Hola.
Te cuento mis experiencias... (pero no hay regla general... cada historia es diferente)
HISTORIA 1
Siendo muy jóven, 18 años, tenía un amigo muy amigo, muy cercano y al que aprecio muchísimo. Él se enamoró de mi. Yo lo quería pero no me atraía romántica ni sexualmente, pero pasábamos muy buenos ratos juntos, conversaciones, risas, éramos muy afines. Yo le tenía gran cariño. Él insistió tanto que sin querer medio empezamos a salir, algunos besos, qué sé yo... me confundí un poco pero jamás me enamoré. De hecho jamás tuvimos sexo y esa no era una posibilidad para mi porque yo sabía que no me gustaba como novio ni me generaba deseo sexual. Él también lo sabía pero como le gustaba andar conmigo siguió manteniendo esa situación. Así más de un año.
Yo con todo el dolor del alma, y después de varios intentos (me daba mucha pena porque era una persona increíble), logré cortar esa relación... pues sentía que estaba postergando mis sentimientos por agradar y no hacer daño a mi gran amigo. Fue una decisión difícil y me generó culpa, muchísima culpa, pero corté en buenos términos. No peleamos, pero reduje el contacto para no volver a entablar esa relación de pseudo noviazgo.
No te explico mi felicidad después de un tiempo cuando supe que él estaba en una nueva relación. Alivio.
Hoy después de mucho tiempo no nos vemos pues él se mudó a otra ciudad, pero tenemos una muy buena relación, un gran cariño... pero de mi lado no me arrepiento (sí me arrepiento de no haber cortado antes); y no hay chances de que volvamos a tener algo, nada. Con felicidad veo que ha tenido una vida exitosa en muchos sentidos (económica y profesionalmente, amistades, de sus amoríos no sé mucho pero debe estar bien). Sí extraño su amistad.... ojalá nunca se hubiera enamorado de mi.