EL SENTIMIENTO DE CULPA NO ME PERMITE SER FELIZ

Tu ex no te supo entender ni valorar durante todo el tiempo que estuvieron juntos. Si le dedicaras otros 16 años la historia sería la misma. Una mujer sin amor es como una flor sin agua, se marchitará y morirá sin remedio. Qué bueno que encontraste un amor mejor, pero lo estás arriesgando con tus dudas. Aprende a cerrar la puerta.
 

>Vivir con el peso de que mi felicidad es a costa de su dolor, me resulta imposible.

¡Joerrr!, ya hasta pareces hija de la madre Teresa de Calcuta: siempre pensando en la felicidad de los demás antes de la propia.

Tu ex tuvo todo el tiempo para darse cuenta de que algo pasaba en ti y no le procupó saber qué era o cambiar para que te sintieras mejor. Un perro lo puede dar todo sin esperar más allá de lo mínimo para vivir, pero tú eres una persona. Era algo que iba a pasar, tarde (cuando tus hijas se fueran) o temprano; y qué bueno que fue temprano. Ahora cada quién puede encontrar a la persona que los haga más feliz.

Puedes tener una buena comunicación con él pero nada de sexo, no dejes que el sentimiento te gane. No puedes pasarte la vida arrepintiéndote de haber hecho las cosas o de no haberlas hecho (hasta pareces de Piscis). Una mariposa no llora recordando cómo era su vida antes de su metamorfosis ¡ahora la disfruta plenamente!. Y eso deberías hacer tú: aprender de las mariposas.

 

Bueno pues, voy a intentar ser lo más breve posible. Hace 16 años comencé una relación con un chico estupendo. No excesivamente cariñoso, no excesivamente atento, ni detallista (cosas que siempre le he reprochado), pero en definitiva, una buena relación. Cero discusiones. Ahora entiendo la importancia de la comunicación dentro de la relación. Pasaron los años y bueno, supongo que con ilusión y todas esas cosas pues, lo típico, el coche, la casa, las niñas, el otro coche... y la vida va transcurriendo como se espera. Como he dicho un buen hombre al que me dedico en cuerpo y alma. Y así pasan los años, ocupándome de él, de las niñas, de la casa...hasta llegar al punto de olvidarme totalmente de mí. Entonces empiezo a encontrarme mal porque nadie valora lo que hago; consiento a mis hijas demasiado y a mi marido también porque, el concepto que tengo del amor es pura abnegación. Me paso el día cubriendo necesidades. Y poco a poco, siento que cada día va costándome más. Empiezo a fijarme en la vida de los demás, en como las parejas de mis amigas se desviven por ellas mientras yo considero que, a mí, no se me valora lo suficiente. Sinceramente tampoco trato de poner remedio, pienso que en algún momento se acabarán dando cuenta de que pocas mujeres en esta época mantienen mi comportamiento y con alguna frase tipo: "te crees que lo tienes todo hecho", "el día que pase algo no me preguntes pq" o "sino me ayudas en nada al menos compénsame por otro lado", voy dejando caer como me siento. Deja de apetecerme tener relaciones, de pasar tiempo con él y claro, la cosa se enfría bastante, hasta el punto de darme cuenta de que lamentablemente, mi pareja no me aporta nada más que trabajo y obligaciones. Y entonces pasa. Me enamoro de otra persona. Ya sé que debí acabar antes con mi relación pero, "el núcleo " pesa demasiado y nunca me vi capaz de separarme. Como he dicho es un buen hombre y consideraba que no tenía motivos suficientes para hacerlo. Me sentía egoísta y sin derecho a reclamar que pusieran más atención en mí. Y la cago, totalmente. Me enamoro perdidamente de esta persona y, para mi desgracia, él me corresponde. Nunca le confieso a mi marido lo que me pasa, le doy mil excusas y le reprocho no haberme cuidado lo suficiente y, un día, me marcho de casa. Intento mantener una buena relación con él, es el padre de mis hijas y, un día fue lo más importante para mi pero, soy yo quien no acepta que haya dejado de serlo. Vivo en una lucha constante entre lo que quiero y lo que debo hacer, entre ser feliz o hacer feliz a los demás. Los psicólogos no me ayudan demasiado la verdad, me dicen que piense en mí pero, consciente del daño que puedo hacer, no me atrevo a llevarlo a cabo. Las niñas (que era lo que más me preocupaba)llevan la separación estupendamente y nosotros, cuando no nos vemos demasiado supongo que también. Pero de repente voy a dejar a las niñas, entro en casa y sin saber como, vuelvo a entrar en bucle. Veo que le hago daño y entonces me da pena marcharme y me convierto de nuevo en esa esposa abnegada de la que pretendo huir. Mantengo relaciones con él sin querer pero, no puedo evitarlo porque mi condición de esposa y madre está por encima de mis necesidades como mujer. Todo esto me hace muy infeliz, por un lado porque no quiero hacerle daño a mi (ex) marido, y por otra, por no ser capaz de disfrutar y hacer feliz a la persona que amo. No veo la salida.

