Hola a todas y todos. Aquí os voy a relatar la historia que actualmente estoy pasando. A ver si me podéis dar consejo para saber como cómo conducirla.
Como introducción os diré que estoy tremendamente enamorado de mi compañera de trabajo, pero que ella tiene novio, y es parece muy feliz.
La conocí hace unos meses en mi actual trabajo. Me habían dicho cosas sobre ella, no buenas precisamente, y a pesar que es una chica muy guapa, como le doy enorme importancia a la personalidad y el carácter, no me atraía para nada.
Yo soy bastante bromista y me encanta reír y hacer reír, pero al principio en horas de trabajo y en un entorno nuevo, procuraba mantenerme algo serio. Como salíamos a la misma hora, siempre hablábamos un rato, y, contrario a las malas lenguas del trabajo, me encontré con una chica muy agradable, que podría ser una buena compañera de trabajo.
Ya desde el primer día yo sabía que ella tenía novio. Pero hablaba poco o nada de él, obvio en parte dado que en el trabajo a ninguno nos gusta hablar de la intimidad.
Pero como mi trabajo me aburre, y ya conseguí coger algo de confianza con todos, empecé a hacer bromas con bastante frecuencia mientras trabajamos. Muchas de esas bromas la tenían a ella como objetivo. Al principio se tomaba algunas mal, claro, no me conocía y no sabía el tono en que las decía. Pero poco a poco se iba riendo con ellas e interviniendo.
Y como esto no es algo que pase de la noche a la mañana, no se bien bien cuándo, pero empecé a sentirme muy bien cada vez que me reía con ella, y sólo con mirarla ya me hacía sonreír, algo que nunca me había pasado.
Un día me pidió mi dirección de correo electrónico como ya había hecho con otros compañeros. Y, ¡qué diferencia cuando pude chatear con ella! Fuera las formalidades del trabajo, hablamos con calma del uno y del otro, y veía que teníamos algunas cosas en común. Pero al principio no dejábamos de hablar del día a día, nada más. Pero nos los pasábamos muy bien riendo mientras hablábamos.
Poco a poco las conversaciones empezaron a girar a conocernos mejor, cómo fuimos y cómo somos. Ella me estaba cogiendo mucho aprecio, y me lo demostraba con palabras de afecto y yo, tenía mas claro que me había enamorado.
Y llegó un día, en que ella empezó a provocar conversaciones en las que bromeábamos hablando como si un día fuésemos a ser pareja. Yo no sólo le seguía el juego, sino que además lo aproveché para poco a poco soltarme un poco más y entre broma y broma darle a entender que la quería. Pero, claro está, ella imagino se lo tomaba como broma.
Y a todo esto, ¿qué pasaba con el novio? En nuestras conversaciones ella nunca hablaba de él, y yo lo evitaba también. Un día vi unas fotos de ellos dos, típicas de una pareja feliz, y me dio tanta envidia y me entristeció tanto. Estuve pensando que eso no podía seguir así, que tenía que desenamorarme, pero mi corazón vencía a mi cabeza. Pensaba, si soy más frío, y no hablamos tanto empezaré a perder el sentimiento. Y tonterías como esas montones. Pero sólo quedaron en un pensamiento, pues seguí siendo igual que era.
A pesar de todo, no pude evitar hacerme ciertas ilusiones, dadas las últimas conversaciones y su manera de ser conmigo. Qué error cometí.
Como cuanto más subes, más dura es la caída, quería aclarar una cosa. Y la otra noche en un momento que ella sacó por fin a su pareja en la conversación, le pregunté por él. Qué equivocado estaba, ella es feliz a su lado, me lo describió como una persona formidable, simpática, atractiva, positiva, sin fallos, como un tesoro. Me asaltaron cientos de preguntas. ¿Por qué no me habló de él hasta ahora?¿Por qué esas conversaciones tratándome como su amor? ¿Por qué tantas cosas? Pero, esta película, me la había montado yo solito, pensé.
Me pareció mal desde el principio enamorarme de alguien con pareja. Y un amigo me lo advirtió, te hará daño. Mis amigos me aprecian muchísimo, y ella también, como amigo. Debería de haberlo distinguido desde el principio, y que sus bromas no eran mas que fruto de su fantástico carácter. Pero me cogió en una etapa llena de confianza, optimismo y alegría. Y ahora, lejos de esos buenos momentos, lloro casi cada noche por ella. Hacía 4 años que no lloraba, y en aquel entonces, también lo hice por otro amor. Amigos míos dicen que les gustaría llegar a amar hasta el punto de llorar por esa persona. Pues, mejor que no lleguen a amar de esa manera, si se ha de sufrir tanto.
He intentado eliminarla del chat para perder el contacto, he pensado incluso en dejar el trabajo, para no volver a saber nada más de ella, pero supongo será esa gotita de esperanza que aún no se ha secado, la razón por la que no lo he hecho.
También he pensado en decirle lo que siento, pero bromeando un poco para que no se lo tomase a mal. Decirle que ella siga con su novio que yo ya me pongo las pilas para buscar a otra persona. Se que no serviría de nada, pero decirlo creo que me desahogaría bastante, el miedo es el después. Aunque sinceramente, me gustaria que ella leyese esto.
¡Y claro que sería una fantástica amiga! Ojalá fuese tan fácil, decir, pues ya está, no pasa nada la acepto como amiga y ya no siento nada. Pero no lo es, queriéndola como la quiero y viéndola todos los días.
Muchas gracias por leerme, de verdad, y perdón por haberlo alargado tanto.