por J.
Ningún niño se merece haber sufrido ni estar sufriendo todo lo que J. ha sufrido ya (y lo que me temo que aún le queda por sufrir), única y exclusivamente por tu culpa.
Por haber permitido que el odio se apodere de ti, y gobierne tu corazón de tal manera que seas incapaz de pensar, razonar y distinguir entre lo que está bien y mal, entre lo que puede beneficiar o dañar a nuestro hijo.
J. es un amor de niño. Y tú te estás perdiendo su infancia, esa etapa tan maravillosa que jamás volverá, una vez que haya pasado de largo. Es cariñoso, simpático, decidido, generoso Y siempre me quedará la satisfacción de verle feliz, a pesar de todo el daño que le has hecho.
Sabes muy bien el motivo por el que nos separamos. Digamos que teníamos criterios bien distintos con respecto a cuál sería la mejor manera de educar a nuestro hijo. Yo siempre he pensado que nunca se debe pegar a un niño, ni gritarle, ni tratarle mal, sino dialogar y predicar con el ejemplo Pero, claro, tú pensabas lo contrario.
Tras el divorcio, vino una etapa relativamente tranquila, que pronto finalizó ya sabes por qué. Esa Pepito Grillo que te susurra al oído, que te redacta los sms ofensivos que me envías, que te mal aconseja, que trata mal a nuestro hijo, que le habla pestes de mí y de toda su familia materna esa que te ha envenenado el alma y los sentidos. Pero ésa no tiene mucha más culpa que tú, porque si tú de verdad quisieras a tu hijo, si estuvieras dispuesto a darlo todo por él si se diera el caso, como haría yo, no harías caso a sus malos consejos, no te dejarías llevar por ese camino
Con tus malas artes y maldad infinita, conseguiste que un juez se creyera tus mentiras, y apartaran al niño de mí durante unos meses. Menos mal que al final de todo, la verdad es el único camino. Como dice un amigo mío, La verdad padece, pero nunca perece. Todo volvió a ponerse en su lugar, el juez rectificó, y J. regresó donde tenía que estar.
Hay cosas que ya casi tengo borradas de mi memoria, como cuando le enviaba la ropa en la maleta, y regresaba rota, o algunas prendas ni siquiera regresaban cuando te lo llevabas en los períodos vacacionales y no me cogías el móvil para poder hablar con él cuando se iba contigo malito y con las recomendaciones médicas por escrito, y le suspendías la medicación, diciendo que yo me inventaba sus enfermedades cuando me denunciaste inventando que te tocaba un fin de semana y no era así (afortunadamente, el fiscal lo tuvo muy claro)
En fin, tantas y tantas cosas que has hecho ya para intentar amargarme la vida y no dejarme tranquila
Además de denunciar a mi padre por aquella atrocidad que no quiero recordar, y de agredir a mi madre en presencia de J. (te recuerdo que estamos en espera de juicio), lo más grave que ha sucedido hasta el momento es la situación actual.
Hace ya casi un mes y medio que no has venido a recoger a J. y ni siquiera lo has llamado por teléfono. Tienes al niño en una situación de abandono total y absoluto. Lo has dejado tirado como algunos desaprensivos dejan tirados a los perros. Con la diferencia de que tú has dejado tirado a tu propio hijo.
Y todo porque, según parece, tu mujer no quiere al niño allí. Ya se lo advertiste tú mismo, ya le dijiste que no podía ser que no se comiera las comidas que ella cocinaba, y que, si esto seguía así, llegaría el día en que no lo ibas a recoger más.
Y bien que has cumplido tu amenaza. Y bien cruel que fuiste con el niño al decirle eso.
Qué vergüenza. Qué mal padre. Qué mala persona. Y ni siquiera respondes al teléfono cuando el niño te llama para hablar contigo. Porque él no comprende por qué su padre no lo llama, por qué no lo recoge y yo ya no sé qué decirle, qué inventarme para que esto no le afecte.
Deberías pensar en todo el daño que le estás haciendo.
Deberías pensar que no se puede ir por el mundo haciendo tanto mal porque la vida, aunque pase mucho tiempo, al final siempre pone a cada uno en su lugar.
Afortunadamente.
pone a cada uno en su lugar.
Afortunadamente.
Ver también
Tu hijo es afortunado
primero por tener una persona como tu como madre y segundo por que su padre no quiera saber nada de él.
Semejante trozo de carne con ojos mejor que ande lejos de tu angelito.
Disfruta tu todo el tiempo de él.
Un saludo
Suerte!
Espero que tengas suerte, pero no creo que un hombre así se merezca tener a su hijo al lado.( por suerte no todos actuan de la misma forma) Tu pequeño tiene muchisima suerte por tener una mami como tú.
Sigue luchando para que tu hijo tenga la mejor vida que le puedas dar. Y dale todo el amor que necesite. Suerte!
Muchas gracias,`pero...
Mil gracias por los ánimos. Claro está, intento hacerlo lo mejor que puedo. Coincido en que mi hijo no se merece un padre así, pero también está siendo muy duro para el niño estar sufriendo el abandono de ese descerebrado que tiene por padre.
Y mi indignación es aún mayor sabiendo que está criando al hijo de su actual pareja, mientras que ha dejado al suyo propio abandonadito como a un perro en mitad de la carretera.
Yo lo único que pido es que la vida le dé lo que se merece, porque no se puede ir por el mundo haciendo tanto daño. Sobretodo, a un pequeño que no tiene la culpa de lo que haya sucedido entre sus padres.
Lo dicho, muchas gracias.
Mi apoyo
De todas formas Inma, crees q tu hijo merece un padre así? este sufrimiento suyo, tarde o temprano mitígara, y no crees que puede ser mas doloroso si los días que pasa con su padre y su "pareja", el trato no es correcto y el hecho de q su "pareja" no lo acepte?. Te tiene a ti q le puedes dar todo el amor del mundo, se fuerte por tí y por él, ánimo amiga. Un abrazo.
Ola amiga!!
estoy pasando por la misma situacion!!!! creo que podriamos ser grande amigas..... y juntas sacar el dolor afuera,, nuestros hijos no tieen la culpa!!! solo ten la certeza que esa cosas se pagan por mas q uno le pida perdon a dios!!!
Como llorais por los hombres
Y el peor padre no es el que desaparece, se va y ya no quiere nada contigo o su hijo, sino el que es violento, pega y mas si es un pedofilo.