Bueno pues, voy a intentar ser lo más breve posible. Hace 16 años comencé una relación con un chico estupendo. No excesivamente cariñoso, no excesivamente atento, ni detallista (cosas que siempre le he reprochado), pero en definitiva, una buena relación. Cero discusiones. Ahora entiendo la importancia de la comunicación dentro de la relación. Pasaron los años y bueno, supongo que con ilusión y todas esas cosas pues, lo típico, el coche, la casa, las niñas, el otro coche... y la vida va transcurriendo como se espera. Como he dicho un buen hombre al que me dedico en cuerpo y alma. Y así pasan los años, ocupándome de él, de las niñas, de la casa...hasta llegar al punto de olvidarme totalmente de mí. Entonces empiezo a encontrarme mal porque nadie valora lo que hago; consiento a mis hijas demasiado y a mi marido también porque, el concepto que tengo del amor es pura abnegación. Me paso el día cubriendo necesidades. Y poco a poco, siento que cada día va costándome más. Empiezo a fijarme en la vida de los demás, en como las parejas de mis amigas se desviven por ellas mientras yo considero que, a mí, no se me valora lo suficiente. Sinceramente tampoco trato de poner remedio, pienso que en algún momento se acabarán dando cuenta de que pocas mujeres en esta época mantienen mi comportamiento y con alguna frase tipo: "te crees que lo tienes todo hecho", "el día que pase algo no me preguntes pq" o "sino me ayudas en nada al menos compénsame por otro lado", voy dejando caer como me siento. Deja de apetecerme tener relaciones, de pasar tiempo con él y claro, la cosa se enfría bastante, hasta el punto de darme cuenta de que lamentablemente, mi pareja no me aporta nada más que trabajo y obligaciones. Y entonces pasa. Me enamoro de otra persona. Ya sé que debí acabar antes con mi relación pero, "el núcleo " pesa demasiado y nunca me vi capaz de separarme. Como he dicho es un buen hombre y consideraba que no tenía motivos suficientes para hacerlo. Me sentía egoísta y sin derecho a reclamar que pusieran más atención en mí. Y la cago, totalmente. Me enamoro perdidamente de esta persona y, para mi desgracia, él me corresponde. Nunca le confieso a mi marido lo que me pasa, le doy mil excusas y le reprocho no haberme cuidado lo suficiente y, un día, me marcho de casa. Intento mantener una buena relación con él, es el padre de mis hijas y, un día fue lo más importante para mi pero, soy yo quien no acepta que haya dejado de serlo. Vivo en una lucha constante entre lo que quiero y lo que debo hacer, entre ser feliz o hacer feliz a los demás. Los psicólogos no me ayudan demasiado la verdad, me dicen que piense en mí pero, consciente del daño que puedo hacer, no me atrevo a llevarlo a cabo. Las niñas (que era lo que más me preocupaba)llevan la separación estupendamente y nosotros, cuando no nos vemos demasiado supongo que también. Pero de repente voy a dejar a las niñas, entro en casa y sin saber como, vuelvo a entrar en bucle. Veo que le hago daño y entonces me da pena marcharme y me convierto de nuevo en esa esposa abnegada de la que pretendo huir. Mantengo relaciones con él sin querer pero, no puedo evitarlo porque mi condición de esposa y madre está por encima de mis necesidades como mujer. Todo esto me hace muy infeliz, por un lado porque no quiero hacerle daño a mi (ex) marido, y por otra, por no ser capaz de disfrutar y hacer feliz a la persona que amo. No veo la salida.

