Mcuha fuerza
Besy, mi niña... me siento tan, tan identificada contigo... mi historia, al igual que muchas de vosotras, se parece mucho. Yo también fui madre por cesárea, la mía programada, nadie podía imaginar lo que iba a ocurrir, pero mi hijo no lloraba ni respiraba al nacer, hicieron lo imposible por sacarlo adelante, porque parí en una clínica privada sin UCI, a mi hijo se lo llevaron y me separaron de el durante 4 largos días, y por fin lo pude conocer... también recuerdo el como nos dieron, al igual que a ti, la noticia de que iba a morir; recuerdo los cables, las sondas, el respirador, estuve plantada a los pies de su incubadora toda su corta vida, operada de arriba abajo; su bautizo, con un vasito de plástico y una gasita de hospital, el bautizo más emotivo que nadie pueda imaginar... tú sabes de lo que hablo; y también recuerdo el día de su muerte, igual que tu preciosa Lorena, lo desconectaron cuando moría, y me lo dieron para que pudiera morir en mis brazos, y así lo tuve, muy pegadito a mi pecho, abrazándolo entre lagrimas y promesas de que jamás lo defraudaría, acompañándolo en su gran viaje hacia el otro lado, escuchando sus últimos latidos, hasta que mi niño se marchó. Lo tuve abrazado yo no se ni cuento tiempo, con la cara enterrada en su cuerpecito... me sentía morir. Y luego el día de su entierro, su pequeño ataúd blanco que llevamos con nuestras propias manos, la misa de ángel tan bonita que le hicieron, ver como lo tapaban para no volver a ver nunca más su carita, su cuerpecito, tan precioso que era el... A veces me siento más muerta que viva.
Estoy llorando de la emoción y del dolor, de la tristeza y del amor, lo siento tanto, siento tanto lo que te ha pasado, tu dolor ahora esta al rojo vivo, pero es cierto lo que dicen, por mas que intenten convencerte, esto jamás se supera, simplemente, hay que aprender a asimilarlo, aprender a vivir con el dolor...
Lorena siempre estará contigo, y ten por seguro que algún día, aún muy lejano, podrás abrazarla, esta vez entre grandes sonrisas esto no es un adiós definitivo, es una larga separación, pero a buen seguro, algún día volveremos a reencontrarnos con nuestros pequeñitos.
Un abrazo, y mucho ánimo, estamos aquí para lo que necesites, aunque sea hablar, gritar, llorar lo que sea,
Mónica