Bueno pues, voy a intentar ser lo más breve posible. Hace 16 años comencé una relación con un chico estupendo. No excesivamente cariñoso, no excesivamente atento, ni detallista (cosas que siempre le he reprochado), pero en definitiva, una buena relación. Cero discusiones. Ahora entiendo la importancia de la comunicación dentro de la relación. Pasaron los años y bueno, supongo que con ilusión y todas esas cosas pues, lo típico, el coche, la casa, las niñas, el otro coche... y la vida va transcurriendo como se espera. Como he dicho un buen hombre al que me dedico en cuerpo y alma. Y así pasan los años, ocupándome de él, de las niñas, de la casa...hasta llegar al punto de olvidarme totalmente de mí. Entonces empiezo a encontrarme mal porque nadie valora lo que hago; consiento a mis hijas demasiado y a mi marido también porque, el concepto que tengo del amor es pura abnegación. Me paso el día cubriendo necesidades. Y poco a poco, siento que cada día va costándome más. Empiezo a fijarme en la vida de los demás, en como las parejas de mis amigas se desviven por ellas mientras yo considero que, a mí, no se me valora lo suficiente. Sinceramente tampoco trato de poner remedio, pienso que en algún momento se acabarán dando cuenta de que pocas mujeres en esta época mantienen mi comportamiento y con alguna frase tipo: "te crees que lo tienes todo hecho", "el día que pase algo no me preguntes pq" o "sino me ayudas en nada al menos compénsame por otro lado", voy dejando caer como me siento. Deja de apetecerme tener relaciones, de pasar tiempo con él y claro, la cosa se enfría bastante, hasta el punto de darme cuenta de que lamentablemente, mi pareja no me aporta nada más que trabajo y obligaciones. Y entonces pasa. Me enamoro de otra persona. Ya sé que debí acabar antes con mi relación pero, "el núcleo " pesa demasiado y nunca me vi capaz de separarme. Como he dicho es un buen hombre y consideraba que no tenía motivos suficientes para hacerlo. Me sentía egoísta y sin derecho a reclamar que pusieran más atención en mí. Y la cago, totalmente. Me enamoro perdidamente de esta persona y, para mi desgracia, él me corresponde. Nunca le confieso a mi marido lo que me pasa, le doy mil excusas y le reprocho no haberme cuidado lo suficiente y, un día, me marcho de casa. Intento mantener una buena relación con él, es el padre de mis hijas y, un día fue lo más importante para mi pero, soy yo quien no acepta que haya dejado de serlo. Vivo en una lucha constante entre lo que quiero y lo que debo hacer, entre ser feliz o hacer feliz a los demás. Los psicólogos no me ayudan demasiado la verdad, me dicen que piense en mí pero, consciente del daño que puedo hacer, no me atrevo a llevarlo a cabo. Las niñas (que era lo que más me preocupaba)llevan la separación estupendamente y nosotros, cuando no nos vemos demasiado supongo que también. Pero de repente voy a dejar a las niñas, entro en casa y sin saber como, vuelvo a entrar en bucle. Veo que le hago daño y entonces me da pena marcharme y me convierto de nuevo en esa esposa abnegada de la que pretendo huir. Mantengo relaciones con él sin querer pero, no puedo evitarlo porque mi condición de esposa y madre está por encima de mis necesidades como mujer. Todo esto me hace muy infeliz, por un lado porque no quiero hacerle daño a mi (ex) marido, y por otra, por no ser capaz de disfrutar y hacer feliz a la persona que amo. No veo la salida.

Siempre tendrás un vínculo con tu expareja por tener hijos en común pero esto jamás debe impedir que sigas hacia adelante, por ti y por tu familia.

No te dejes manipular emocionalmente por tu ex, quizás lo esté haciendo para que te sientas culpable y no puedas pasar página. 

Sigue siempre hacia delante y deja atrás el pasado, de nada sirve atormentarse por una relación que no funciona desde hace años.

Mantén una posición cordial con él pero no puedes obligarte a quererlo, cometerías un grave error.

 

mioli16, fíjese como el deseo ha dominado su vida (y las subsecuentes decisiones de esos deseos). Usted deseó tener una relación con un chico estupendo y decidió tenerla. Ustéd deseó que fuera excesivamente cariñoso y atento y detallista... y al esto no suceder... decidió quedarse en esa relación y seguir deseando. Usted decidió que tener cero discusiones significaba tener una buena relación. Decidió que los años pasaran así pero talvez deseando que hubieran sido diferentes. Usted decidió dedicarle su cuerpo y alma a ese hombre, pero no nos dice si es algo que ud deseó o incluso algo que el pidió. Usted igualmente decidió ocuparse de el y de las niñas que así escrito parece que fueran sólo de el y no suyas pero creo que lo que quiso decir que en su relación la única de los dos que se ocupa de las niñas es ud. Ud decidió llevar la situación al punto de ignorarse a si misma, que si bien no explicó que significa se puede entender como un "he dado todo y no me he dado nada". Varios años después aparece el costo oculto e ignorado de todas estas decisiones. Y cuando digo aparece me refiero a que la vida le presenta la situación que usted habia decidido como ideal en la fachada de otras parejas. Lo cual me hace recordar una frase de Montesquieu "Si sólo quisiéramos ser felices, sería fácil, pero queremos ser más felices que los demás, y eso casi siempre es difícil, ya que consideramos a los demás más felices de lo que son en realidad". Así es la vida... de pronto lo que estuvo siempre ahí y uno decidió ignorar simplemente llega a ser imposible de ignorar. También decidió pensar que ninguna mujer en esta época haría lo que usted hace. Y está probablemente en lo correcto esas doñas no ignoran sus deseos por tanto tiempo. Lo que lleva a ud tener que decidir si es ud la que esta en el camino correcto o si son ellas la que no lo están. Y es dificil asumir que probablemente uno se haya equivocado en sus decisiones, sobre todo por como estas funcionan ya que la mente se explica las razones detras de las decisiones a tomar y luego las olvida o cambia con el tiempo... Ante esta situación de desconsuelo decide dejar de tener relaciones o sea alejarse en la intimidad... tambien decide alejarse de los momentos cotidianos... y toma tambien la desición de que en realidad  es ÉL quién le carga a ud con todo el esfuerzo que ud sola unilateralmente decidió hacer en pos de su familia en todos estos años... casi como que la culpa de todo este desconsuelo la tiene el y no ud. En mi no tan válida opinión parece que al convencerse que es su pareja es quien la obligó a que ud le diera todo sin el darle nada está siendo injusta... y esto se transforma en la culpa que siente.
Y entonces pasa. Ud se dio cuenta que como se ingoró en el pasado y ya no quiere ignorarse. Luego de pensarlo transormo la situación para que la culpa del desconsuelo la tenga el marido (al ser esto incompatible con la realidad surge una culpa que esta siempre en el fondo de su mente). Y de nuevo "aparece" este galan que la realidad tenía oculto y si le echamos culpa a la realidad (la muy desgraciada) se lo ha puesto solo para hacerce la dificil.
La incompatibilidad con la realidad surje de nuevo y ud entiende ahora que debería haber hecho caso a sus deseos en el pasado, y también surje la impotencia y se manifiesta de forma clara el desconsuelo (que antes era tácito por decirlo de alguna manera) de no poder cambiar el pasado. Surje el reconocimiento de lo importante que es generar una familia (nucleo) con los deseos propios desplazados al plano de la esperanza, porque si, la familia es algo de peso (no es algo menor para nada). Es tan enorme el peso que ud no se ve capaz de separase y romper su familia. Siente que a pesar de todo su marido es un buen hombre y que los motivos (sus deseos ignorados al principio) no son motivo suficiente para romper algo que llevó tantos años y esfuerzo generar. Y acá está la guillotina, el auto flagelo. Usted decide decirse a si misma QUE LA HA CAGADO. Se castiga diciendose egoista. Se castiga quitandose el derecho a reclamo de atención (si recuerda esto fue lo primero que mencionó... y reclamó.  La situación no es ayudada por la realidad... que le presenta una persona que representa lo que siempre tuvo en sus deseos. Y al presentarle la realidad a esta persona, ud se ve obligada a decidir entre 2. Lo cual es loable.. ya que lo nomral es que la gente sea ávara y se quede con ambas 2 personas. En el intento de POR PRIMERA VEZ en varios años de comunicarse con su pareja, y como es de esperar en alguien que no tiene práctica comunicándose... falló en no ser directa y explicar todo. Entonces toma la decisión de huir. Se va de casa. Tal actitud es en mi opinión no sana pero entiendo que la situación amerita un despegue o descontacto urgente para que no se sigan acumulando los años y los deseos insatisfechos. En su mente (debido a la actitud no sana) se produce una lucha y ruido constante que no le permite vivir o pensar en alcanzar algun tipo de felicidad (que estamos asumiendo que felicidad es que a ud se le cumplan todos sus deseos). El consejo principal para una persona en su situación es primero ayudarse a si. No auto castigarse. Tratarse con compasión como una persona que no ha hecho la vida con maldad sinó con la mejor intención. Una vez firme en la tranquilidad de que no ha hecho nada malo curar la relación con su pareja. Decirle con precisión que es lo que sucedió y definir una separación lo mas amena posible. Solo despues de esto con su autocompasión y con una separación adulta y madura, estará lo suficientemente limpia emocionalmente y preparada para dedicarse a su nueva pareja (la cual no se merece menos que esto). Espero no haberla aburrido.

muchas mujeres deseando un buen hombre y tu teniendo uno lo dejas porque no fuistes capas de luchar por tu matrimonio. pintalo como quieras pero lo tuyo es nada mas ni nada menos que puro egoismo. la misma conciencia tuya te hace saber que hicistes un acto vil pero ya el daño esta hecho. largate de su vida y deja que ese pobre hombre sicatrize esa herida y encuentre una verdadera mujer como tu nunca podras ser. porque asi como juras amor al nuevo capricho que tienes mas tarde tambien lo vas a dejar por otro porque personas como tu no saben que quieren en esta vida. solo ten presente que en esta vida todo se paga y ruega que a tus hijas no le hagan lo mismo.

Completamente en desacuerdo con los comentarios de 8890, las mujeres no son objetos ni tienen qué renunciar a volver a encontrar la felicidad que ya no tienen en su actual relación.

Mioli, tu historia es muy parecida a la de protocolodekioto que la expresó aquí hace poco más de 1 año. Tenía un buen marido pero ya no sentía amor por él. Decidió separarse e intentar encontrar al verdadero amor de su vida, pero el sentimiento de culpa era muy fuerte y eso le impedía ser feliz. Hay qué saber diferenciar el amor del cariño. Incluso la costumbre suele disfrazarse de amor, pero tarde o temprano todo cae por su propio peso. Tú que ahora has vuelto a sentir la pasión en tu vida no mires atrás. Tu ex no se meterá a un convento Franciscano para calmar su dolor, en unos cuántos meses más encontrará otra pareja, déjalo que se tome el tiempo que considere conveniente.